viernes, 31 de julio de 2015

MALVINAS 2013. BAJA UNA AMENAZA REAL DEL GOBIERNO ARGENTINO

Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 DE MARZO DEL 2013

MALVINAS. REFERENDUM. 2013.Malvinas: los isleños votan si quieren seguir siendo británicos

Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 de marzo de 2013.

Malvinas: los isleños votan si quieren seguir siendo británicos

EL REFERÉNDUM EN LAS ISLASEstán habilitados 1.672 malvinenses. La consulta se extenderá hasta el lunes. El Gobierno la considera “ilegal”.

  • Natasha Niebieskikwiat


Con muestras de evidente ansiedad, los habitantes de las Malvinas irán entre hoy y mañana a las urnas para votar en un referéndum en el que deben decidir si quieren o no seguir siendo territorio de ultramar británico.
El plebiscito es eje de otra batalla diplomática entre la Argentina y el Reino Unido. El gobierno nacional lo considera “ilegal”, y como parte del reclamo de la soberanía del archipiélago abierto en las instancias de las Naciones Unidas subraya que los kelper s son “población implantada”.
Por su parte, Londres no sólo lo ha promovido, sino que lo ha incorporaron en su estrategia de permanecer ligado a las islas y a sus valiosos recursos naturales, al tiempo que les viene dando una autonomía. Así fue sucediendo paulatinamente, aunque no en su Defensa ni en Política Exterior, tras la victoria británica en la guerra de 1982.
Para medir el clima social que impera en las islas, basta con remontarse a la escena de ayer. Unos cincuenta vehículos esperaron bajo la lluvia y el frío a un grupo de periodistas internacionales que llegaron en el vuelo de Lan, que une las islas y Chile semanalmente. Ayer, incluyó la escala mensual en Río Gallegos. Las 4x4 se instalaron sobre la ladera de una elevación que da a la bahía de la capital. Y formaron un gigantesco “Yes” (Sí”) para que desde el lado de enfrente se los pudiera filmar y fotografiar. En los últimos días, además, los lugareños adhirieron a sus vehículos, a las puertas y ventanas de sus casas y negocios, banderas y leyendas pro británicas. Afiches por todos lados alentaban al voto, pero solamente promoviendo el “Sí A lo largo de la última semana, en Malvinas Clarín pudo comprobar que en otras circunstancias el “No” podría haber tenido más chances.
Podría por ejemplo, significar que quieren su independencia, y no ser ni argentinos ni británicos, un debate abierto hace tiempo aquí.
En consulta de Clarín, el consejero Dick Sawle aseguró que era por completo legal hacer campaña aquí por el “No”. Pero la presión social no lo habría permitido. Igual, Clarín conversó con argentinos que viven aquí y cuyos nombres se preservan, y también votarán por el “Sí”.
La toma por la fuerza de las islas en 1982 marcó un antes y un después en el ánimo popular. Aquí aún sostienen que la Argentina los puede “invadir”. L a prohibición de vuelos charters, y los controles a la pesca y el petróleo, más las amenazas de la presidenta Cristina Kirchner de cortarles el vuelo de Lan que sobre vuela el espacio aéreo nacional, marcaron otro hito en el malhumor local. Hoy, inflamados por el descubrimiento de petróleo, los isleños quieren a la Argentina sólo como “vecinos”.
Hoy, a partir de las 10 de la mañana abrirán cuatro centros de votación: en la isla del Este: el Stanley Town Hall y la escuela de Goose Green; en la isla de Oeste: la escuela de Fox Bay; y el Club de Puerto Howard. Habrá centros móviles para el campo y una avioneta para los islotes más remotos. Son 1672 los electores habilitados.

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Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 de marzo de 2013. 

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De Licencia. Soldados británicos de paseo aer por la capital de Malvinas.

Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 de marzo de 2013. 

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Un crucero de los que viositan Malvinas, ayer, en las islas. Foto Lorena Lucca

Diario "Clarín". Buenos Aires, 10 de marzo de 2013. 

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ARGENTINA. 2013. Un gesto con más de un mensaje

Un gesto con más de un mensaje

Los isleños votaron por el sí. ¿Es todo lo que hay para decir? Ayer, el parlamentario británico de izquierda independiente George Galloway se pronunció a favor de una soberanía compartida entre Gran Bretaña y la Argentina sobre las islas. Esto, según Galloway, conviene a Gran Bretaña, que, a causa de mantener el conflicto abierto, ha perdido posiciones en América latina. Se trata, entonces, no de un pronunciamiento a favor de los argumentos argentinos, sino de un debate sobre cómo Gran Bretaña debe mantener su posición en el mundo y, particularmente, en este continente. Las islas, para Galloway, no deberían ser un obstáculo para la política británica en América Latina. Éste es el núcleo del argumento.
Acá, los isleños que conocen bien a Galloway piensan que es un hombre en busca de notoriedad, que le estrechó la mano a Saddam Hussein y, sobre todo, que fue a un show del tipo Gran Hermano, observación que les alcanza para descalificarlo, aunque en la Argentina podría hacerle ganar una elección.
Cuando pregunté si Galloway acaso no podría representar una línea de la opinión pública británica preocupada por el gasto que implica sostener la defensa militar de las islas, algunos contestaron que quizá sí. Pero que lo importante es que ellos, los isleños, deberían estar dispuestos a colaborar económicamente con esa defensa cuando empezara la explotación petrolífera. Tuve la impresión de que sólo algunos pensaban así, pero que confiaban en que tal cosa pudiera discutirse en el futuro. Por eso es difícil saber cuán difundida está la idea que, de la manera más explícita, me fue expuesta por un funcionario de una repartición pública vinculada con la pesca.
Ayer, en la caravana de autos con que se celebró el referéndum, había un cartel encabezado por un característico dibujo de la corona británica. Abajo, un reclamo o advertencia: "Keep calm and keep the Falklands British", o sea que las islas deben seguir siendo británicas, y para ello la corona, es decir el Foreign Office, debería mantener la calma. Me intrigó el cartel, y les pregunté a varios isleños si veían allí un mensaje al Foreign Office. No estaban seguros. Pero, si no era un mensaje al Foreign Office, ¿a quién se le decía que se mantuviera tranquilo y que mantuviera a las Malvinas dentro del dominio británico? ¿Quién otro podía ser el destinatario del mensaje? Los extranjeros tendemos a sobreinterpretar. Un cartel gemelo a éste transmitía una consigna clarísima: "Calma Argentina, las Falklands nos pertenecen". Quien había impreso este cartel había impreso el otro, más enigmático, porque echa una sombra de desconfianza: ¿será Gran Bretaña capaz de abandonar las islas a los argentinos porque esto puede llegar a convenirle por razones políticas tanto como económicas?
El parlamentario británico Galloway dio su respuesta a esta pregunta: hay que negociar con la Argentina la soberanía, porque esto nos resulta más favorable que la intransigencia en nuestras relaciones con América Latina. Visto desde la perspectiva británica, conservar las islas como territorio de ultramar obliga a gastar mucho dinero, aunque visto desde la perspectiva argentina creamos que Gran Bretaña se salva con el petróleo que comenzará a explotarse. Mucho les gustaría a los británicos salvarse con ese petróleo o con cualquier otra cosa, pero me temo que no alcanza y ellos lo saben, ya que tienen alguna experiencia en hacer las cuentas presupuestarias.
El referéndum, si se admiten estas hipótesis, fue una doble señal. Por un lado, los isleños reafirmaron, ante la Argentina, una identidad cultural y su inscripción como territorio de ultramar de Gran Bretaña. Pero saben que esa condición de territorio de ultramar queda abierta a posibles cambios. Ellos mismos podrían optar por reconsiderarla y buscar otro estatuto político. También Gran Bretaña debería estar convencida de que ésa es la solución que más le conviene para las islas. Gran Bretaña fue un poderoso imperio durante siglos y tal cosa implicó mirar siempre, en primer lugar, sus propios intereses y no los de sus dominios.
Nadie me dijo acá que teme que Gran Bretaña reconsidere la inscripción de las islas como territorio de ultramar. Lo pregunté muchas veces y la respuesta fue siempre negativa. Pero es necesario enmarcar esa respuesta en el deseo, muy unánime, de que tal cosa suceda y siga sucediendo.
Si hay algo que los isleños temen es ser incluidos, bajo cualquier forma, en la soberanía argentina. Frente a esta pregunta, la respuesta es siempre clarísima. Los isleños son hombres prácticos: muchos me dicen que sería más cómodo tener mejores relaciones con "el continente", que obviamente mejorarían las comunicaciones y el abastecimiento. Pero nadie parece dispuesto a pagar el precio de un cambio de soberanía.
El recuento de votos que estamos presenciando en este momento es una consecuencia de la invasión argentina de 1982, me dice un hombre que la vivió. También los argentinos podemos pensar las consecuencias de aquella derrota: votamos en 1983..

