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Publicado en el semanario “El Fueguino”, Ushuaia, 22 de enero de 1988
Por Alfredo Bruno Bologna
Entre las estrategias alternativas presentadas por Argentina que tienen
como fin llevar a Gran Bretaña a la mesa de negociaciones, una apunta a
romper el frente interno inglés.
Cronológicamente en este sentido, se pueden observar dos iniciativas, que tienen distintos orígenes: 1. Propuesta presidencial de entrevistas con líderes de la oposición política inglesa; 2.
Propuesta de los partidos políticos argentinos a través de la Mesa de
Consenso que sugiere una campaña de esclarecimiento en el exterior,
incluyendo el pueblo británico (El Fueguino 24-12-87).
Trataremos de ver en detalle cada una de ellas:
1. Entrevistas presidenciales con líderes de la oposición:
Gracias a la mediación del presidente de la Internacional Socialista,
Willy Brandt, se realiza el 18 de septiembre de 1985, en París, una
reunión entre el presidente de la Argentina, Dr. Raúl Alfonsín, y el
líder del Partido Laborista y de la “oposición en el
Parlamento del Reino Unido, Neil Kinnock”. Luego del encuentro se dio a
conocer un documento que analiza la situación internacional y los
problemas que afligen a América Latina.
Con relación a la cuestión Malvinas se expresa:
“Ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad del restablecimiento de
relaciones diplomáticas y comerciales entre la República Argentina y el
Reino Unido. A estos efectos, señalaron su deseo de que inicien
negociaciones para explorar los medios de resolver los problemas
pendientes entre los dos países, incluyendo todos los aspectos sobre el
futuro de las Islas Malvinas”.
Como se podrá observar, no se menciona la cuestión de soberanía, pero
se expresa que se negociarán todos los aspectos sobre el futuro de las
Islas Malvinas.
El presidente Alfonsín y el señor Kinnock expresaron su agradecimiento
al Secretario de la Internacional Socialista por posibilitar este
provechoso encuentro.
Un segundo hito dentro de esta estrategia, aunque de menor importancia que la anterior, es la entrevista Alfonsín-Steel.
Con motivo de la recepción del Premio Anual de la Libertad, instituido
por la Internacional Liberal, el presidente de la Nación aprovechó su
visita a Madrid el 6 de octubre de 1985 para entrevistarse y firmar un
comunicado conjunto con el líder del Partido Liberal Británico, David
Steel.
Con relación a Malvinas, el documento expresa que ambos estuvieron de
acuerdo en “la reanudación de las negociaciones (entre los dos países)
sobre todos los aspectos concernientes al futuro de las Islas Malvinas,
incluida la soberanía”.
Estos encuentros, fundamentalmente el realizado con el líder del
Partido Laborista Británico, creó dentro de Argentina una gran
expectativa. En un viaje realizado por legisladores argentinos al Reino
Unido en febrero de 1986, los mismos se entrevistaron con Neil Kinnock
quien afirmó que, si el laborismo llegaba al poder en 1987, negociaría
con Argentina.
Corresponde hacer una evaluación de los resultados obtenidos por estas entrevistas:
El intento de aislar al gobierno conservador inglés de los partidos de
la oposición -nos referimos concretamente al Partido Laborista- tuvo el
resultado deseado por el gobierno argentino, aunque en la práctica
ningún cambio se produjo en relación a la cuestión Malvinas.
Pero estos acontecimientos pueden tener una segunda lectura, cual es
que el gobierno conservador endurezca su postura en relación a
Argentina.
Se debe hacer además una segunda observación.
El acercamiento establecido entre el gobierno argentino y la Unión
Cívica Radical con los gobiernos socialdemócratas de la Internacional
Socialista favoreció la imagen de Argentina en los países europeos que
tenían gobiernos con esa orientación ideológica.
Sin embargo, debe hacerse un análisis de la situación internacional
donde predominan en la actualidad la íntima relación entre los gobiernos
conservadores, las dos principales potencias militares de Occidente,
Estados Unidos y el Reino Unido.
¿Qué papel tienen estos países en el actual sistema internacional?
A partir de la década del ’80, se producen modificaciones en el
contexto internacional, fundamentalmente por las nuevas relaciones de
las superpotencias, situación caracterizada por algunos autores como una
“nueva guerra fría”.
Esta “nueva guerra fría” en el lenguaje de Hoffmann o de “segunda
guerra fría” en la terminología de Chomsky, puede tener una nueva
lectura: 1. Las superpotencias emplean una retórica
declamativa de guerra fría con el fin de disciplinar a los bloques y no
para enfrentarse en una guerra caliente (tesis de Chomsky) y 2.
Las superpotencias tienen demasiados motivos de tipo estratégico,
militar, económico, ideológico y cultural, por los cuales se puede
entablar un conflicto bélico-nuclear (tesis de Holliday).