MALVINAS 2013. Contundente triunfo del sí en el referéndum de las Malvinas


Consulta

Contundente triunfo del sí en el referéndum de las Malvinas

Por  | LA NACION
PUERTO ARGENTINO.- Cantaron "No llores por mí, Argentina", leyeron frases de Margaret Thatcher, entonaron el himno británico y levantaron orgullosos las banderas del Reino Unido. Nada del espíritu british quedó afuera en el festejo de los habitantes de las islas Malvinas para recibir anoche el contundente triunfo del sí en el referéndum donde definieron seguir bajo el estatus político de territorio de ultramar de Londres.
El resultado fue tan contundente como se esperaba : 1513 habitantes (99,8% del total) votaron por el sí y sólo 3 (0,2 %) lo hicieron en forma negativa, según lo anunció Keith Padgett, autoridad oficial del referéndum. El colombiano Juan Henao, jefe de los observadores internacionales, dijo que las elecciones fueron "libres y justas".
Los isleños buscaron mostrarle al mundo que no quieren dialogar con la Argentina . Que rechazan, al menos por ahora, la idea de independencia y que con sobreactuado orgullo quieren seguir bajo el ala británica.
Con este resultado, los isleños y la diplomacia británica comenzarán ahora las gestiones en las Naciones Unidas para tratar de convencer a Estados Unidos y a buena parte de los países que están en el Comité de Descolonización de la ONU para que apoyen la postura de autodeterminación de los isleños.
Esta estrategia va en contra del histórico reclamo argentino por la soberanía de estas islas que siempre se intentó instalar en las Naciones Unidas. No fue casual que uno de los más activos asambleístas de las Malvinas como es Mike Summers se encontrara ayer en Nueva York y que el gobernador de las islas, Nigel Haywood, confirmara que Londres avanzará en esta línea de ataque. Es decir, buscarán torcer la postura neutral de Estados Unidos en favor de Londres y cambiar el ajedrez político en esta pulseada.
La jugada diplomática cuenta con el pleno aval de Gran Bretaña. Ayer, un vocero de David Cameron dijo que la Argentina "debe respetar el resultado" y desechó la posición argentina de ignorar la consulta. La Casa Rosada no sólo calificó de "ilegal" el referéndum (no contó con el apoyo de la ONU), sino que advirtió que "nada cambiará el reclamo argentino por la soberanía".
Lejos de los embates de la diplomacia y bajo una noche helada, los isleños festejaban a pleno. A las 20 comenzaron a llegar las primeras urnas al Town Hall, donde se armó un escenario abierto al público. Se dispuso el salón de la Asamblea Legislativa para dar transparencia al resultado y anunciar allí los resultados. Había medios de todo el mundo, observadores electorales extranjeros, legisladores de las islas y unos pocos ciudadanos. Hacia las 22.45, cuando ya estaban definidos los resultados, un centenar de isleños se reunió en los jardines de la catedral para empezar a celebrar.
En medio de un escenario que armaron especialmente decorado con luces de colores y banderas de Gran Bretaña y de las Falkland (Malvinas) entonaron entusiasmados "No llores por mí Argentina" y la canción oficial de las islas. Pero también cantaron el himno, que comienza diciendo: "Dios Salve a la reina" y entonaron "I am sailing", de Rod Stewart; "Tierra de esperanza y gloria", una canción histórica, y el himno "Rule Britannia", de épocas del imperio. Se los veía en familias o solos, entusiasmados y abrazados.
Entre los folletos que repartían en la catedral anglicana había una cita de Margaret Thatcher del 3 de abril de 1982, un día después del desembarco argentino en estas islas, que decía: "Serán pocos en número, pero tienen derecho de vivir en paz, elegir su propia vida y definir su lealtad".
¿El referéndum de ayer abrió la puerta para que los isleños empiecen un camino de independencia? Nada de ello. Ni los resultados ni el clima fuertemente británico que se vivió en estos días aquí evidenciaron que el referéndum haya dejado margen para plantear una eventual independencia de los isleños.
Tampoco el referéndum pareció iniciar un camino hacia el diálogo de los isleños con Buenos Aires. Todo lo contrario. Las muestras de nacionalismo exacerbado y de recuerdos de la guerra alejaron cualquier intención de buenas relaciones de los isleños con la Argentina.

Los mensajes de los kelpers

A través de su cuenta oficial en Twitter, los isleños expresaron su enojo con la Argentina antes y después de votar en el referéndum que definió el estatus político de las islas Malvinas.
  • @FalklandsGov : "En 1982, Argentina perdió la batalla militar. Hoy [por ayer] Argentina perderá la batalla diplomática"
  • @FalklandsGov : "¿Sabías que las Falklands comenzaron a ser Falklands en el año 1690 y que la Argentina comenzó a ser Argentina en 1810?"
  • @FalklandsGov : "Autodeterminación: libertad del pueblo de una determinada área para determinar su propio status político"
  • @FalklandsGov : "Los habitantes de las Falklands sí existen, a pesar del intento de los argentinos de borrarlos de la historia"

ARGENTINA 2013 Dura respuesta argentina: "El referéndum no pone fin a la disputa"


Dura respuesta argentina: "El referéndum no pone fin a la disputa"

La embajadora en Londres, Alicia Castro, cuestionó "la voluntad caprichosa" de los isleños
En el día en que comienza la votación de los habitantes de Malvinas decidirán si quieren seguir siendo británicos o no, la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, reiteró que el referéndum que se realizará hoy y mañana en las islas no "pone fin a la disputa" por la soberanía que enfrenta a ambos gobiernos.
"Les diría que tienen la obligación o la necesidad de entender que es el derecho internacional el que rige en la relación entre los estados. No es la voluntad caprichosa de una pequeña comunidad la que puede dirimir en una disputa territorial", afirmó Castro, en diálogo con Radio Mitre.
Los isleños esperan enviar un mensaje al gobierno de Cristina Kirchner que encabeza una ofensiva internacional en su reclamo por negociar con Gran Bretaña la soberanía de las Malvinas.
Con duras críticas a la postura del gobierno de David Cameron, la diplomática advirtió que el referéndum "no pone fin a la disputa de soberanía entre la Argentina y Reino Unido".
"Tiene un resultado previsible, solo los ciudadanos británicos participan y es organizado por británicos, para británicos con el fin de que digan que tiene que seguir siendo británicos", señaló Castro.
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Diario "Página 12" Buenos Aires, 5 de marzo de 2013.

El referéndum en Malvinas o la autosatisfacción británica

 Por Marcelo G. Kohen *
El 10 y 11 de marzo próximos unas 1500 personas habilitadas para votar en las Islas Malvinas van a pronunciarse para decir si desean o no que las islas “continúen siendo un territorio británico de ultramar”. Sus organizadores lo llaman referéndum de autodeterminación. En realidad, debería llamárselo “referéndum de autosatisfacción”. Se trata de un plebiscito organizado por el gobierno británico para que ciudadanos británicos afirmen que quieren que el territorio en el que residen siga “siendo” británico.
Este puro ejercicio propagandístico no alterará en nada la situación existente. Las Islas Malvinas continuarán siendo consideradas por las Naciones Unidas como un territorio sujeto a descolonización. No es la potencia administradora quien decide sobre la manera de poner fin a una situación colonial y si el territorio debe cesar de estar inscripto en la lista de “territorios no autónomos” de la ONU. En el pasado, fue la ONU quien organizó y fiscalizó referéndum de libre determinación cuando estimó que ésta era la manera de descolonizar. El último de ellos fue el que permitió a Timor Oriental devenir independiente en 2002. Sigue pendiente el referéndum en el Sahara occidental, otro territorio no autónomo, para el cual la ONU estableció una operación específica: la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para la Organización del Referéndum en el Sahara Occidental). El caso de las Malvinas está en las antípodas. Las Naciones Unidas no decidieron su realización. No lo organizan. No lo fiscalizan. No intervinieron ni intervendrán en lo más mínimo en él. El Reino Unido ni siquiera buscó su participación. El gobierno británico sabe que no contará con apoyo alguno de las Naciones Unidas, pues ya efectuó el mismo ejercicio en Gibraltar, sin obtener ninguna modificación del status de dicho territorio en la ONU. Tampoco logró incluir una referencia a la libre determinación en las resoluciones sobre Malvinas. La razón es simple. Contrariamente a los ejemplos de Timor Oriental y Sahara occidental, las Naciones Unidas han establecido que la manera de poner fin a la especial situación colonial de las Islas Malvinas es la solución de la controversia de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido. En la solución de la disputa, se deberán tener en cuenta los intereses de los habitantes actuales de las islas, pero no se les reconoce a éstos la calidad de un pueblo distinto con derecho de libre determinación.
El Derecho Internacional distingue tres categorías de comunidades humanas: pueblos, minorías y pueblos autóctonos. Sólo los primeros tienen derecho de libre determinación externa, es decir, pueden decidir el destino del territorio en el que habitan. A diferencia de otros casos en que las víctimas del colonialismo eran pueblos sojuzgados, en el caso Malvinas la víctima fue un Estado soberano en los albores de su independencia. La Asamblea General no reconoce la existencia de un pretendido “pueblo falklander” con derecho de libre determinación. Son ciudadanos británicos que llegaron a las islas después de que la potencia colonial expulsara a las autoridades y población argentinas e impidiera que la población argentina pudiera regresar. Al mismo tiempo que se negaba a discutir la controversia con la Argentina, el Reino Unido controló desde siempre la política migratoria del territorio insular. Se trata de una población que no tiene un crecimiento demográfico normal, cuya composición depende de la llegada de personas provenientes esencialmente de la metrópoli. El número total de habitantes ha rondado los dos mil desde hace más de un siglo. Cuarenta por ciento de la población actual llegó a las islas hace menos de diez años y ese porcentaje se repite aproximadamente censo tras censo, con residentes que parten y otros que arriban. Sin contar los miembros de las fuerzas armadas británicas, 14 por ciento de los habitantes reside en la segunda “localidad” de las islas, creada después de 1982, la base militar de Monte Agradable. Los habitantes nacidos en las islas son una minoría. El cuerpo electoral está constituido únicamente por aquellas personas que poseen ciudadanía británica. Aplicar la libre determinación a semejante población sería desvirtuar el principio para perpetuar una situación de colonialismo territorial. Por supuesto, eso no quiere decir que sus habitantes no gocen de otros derechos. Simplemente, mil quinientos ciudadanos británicos no tienen el derecho de decidir una controversia de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido que envuelve más de tres millones de kilómetros cuadrados entre territorio y espacios marítimos, una superficie mayor que la de la Argentina continental y doce veces la del Reino Unido.
Para intentar ocultar esta manipulación del principio de libre determinación, el gobierno británico despliega actualmente una nueva estrategia. Ya no habla más, como hasta hace poco, del carácter “eminentemente británico” de las islas. Ahora se trata de vender la imagen de la existencia de un pueblo falklander, totalmente distinto y separado del pueblo británico, y por supuesto, del argentino también. Quien lee la propaganda británica puede creer que se trata de un “pueblo” que vive en las islas desde hace nueve generaciones y que está compuesto por gente de orígenes muy diversos. Las cifras mencionadas hablan de una realidad muy diferente. Por primera vez en la historia, el censo del año pasado no menciona cuántos son los habitantes nacidos en las islas. Tampoco menciona la nacionalidad de sus habitantes. Se preguntó a la población cómo se sentía desde el punto de vista de la “identidad nacional”. Las cifras publicadas son que 59 por ciento respondieron “Falkland Islanders” y 29 por ciento “británicos”. En realidad, muchos de quienes hoy se autoidentifican como “isleños” son británicos llegados del Reino Unido, como funcionarios o en particular al momento de la bonanza económica motivada por los permisos de pesca. La mitad de los miembros de la Asamblea Legislativa se encuentra en esta situación. Por su parte, aun una persona que tenga ciudadanía británica y estatuto local, si ha declarado “su lealtad o adhesión a un Estado extranjero”, no puede ser elector o candidato. No hace falta mucha imaginación para saber cuál es el Estado “extranjero” en cuestión. En cuanto a los pocos habitantes argentinos, lo son únicamente por ser cónyuges de residentes con ciudadanía británica. Como lo prueba la práctica existente desde hace mucho tiempo, la ley no escrita impone que no se otorguen permisos de residencia a los argentinos y menos aún que puedan comprar tierras u otras propiedades. Hasta herederos argentinos han sido obligados a vender propiedades recibidas por sucesión. Durante diecisiete años, ninguna persona con documentación argentina podía siquiera visitar las islas. La mano de obra para las tareas que los británicos no desean realizar es garantizada por una presencia chilena y de Santa Elena, otra colonia británica en el Océano Atlántico.
La maniobra británica tiene muchas paradojas. ¿Por qué no haber hecho el referéndum mucho antes, si la cuestión se debate en las Naciones Unidas desde hace casi medio siglo? Si Londres la pone en práctica ahora, es por cuatro razones fundamentales. Primero, porque la Argentina logró en los últimos tiempos volver a colocar la cuestión Malvinas en la agenda internacional. Segundo, porque la solidaridad sudamericana en particular va más allá de la sola posición de principio, para adoptar medidas concretas. Tercero, porque el gobierno argentino puso fin a la política británica de obtener arreglos prácticos con el fin de explotar los recursos naturales del territorio en disputa y de sus espacios marítimos, sin negociar la controversia de soberanía. Cuarto, porque resulta cada vez más difícil a Londres sustentar su negativa a negociar. Su última operación mediática consiste en mostrar a la Argentina como el país renuente al diálogo. La Argentina no se opone a la presencia de isleños en las negociaciones. Naturalmente, cada una de las dos partes decide por sí misma la composición de su delegación. Pero para ello debe haber negociaciones, no imponerle a la otra parte su posición y no excluir lo que constituye la cuestión central: la disputa de soberanía. El gobierno británico desea únicamente que la Argentina acepte negociar sobre la manera de facilitarle la explotación unilateral de la pesca y el petróleo, y que lo haga con el llamado gobierno de las islas como una tercera parte en la disputa. En otras palabras, que haya dos partes británicas y una argentina y que no se aborde la controversia de fondo. De ello se trató en el show mediático organizado por el canciller William Hague en Londres hace un par de semanas.
La operación refrendaria británica difícilmente hubiera tenido eco alguno en el siglo pasado. Es la tergiversación del derecho de libre determinación por parte de la potencia colonial que más tardó en reconocerle su carácter de regla jurídica. El Reino Unido sólo lo hizo cuando la mayoría abrumadora de sus antiguas colonias ya se había emancipado. Aun así, lo hizo de manera fragmentaria y procedió a violarlo, como lo muestra la expulsión de los dos mil habitantes autóctonos del archipiélago de Chagos. Por supuesto, no hubo referéndum de “autodeterminación” cuando el gobierno de Margaret Thatcher restituyó Hong-Kong a China, su legítimo titular. Menos aun se les concedió la ciudadanía británica plena a los cinco millones de chinos que habitaban el territorio, como lo hizo el mismo gobierno con los dos mil habitantes de las Malvinas, éstos de origen europeo. En otras palabras, la libre determinación es un falso argumento para mantener los últimos resabios del Imperio Británico, sin justificación jurídica alguna.
La propaganda británica, a la que han sucumbido algunos intelectuales argentinos, apunta a mostrar que lo que cuenta son los habitantes y no los territorios. No siempre este atractivo aforismo es cierto. Por ejemplo, después de la Primera Guerra Mundial, Francia invocó que no correspondía organizar un plebiscito en Alsacia-Lorena, ya que desde 1871 –año del traspaso del territorio a Alemania– miles de franceses habían preferido irse antes que estar sometidos a la soberanía alemana, y que en contrapartida, miles de alemanes se habían instalado en él. Cuando la población sueca de las Islas Aland, bajo soberanía finlandesa, planteó su libre determinación para integrarse a Suecia, la respuesta fue una amplia autonomía, pero bajo la soberanía de Finlandia. En casos recientes de controversias territoriales dirimidas ante la Corte Internacional de Justicia, los fallos reconocieron la soberanía de un Estado aunque el territorio en cuestión estuviera habitado por ciudadanos del otro. Por ejemplo, cien mil nigerianos que habitan en la península de Bakassi, muchos de ellos desde varias generaciones, se encuentran bajo la soberanía de Camerún. La Corte de La Haya reconoció que los derechos adquiridos de dichos habitantes deben ser preservados por el Estado soberano, algo que en el caso de las Malvinas la Argentina ya se ha comprometido a hacer en la Constitución nacional.
La propaganda británica se esfuerza por hablar de la “democracia” isleña. Ni siquiera es un referéndum con un mínimo de debate. Nadie hace campaña por el “no”. En una sociedad estrecha en la que cada uno sabe todo del resto, cualquier disonancia es sinónimo de traición. Ni siquiera los “independentistas” osan llamar a votar “no”. La posición argentina es tergiversada y la lectura de la historia y del derecho aplicable a la disputa que se inculca es deformada. El gobierno de David Cameron, que ha aceptado que Escocia decida seguir o no siendo miembro del Reino Unido, exige allí que el referéndum se organice con todas las opciones explicadas claramente y con asesoría de expertos independientes. El contraste es evidente. También lo es que para que los escoceses puedan decidir sobre su independencia, el gobierno británico haya estimado que era necesario su consentimiento y que una secesión unilateral no era válida. En Canadá, la Corte Suprema considera que aun si un plebiscito en Quebec arrojara un resultado favorable a la independencia, ello no sería suficiente. Quebec debería negociar con las otras provincias y el gobierno federal sobre si accede a la independencia o no. Ejemplos elocuentes que, salvando incluso las grandes distancias que separan los casos mencionados con el de las Malvinas, muestran que la opinión de los habitantes de un territorio no basta para decidir su destino.
Londres y su administración local insisten en que las Malvinas ya no son una colonia. Se trata en realidad del mismo sistema con ropaje nuevo. El 10 y 11 de marzo, los electores británicos votarán para que Londres continúe nombrando a dedo al gobernador de las Islas, tradicionalmente un diplomático del Foreign Office que pisa las islas por primera vez cuando asume, luego de haber sido embajador en algún país. No es una mera figura decorativa. El gobernador tiene capacidad para implementar una ley o tomar una decisión aun en contra de la opinión de la Asamblea Legislativa o del Consejo Ejecutivo. El comandante de las fuerzas británicas es una figura inscripta en la “Constitución” de las islas. Junto al procurador general –nombrado por Londres– forman parte de la Asamblea legislativa, aunque sin derecho a voto. La “Corte Suprema” está constituida por un juez que también viene de Londres.
La Argentina tiene mucho más que ofrecer que este sistema colonial británico de manejo de territorios. Unas Malvinas reintegradas efectivamente a la soberanía argentina tendrían una verdadera autonomía en la que sus habitantes elegirían ellos mismos a su gobernador y tendrían su representación en las instancias parlamentarias nacionales. Pero ese tipo de cuestiones sólo podrá discutirse cuando el Reino Unido cumpla con su obligación de resolver la controversia de soberanía por medios pacíficos. En otras palabras, cuando haya negociaciones sobre la cuestión central que separa a ambos países. Mientras tanto, el 12 de marzo todo seguirá igual, a pesar de la vana demostración muscular del Reino Unido.
* Profesor de Derecho Internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra. Fue abogado de la Argentina ante la Corte Internacional de Justicia en el caso de las pasteras en el río Uruguay y ante el Tribunal Internacional de Derecho del Mar en el caso de la Fragata ARA Libertad.
 