Observando la evolución de la sociedad internacional, pareciera
improbable un enfrentamiento directo entre las superpotencias, sobre
todo por la mutua destrucción masiva a través del armamento nuclear. El
caso ejemplar fue la resolución de la crisis de los misiles en Cuba.
Pero sí coincidimos con Chomsky que esta retórica de enfrentamiento de
las superpotencias es empleada para disciplinar cada uno de sus bloques
respectivos. Esta hipótesis fue expuesta en las cumbres
Reagan-Gorbachov, donde se incluyeron en las agendas los conflictos
regionales.
El enfrentamiento directo entre las superpotencias solo puede dar lugar
a aquella humorada del presidente Reagan del 13 de agosto de 1984 en
Los Ángeles probando los micrófonos antes de una conferencia de prensa:
“Camaradas norteamericanos: me complace decirles que hemos firmado la
legislación que pondrá para siempre a Rusia fuera de la ley.
Comenzaremos a bombardear en cinco minutos”.
Esta es la lectura que realizamos de la sociedad internacional actual
donde se puede observar actitudes muy similares por parte de Estados
Unidos y Gran Bretaña. Los dos gobiernos conservadores están orientados
bajo esa misma óptica.
La primera ministro inglés Margaret Thatcher, en su discurso ante el
Congreso norteamericano el 20 de febrero de 1985, dijo: “Nuestra marina
está en guardia en todo el mundo; Gran Bretaña cumple con su
responsabilidad de defender la libertad en el mundo y continuará
haciéndolo”.
Estas palabras están enraizadas en la Doctrina Reagan que consiste en
algo más que el simple interés o apoyo a los movimientos rebeldes
anticomunistas del mundo. En teoría se trata de suministrar ayuda a los
“luchadores de la libertad se encuentren donde se encontraren”. (“La
Nación”, 5-1-86).
Es decir que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña se convierten en
gendarmes del mundo o “cruzados de la libertad”. Esta íntima conexión
fue utilizada por Margaret Thatcher para postularse a un tercer mandato.
En una entrevista concedida a una agencia inglesa expresó:”El
presidente norteamericano Ronald Reagan está a la mitad de su último
mandato o período de gobierno y es por ello que Gran Bretaña debería
tener un gobierno de “continuidad” para tratar con los soviéticos”.
(“Clarín”, 1-2-87).
La estrategia argentina de diálogo con la oposición inglesa no mostrará
síntomas de éxito para la cuestión Malvinas, mientras perdure a nivel
internacional esta simbiosis entre los gobiernos norteamericano e
inglés.
No creemos que los contactos con los líderes de la oposición inglesa
traiga como consecuencia un cambio de la situación política de Malvinas,
al contrario hace más dura la política inglesa gubernamental hacia la
Argentina como lo demostró la decisión unilateral de declarar una zona
de exclusión pesquera en torno a las islas el 29 de octubre de 1986.
2. Propuesta de los partidos políticos argentinos a través de la Mesa del Consenso que sugiere una campaña de esclarecimiento en el exterior, incluyendo el pueblo británico.
En esta propuesta debemos distinguir dos aspectos: a) Si la campaña
está orientada al exterior sin discriminaciones de países o
instituciones académicas o de investigación, para esclarecer el tema de
nuestros derechos en Malvinas, esta vía nos parece correcta; b) En
cambio si la intensión es priorizar la comprensión del tema Malvinas en
la opinión pública o en el pueblo inglés, creo que esto no dará los
resultados que se esperan.
Explicaremos los motivos. Las últimas elecciones en Inglaterra han
demostrado el mayor consenso de la población con las posturas asumidas
por el gobierno de la señora Thatcher, tanto en su política económica
interna como en su política exterior. El tema Malvinas no fue tema
recurrente en estas elecciones.
Creo que la estrategia debe estar basada en dar garantías suficientes a
los residentes de las Islas Malvinas ante la eventualidad de que los
mismos, en el futuro, deban elegir continuar en las islas bajo la
soberanía argentina u optar por otro destino.
Debemos aprender de los errores cometidos a partir de la Declaración de Buenos Aires de 1971 hasta 1982.
¿Qué campaña realiza Argentina como paso posterior al reconocimiento de la soberanía de nuestro país sobre las islas?.
Se supone que Argentina tiene que elaborar una nueva legislación para
enfrentar el porvenir de los 1.800 residentes de las Malvinas. ¿Qué
pasará con sus propiedades, con su régimen familiar, con sus costumbres?
¿Se le asignará algún monto a los mismos para poder dejar el territorio
para trasladarse a otro país o quedarse en Argentina?
Como conclusión debemos decir que el frente inglés es monolítico y no
se observan grandes modificaciones con relación al futuro de las islas,
ni en las fuerzas políticas ni en la población.
Argentina debe acentuar su accionar político en todo el mundo, pero
teniendo en cuenta también el porvenir de los residentes de las islas
para que sigan con sus costumbres y su estilo de vida cuando finalmente
las islas retornen a la soberanía argentina.
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