MALVINAS 2013 Largas colas en Malvinas para votar en el referéndum

Largas colas en Malvinas para votar en el referéndum

Se espera que participen más de 1000 habitantes de las islas; decidirán si quieren seguir siendo británicos; la Argentina rechaza la votación impulsada por las autoridades locales
PUERO ARGENTINO.- A pesar del frío, los malvinenses hicieron hoy largas filas para votar en el referendo convocado por las autoridades locales para manifestarse sobre si desean mantener la soberanía británica.
Desde las 10 de la mañana, cuando abrieron los centros electorales, los ciudadanos con residencia permanente en las islas del Atlántico Sur empezaron a depositar su voto a la pregunta de quieren que las Malvinas mantengan el estatus político actual como territorio del Reino Unido de ultramar.
Dos horas antes de que abrieran los cuatro colegios electorales en las dos islas principales de Malvinas (isla Soledad y Gran Malvina), cuatro vehículos todo terreno y una avioneta, denominados centro de votación "móviles", empezaron a recorrer los poblados más aislados de este territorio para que sus habitantes puedan votar.
En el ayuntamiento de Port Stanley el primero en votar fue Graham France, un británico de 79 años que lleva 23 años viviendo en las islas Malvinas y que, a pesar del frío y el viento, no está dispuesto a cambiar este lugar por ningún otro del mundo.
Antes de la votación, el primer ministro David Cameron advirtió que "protegerá" a los isleños de "las amenazas de la Argentina".
"Nos engañaríamos si pensáramos que Argentina va a cambiar (de posición) de la noche a la mañana, pero esperamos mandar un mensaje fuerte a ellos y a los demás", dijo Jan Cheek, miembro de la Asamblea Legislativa de las Malvinas, que los británicos llaman Falklands.
El referéndum se realiza en medio de una fuerte ofensiva internacional del gobierno de Cristina Kirchner para que Londres acepte entablar negociaciones diplomáticas por la disputa de soberanía en Malvinas.
Ahora, con la consulta, los isleños esperan un "Sí" contundente, con una alta tasa de participación, para responder al gobierno argentino.
También esperan poder presionar a otras capitales para obtener reconocimiento internacional.
 
Los isleños esperan enviar un mensaje contundente al gobierno argentino.  Foto:  AP 
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Estados Unidos, por ejemplo, se ha guardado mucho de tomar partido en el contencioso, a pesar de su alianza con el Reino Unido.La Casa Rosada insiste en que el diferendo debe resolverse mediante negociaciones bilaterales entre Londres y Buenos Aires, como pide la ONU desde 1965, sin interferencia de los isleños.
Pero el Reino Unido siempre ha rechazado esta opción, alegando que los habitantes de las islas son los únicos que deben decidir su futuro.
Agencia EFE.

REINO UNIDO 2013 Antes de la votación, Cameron advirtió que "protegerá" a los isleños

Antes de la votación, Cameron advirtió que "protegerá" a los isleños

El primer ministro británico se refirió al referendo que se realizará hoy y mañana en las islas: "La Argentina puede seguir amenazando, pero estaremos allí para protegerlos", dijo
LONDRES.- El primer ministro británico, David Cameron, advirtió que Gran Bretaña "protegerá" a los habitantes de las Islas Malvinas de las "intimidaciones y amenazas" de la Argentina.
Cameron escribió un editorial en el diario sensacionalista The Sun, en el que se refirió al referéndum convocado para hoy y mañana en las islas del Atlántico Sur.
Bajo el título de "My View" , el Primer Ministro escribió que hace 31 años "las Fuerzas británicas liberaron las Islas Falklands (Malvinas), mostrando un coraje y determinación notables. 255 soldados (británicos) perdieron su vida".
"Nunca olvidaremos ese sacrificio último que hicieron. Nosotros hemos demostrado que no seremos intimidados, que defenderemos nuestros intereses, Y que, por sobre todo, defenderemos lo que creemos es correcto", dijo Cameron.
Con respecto a la consulta de hoy en las islas, el jefe del gobierno británico aclaró: "Hoy los falklanders (isleños) harán escuchar sus voces en el referéndum".
"La Argentina puede seguir amenazando, intimidando a los barcos pesqueros, amenazando empresas que hacen comercio con las islas, estrangulando los ingresos de los isleños. Pero mientras que los isleños quieran seguir siendo británicos, nosotros siempre estaremos allí para protegerlos", continuó el premier.
"Tienen mi palabra de ello", concluyó..

MALVINAS VOTA. UN MENSAJE SIN MATICES HACIA LA ARGENTINA 2013.

Malvinas vota: un mensaje sin matices

PUERTO ARGENTINO.- El viento helado y una lluvia persistente no lograron desanimar ayer a unos cien isleños que con autos y camionetas se reunieron en un monte frente a esta ciudad para formar con los vehículos la palabra YES. En este clima de optimismo y de alta expectativa, los malvinenses realizarán entre hoy y mañana el r eferéndum para definir si quieren seguir siendo o no un territorio de ultramar de Gran Bretaña y abrir la posibilidad al debate de la autodeterminación.
Todos coinciden aquí en que se trata de un "momento histórico" y, casi sin matices, creen que el resultado significará un gran gesto contra la Argentina , que en los últimos años intensificó sus reclamos de soberanía sobre las islas.
Algunos son viscerales y otros un poco más moderados. Pero no hay quienes se muestren abiertamente antibritánicos o proargentinos. Al menos, no lo demuestran en público.
El referéndum se vive como una verdadera fiesta , que ayer mostró su rostro visible con ese yes marcado por camionetas que llevaban la bandera de las islas Malvinas.
"British, soy british y voto por el sí. Es lo que debemos hacer", comentó ayer a LA NACION un veterano taxista de esta ciudad. Su compañero de ruta que llegaba mojado del acto por el "yes" lo avaló por completo. "No se puede dudar mucho cuando hay que elegir entre Gran Bretaña y la Argentina, ¿verdad?", dijo, sonriente.
Un total de 1670 malvinenses de los 2560 habitantes que hay aquí estarán en condiciones de votar hoy. Son todos aquellos que tienen un mínimo de siete años de residencia y los papeles de ciudadanía en orden. Entre ellos hay chilenos y argentinos.
Cada uno recibirá a la hora de votar una papeleta con la pregunta: "¿Desea que las islas Malvinas mantengan su actual estatus de territorio de ultramar del Reino Unido? Sí o no". Debajo de esa pregunta aparecerá un texto que sostiene: "La situación política actual de las islas Malvinas es que son un territorio de ultramar del Reino Unido. Las islas tienen autonomía interna y el Reino Unido es responsable de la defensa y las relaciones exteriores".
Pero para que no queden dudas de que nadie les impone nada se aclarará que "conforme a la Constitución de las islas Malvinas el pueblo tiene derecho a la libre determinación, que puede ejercer en cualquier momento. Dado que la Argentina está llamando a las negociaciones sobre la soberanía de las islas Malvinas, este referéndum se está realizando para consultar al pueblo sobre sus puntos de vista sobre la situación política de las islas". Y de inmediato, la papeleta pone que si la mayoría de los votos emitidos resultara en contra de la situación actual, el gobierno de las Malvinas llevará adelante las consultas necesarias y los trabajos preparatorios con el fin de llevar a cabo un referéndum sobre las opciones políticas alternativas.
Se pondrán muchas cosas en juego. No es un simple referéndum para testear el conocido estatus político de las islas y su alineamiento con Londres. Se juega también en las urnas la cristalización de los históricos tironeos entre Londres y Buenos Aires. Algunos aducen que el resultado podrá ser un gesto embrionario de los isleños para empezar a definir su identidad como pueblo.
Para los isleños el referéndum es al mismo tiempo una oportunidad de una inédita apertura hacia América latina. No es casual que el gobierno de las islas haya hecho, junto con la diplomacia británica, un arduo trabajo para traer a esta consulta un amplio grupo de observadores de América latina y el Pacífico Sur. Para el gobierno argentino, los comicios que se harán aquí no son más que un "acto ilegítimo", carente de todo fundamento jurídico, ya que, aducen, no cuentan con el aval de las Naciones Unidas y no se encuadran en la lógica internacional del reclamo de autodeterminación de un pueblo originario.
Dick Sawle es miembro de la Asamblea Legislativa de las islas y fue uno de los mayores promotores del referéndum. Por eso, no es casual que diga a LA NACION: "Con la votación se enviará el mensaje más fuerte posible de las islas Falkland de que estamos orgullosos de ser británicos". Sawle añadió: "El que hace caso omiso de nosotros no tiene en cuenta nuestro derecho humano fundamental a la libre determinación, el derecho que tenemos de elegir qué sistema político deseamos tener".
El sacerdote apostólico Michael Bernard McPartland, de la Iglesia de St. Mary, está desde hace unos diez años en Puerto Argentino y si bien no irá a votar, hoy expresa que "los isleños realmente quieren que su país permanezca como un territorio británico de ultramar, no como colonia".
Habrá en esta jornada observadores de todo el mundo. Algunos convocados por las autoridades isleñas y otros que llegaron por su cuenta, como Alasdair Pinkerton, profesor de Geografía y Geopolítica de la Universidad de Londres. Llegó especialmente para el referéndum y dice a LA NACION que "la relación entre el Reino Unido y la Argentina está en su peor momento desde 1982" y cree que este referéndum no hará sino "aumentar el riesgo de la Argentina cada vez más agresiva hacia la comunidad de las islas y su bienestar económico". Este catedrático cree que un resultado del sí en las urnas "podría revelar si existe algún apoyo a una política más firme de independencia de Gran Bretaña en el largo plazo".
Si gana el sí, los isleños mantienen el actual estatus, pero se preservan el derecho a la libre determinación para revisar su estado en cualquier momento, lo que podría incluir la plena independencia en el futuro. Éste es uno de los mayores temores del gobierno argentino: es decir, que con este resultado en la mano los isleños recurran en junio al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas para discutir la cláusula de autodeterminación de los pueblos contemplada por la ONU. Este plan busca romper lisa y llanamente con el esquema jurídico de reclamo de soberanía de la Argentina que siempre se planteó desde el fundamento jurídico de la integridad territorial.
La Casa Rosada no sólo sostiene que el referéndum es "ilegítimo", sino que plantea que la figura jurídica de la autodeterminación de los pueblos es "errónea" porque entiende que los isleños que hoy viven en Malvinas son una "población implantada" y no un pueblo autóctono. Más allá del debate jurídico, en la administración de Cristina Kirchner están preocupados por el resultado del referéndum. No fue casual el comunicado que emitió anteayer la Cancillería en el que calificó de "ridículo" el referéndum. Más muestras de inquietud: la Cancillería emitió un cable reservado a todas sus embajadas con un "instructivo" para explicar al mundo por qué cree en la "ilegitimidad del referéndum".
Para contestar a esta eventual estrategia de la Argentina en la ONU, Mike Summers, otro de los legisladores de las Malvinas, viajó a Estados Unidos para explicar allí los alcances del referéndum. En diálogo con LA NACION, dijo: "Todo está preparado para que los isleños tengan por primera vez la oportunidad de declarar formalmente su posición sobre nuestro futuro político". Y subrayó: "Apoyar el derecho a la autodeterminación no es una muestra de apoyo para el Reino Unido, sino de oposición a las aspiraciones colonialistas de los argentinos".

La batalla por los veedores

PUERTO ARGENTINO (De un enviado especial).- Fue una de las mayores pulseadas que se dio en las sombras de la diplomacia de Gran Bretaña y la Argentina. La estrategia destinada a los observadores electorales internacionales buscó disuadir, en el caso argentino, o convencer, en el lugar de los británicos.
La Argentina realizó desde diciembre un fuerte ejercicio de sus embajadas en todo el mundo para convencer al mundo de no enviar veedores aquí. Gran Bretaña desplegó todos los dispositivos de su diplomacia para convencer a sus países aliados y a otros no tanto sobre la necesidad de enviar observadores a las islas.
El canciller Héctor Timerman emitió varios cables reservados a sus embajadores para instruirlos sobre el plan de disuasión y sustentar en el plano internacional el argumento de "ilegitimidad" del referéndum. Buena parte de esta siembra se cosechó entre los países de la Unasur, en algunos africanos y europeos y en Asia.
Gran Bretaña y el gobierno de las Malvinas hicieron un fino trabajo silencioso. Lograron que un grupo de observadores internacionales esté presente hoy en la consulta. Ayer, llegaron al hotel Malvina House los referentes de la Misión Internacional de Observación del Referendo (MIOR).
Este equipo conformado por referentes de América latina y el Pacífico Sur determinará si el voto de los malvinenses es "libre, justo y representativo de la voluntad de los isleños". Este grupo estará dirigido por Brad Smith y el colombiano Juan Manuel Henao. Incluirá un número de funcionarios electos, líderes de la sociedad civil y expertos técnicos. "El equipo internacional ha sido convocado por Canadem, una ONG sin fines de lucro que se dedica a promover la democracia, con sede en Canadá", dijo a LA NACION Henao para desterrar la idea de que fueron incentivados por Gran Bretaña..

MALVINAS REFERENDUM 2013 Manda la identidad, pero también la necesidad

Testimonio

Manda la identidad, pero también la necesidad


PUERTO ARGENTINO.- Neville Hayward, gerente de supermercado, viste un traje hecho con la bandera británica. También la mujer que lo acompaña. En el frío de la mañana, saltando y riéndose, esperan su turno para votar. Es domingo. El referéndum ha comenzado.
En vez de encarar directamente hacia el Town Hall, donde está la urna, voy a la catedral anglicana. En la puerta, el reverendo Richard Hines estrecha la mano de quienes van entrando. Me dice: "Quizás hoy seamos pocos". Luego, en castellano, porque fue misionero en el Chaco, me da nuevamente la bienvenida.
Me siento bajo la alta nave de madera oscura, una invertida quilla de barco, y espero el sermón. Seguramente, el reverendo Hines sospecha que he venido a su iglesia por esa causa. Pregunta: "¿Qué día es hoy? Un día muy importante porque es el comienzo de nuestro referéndum". Ésa fue su única mención. Afuera, en cambio, todos los que andan por la calle giran alrededor del referéndum.
Un inmigrante de Santa Helena acompaña a su mujer isleña a votar. Harán una cola que da vuelta la esquina: gente que se conoce y responde a la prensa como si supiera qué quieren escuchar los periodistas. Informan cuándo llegaron a las islas o a qué generación de isleños pertenecen. Una mujer de Gales se define "isleña británica"; otra, "isleña que vino de Escocia". A algunos es innecesario preguntarles: la remera blanca tiene un mapa de América latina donde la superficie de la Argentina está ocupada por el Atlántico (país hundido en el mar), con la leyenda "Británico hasta la médula". Equivalente del cartel "Falk U Argentina" que, debidamente ilustrado, adorna algunos autos.
Un hombre de cincuenta años me explica la política argentina: "Si la Presidenta se ocupara de la inflación y de los verdaderos problemas, no nos estaría molestando a nosotros". También tiene su opinión sobre Timerman: "Leí el libro de su padre, fue un preso de los militares y un gran periodista. Su corazón debe estar retorciéndose en la tumba. Además, ¿qué le parece a usted que un judío use la expresión «solución final»?". Yo callo y el hombre, como si hubiera pensado que fue demasiado cortante, abre la bandeja que estuvo sosteniendo todo este rato, y me dice: "En señal de amistad, quiero convidarle un arrollado de salchicha; hace demasiado frío para usted". Después, recupera el aire severo: "Hable con aquel de barba gris y camisa celeste".
Obedezco. Apunto a mi anterior interlocutor y le digo al de barba: "Aquel hombre me aconsejó que hablara con usted". Me pasa su tarjeta: Barry Elsby, miembro de la Asamblea Legislativa (llegado a las islas en la década de 1990). "Lo importante es mostrar esta asistencia masiva. Seguiremos siendo territorio británico de ultramar." "¿Y con el tiempo?", pregunto. Hace un gesto, descarta la pregunta. Otro votante me responde: "No podemos independizarnos de Gran Bretaña porque no nos alcanzaría la plata para pagar nuestra propia defensa. No podríamos pagarles, por ejemplo, a los rusos, ni a ningún otro. Y la Argentina se nos echaría encima". "¿Entonces seguir siendo territorio británico es la única manera de no volverse territorio argentino?", le pregunto. "Exactamente." Para este hombre, el Reino Unido es una necesidad geopolítica. Para la mayoría, en cambio, hay algo identitario en juego: una mezcla de dos islas en hemisferios diferentes.
En números contantes y sonantes, ¿cómo vive esta gente? Más del sesenta por ciento es dueño de su casa, y si no lo es, puede acceder a un crédito a 25 años con cuotas fijas, que alcanza a cubrir el setenta por ciento de una vivienda; la casi totalidad considera que su alojamiento se ajusta a las necesidades. Hay un uno por ciento de desempleados. El 20 por ciento tiene dos trabajos. Todos acuerdan en que falta mano de obra y que son necesarias leyes inmigratorias más flexibles. El ingreso anual per cápita es de 32.213 dólares. Las dos escuelas y la medicina son públicas. Los adolescentes que terminan el primer tramo del secundario, por lo general, viajan becados a Gran Bretaña.
El 59 por ciento de los que hoy y mañana están votando se autodefinen como "isleños de las Falklands". El 29 por ciento se considera británico. Casi el 10 por ciento ha nacido en la isla de Santa Helena; poco más del 5 por ciento es chileno. Como las leyes inmigratorias son absolutamente rígidas, comenzar el trámite para alcanzar el estatus de isleño implica poner 800 libras en la ventanilla.
Pero estos números del censo de 2012, publicado por Penguin News, tienen su más alto grado de problemática elocuencia en lo que concierne a la autodefinición de los censados. Entre los votantes casi un 60 por ciento ha definido una identidad: isleños de las Falkland (si se lo quiere traducir a una denominación argentina: malvinenses).
Éste es el corazón de lo que está en juego, la discusión, que los antropólogos conocen bien, sobre la cultura en el sentido de forma de vida. Es difícil discutir la pertenencia a una cultura, que constituye también una fuente de derechos ciudadanos. Se equivoquen o no, los isleños piensan que se autogobiernan en todas las cuestiones esenciales y que están, precisamente, relacionadas con la vida de comunidad. Y creen que les conviene delegar las relaciones exteriores y la defensa. Ellos prefieren equivocarse de ese modo, y vivir así.
Estos isleños, a las dos y media de la tarde, conducen más de trescientos autos por el camino rural que va del puerto a las alturas de Moody Valley, flanqueadas por los sitios de dos emblemáticas batallas: Mount Longdon y Twin Sisters. A tres ocupantes por auto, se han movilizado 900 personas, un tercio de la población. Desde las bardas, siete jinetes y un camión cargado de ovejas encabezan la bajada hasta el puerto. Muy lentamente, los autos embanderados recorren la aldea. Quien no está en la caravana, está fotografiándola. El gobernador, vestido con remera amarilla, la mira sonriendo tranquilo en la entrada de su casa..

MALVINAS REFERENDUM 2013. Los isleños ganaron la pulseada por los veedores

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Los isleños ganaron la pulseada por los veedores

Hay varios miembros latinoamericanos entre los encargados de supervisar la consulta
PUERTO ARGENTINO (De un enviado especial).- La misión de observadores del referéndum en las islas Malvinas será otro de los trofeos que mostrará hoy el gobierno local ante la Argentina.
Sucede que entre los integrantes de la Misión Internacional de Observadores del Referéndum (MIOR) contratada por el gobierno de las islas no sólo figuran referentes de países alineados con Londres, sino también representantes de América latina. La Argentina hizo un fuerte esfuerzo diplomático por evitar que lleguen aquí observadores latinoamericanos. Sin embargo, ayer LA NACION pudo saber que el grupo de observadores está dirigido por el norteamericano Brad Smith, acompañado por el colombiano Juan Manuel Henao, quien fue designado jefe adjunto de la misión.
También están en la misión Elaine Souza de Oliviera, de Brasil; Samuel Valenzuela, de Chile; Laura Elena Herrejon, de México; el diputado Jaime Mario Trobo, de Uruguay; Wyatt Creech y Richard Barker, de Nueva Zelanda, y Alisha Todd y Andres Lopez-Hoyos, de Canadá.
La presencia de latinoamericanos generó más de una controversia. Por ejemplo, el gobierno uruguayo cuestionó la presencia de Trobo, diputado por el partido Nacional y ex ministro de Deportes de la gestión de Jorge Batlle. "Nosotros no tenemos compromiso con el gobierno en su política exterior. No comprometemos tampoco al Estado uruguayo ni su posición sobre la soberanía", se justificó el diputado uruguayo.
Este grupo de dirigentes se repartió ayer en diferentes puntos de la isla para supervisar el normal desarrollo de los comicios. Hoy, cuando cierre el referéndum, darán a conocer un informe sobre la cuestión.
Este grupo fue contratado por las autoridades de las islas y responde a una ONG de Canadá, y que cuenta con politólogos y analistas de todo el mundo..

ARGENTINA 2013 Una inédita experiencia para los argentinos

Una consulta clave / Lejos del conflicto

Una inédita experiencia para los argentinos


PUERTO ARGENTINO.- Por opción o por imposibilidades políticas. En cualquier caso el resultado es el mismo: los argentinos que se mostraron ayer en las islas Malvinas no participaron del referéndum que organizaron las autoridades locales para definir el estatus político futuro, aunque desde diversos lugares coincidieron en que la consulta realizada "debe ser un mensaje al mundo".
Sebastián Socodo está aquí desde hace más de diez años, y aunque tiene los siete años necesarios para votar no cuenta con la documentación de residente permanente que le permitiría ir a las urnas. Trabaja en la municipalidad de Puerto Argentino y está construyendo una casa con su mujer.
"Éste debe ser un mensaje al mundo de que aquí queremos seguir viviendo con este sistema político", comentó en diálogo con LA NACION.
En sus horas libres Socodo también trabaja como guía turístico y cree que el referéndum servirá para dar una fuerte señal política, aunque evita entrar en consideraciones sobre el gobierno argentino.
A los residentes argentinos en las islas se sumaron dos ex combatientes de la guerra, que cuando planificaron regresar a las Malvinas no sabían que su visita coincidiría con la consulta.
Gustavo Giménez y Eduardo Mirabetto, dos ex combatientes de la guerra de 1982, pertenecen al Centro de Ex Combatientes de Ituzaingó. Llegaron aquí anteayer y aclaran que sólo vinieron para rendir homenaje a sus compañeros caídos en batalla. Irán mañana al cementerio de Darwin, pero no por ello resultaron ajenos al referéndum y recibieron un trato cordial de los isleños.
"El gobierno argentino no debe olvidarse de nosotros y tampoco debería desoír este referéndum, si es que hay intenciones reales de dialogar por una solución pacífica", sostuvo Giménez en diálogo con LA NACION. Fue soldado conscripto en 1982 y luchó en Puerto Argentino, a pocas cuadras del Hotel Malvina House, donde hoy se hospeda.
"Es una manera de expresarle al mundo lo que sienten. Y además lo que digan debe ser respetado y escuchado", dijo con tono conciliador.
"No hay que olvidar que a través del diálogo se puede llegar a muchas cosas, como hizo China con Gran Bretaña por la situación de Hong Kong", coincidió en el sentido de sus palabras Mirabetto.
Ambos veteranos de guerra coinciden en que el referéndum fue "un gran circo y que estaba todo armado para mostrar al mundo una señal". Pero también son conscientes de que "hace falta dialogar".
Mirabetto, que estuvo en el barco destructor ARA Segui durante la guerra, aclara de entrada: "Esto no significa resignar nuestro reclamo de soberanía. Pero hace falta escuchar a esta gente", dijo mirando hacia la ruta en la que pasaban varios autos con las banderas británicas enarboladas para apoyar el sí al referéndum.
Giménez y Mirabetto dijeron que los trataron muy bien durante su estadía y sólo se sintieron incómodos cuando una señora les sacó la lengua como reprobación.

Críticas en la prensa británica

El referéndum que se lleva a cabo en las Malvinas genera polémica también entre algunos ingleses. En una columna muy crítica, Richard Norton-Taylor, periodista de The Guardian, sostuvo que el plebiscito "no va a resolver nada" y que "es insignificante". "Nunca antes en la historia británica hubo un referéndum tan predecible, con un propósito tan provocativo", dice el artículo publicado en el periódico británico. "El referéndum no va a resolver nada. Va a exacerbar discusiones anacrónicas sobre la soberanía", sostiene el periodista, y señala que se trata de "un dispositivo para fortalecer al gobierno británico" frente a la escalada de reclamos de la Argentina para negociar la soberanía de las islas.

Postales de una jornada histórica

Argentinos y británicos contrastaron sus vivencias
  •  
    Los ex combatientes
    Giménez y Mirabetto pelearon en 1982 y sin proponérselo terminaron regresando justo cuando se realiza el referéndum. Dijeron que hay que escuchar el mensaje que los isleños dan con la consulta
  •  
    Más británicos que nunca
    Muchos de los isleños fueron a los centros de votación totalmente vestidos con la bandera británica; otros llevaron sus mascotas con atuendos, y hubo quienes colgaron la Union Jack en sus vehículos

MALVINAS 2013 REFERENDUM. Malvinas: duros mensajes contra el país en la consulta




Referéndum

Malvinas: duros mensajes contra el país en la consulta

Por  | LA NACION
PUERTO ARGENTINO.- Hubo cientos de banderas del Reino Unido en las calles y un amplio despliegue del cotillón electoral británico en los bares, hoteles y casas. Todo se vivió como una verdadera fiesta en esta ciudad y en otras localidades del interior de las islas Malvinas. No se necesitaban demasiadas palabras para completar la postal: los gestos y mensajes fueron muy claros.
Durante la primera jornada del referéndum organizado por las autoridades locales para definir el estatus político de las islas, los votantes emitieron ayer una señal inequívoca al mundo: dieron señales evidentes de que quieren seguir siendo británicos, fustigaron duramente a la Argentina con mensajes ácidos y no se mostraron muy convencidos sobre la posibilidad de aspirar en el futuro a una eventual independencia.
Hoy continuará el plebiscito para saber si los isleños quieren seguir siendo un territorio de ultramar británico. Por la noche se conocerán los resultados, aunque no hay ninguna duda de que habrá un respaldo abrumador a mantener el actual vínculo con Londres y rechazar cualquier alternativa que los pueda relacionar con la Argentina.
Ayer se desplegaron cuatro centros fijos de votación en las dos grandes islas, ocho centros en otras pequeñas islas, un avión recorrió las zonas alejadas y cuatro móviles de votación se trasladaron entre las 8 y las 18 por pueblos y campos del interior.
La Misión de Observadores Internacionales contratados por las autoridades de las islas Malvinas acompañó a cada móvil de votación y estuvo en los puestos fijos.
El jefe de la misión de estos observadores, el colombiano Juan Henao, explicó a LA NACION que hasta anoche había votado más del 70 por cientodel electorado y que todo había transcurrido "con normalidad y en forma pacífica".
Entre ayer y hoy están en condiciones de votar unos 1650 isleños de los 2500 habitantes que hay. Para hacerlo deben tener siete años de residencia y los documentos al día. Si bien entre los votantes hay argentinos y chilenos, ayer no se vio a ninguno frente a los centros de votación.
La primera muestra de que el sí ganará abrumadoramente en esta consulta la dio Graham France, un jubilado de 79 años que nació en Gran Bretaña y hace 23 años llegó a las islas Malvinas.
Nada pareció casual: este ex constructor de Sussex no sólo fue el primer votante del referéndum que se mostró sin tapujos por un resultado favorable del referéndum, sino que también abrió la puerta a una catarata de imágenes probritánicas que se repitieron a lo largo de todo el día.
"Vamos a mostrar al mundo y a la Argentina que somos británicos y que queremos seguir siéndolo", expresó France a LA NACION. Tenía apenas un saco gris oscuro y el viento lluvioso sumado a los cuatro grados de temperatura no le hacía temblar la voz.
A las 10.01 terminó de votar en el Town Hall, el edificio donde funciona la Asamblea Legislativa, y detrás de él ya empezaban a hacer fila una veintena de isleños. Se arrimaban en familia o solos. Había entusiasmo entre ellos y sonrisas compartidas. La mayoría llevaba remeras, gorras, trajes, zapatos o cualquier atuendo que tuviera la bandera del Reino Unido.
En otros casos la alegoría en contra de la Argentina era más elocuente: se vieron remeras con inscripciones como "England 1 Argentina 0", dibujos con el mapa de la Argentina y la palabra shit (mierda) o una casaca como la que mostraba Tedd, el dueño de una tienda de souvenirs , que decía: "Las Falkland [Malvinas] son británicas. Lo único que hay de la Argentina aquí son las minas. Peligro".
Stephen Clifton, un capitán de barcos que nació aquí llegó a votar con sus dos hijos y no ahorró críticas hacia la Argentina. "Es imposible dialogar con el gobierno de ustedes. Además la Argentina se parece a la dictadura, que sólo saca el tema Falkland [Malvinas] para tapar sus problemas internos", dijo a LA NACION.
El gobierno argentino rechazó de plano el referéndum realizado aquí. La embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, calificó de "irrelevante" la consulta (ver aparte).
Es que para la Argentina el referéndum no sólo no fue convocado por las Naciones Unidas, sino que consideran a los actuales habitantes de Malvinas una "colonia implantada" y sin posibilidad de recurrir al recurso de autodeterminación de los pueblos que invocan los isleños en la ONU.
No obstante, los votantes ayer no sólo desoyeron los cuestionamientos de Buenos Aires, sino que insistieron en fustigar a la Argentina.
En medio de la votación se pudo ver una caravana de 87 vehículos, más caballos y motos con banderas de Gran Bretaña y carteles por el sí.
No hubo espacio para el disenso. La campaña por el no brilló por su ausencia. Nadie, al menos en público, se animó a opinar en contra del sí. Henao, el jefe de los observadores (grupo conformado por representantes de países alineados con Londres, pero también latinoamericanos), dijo que la ley de las islas Malvinas no prohibía la campaña por el sí durante la votación.
Los isleños también continuaron fustigando al Gobierno: "Es importante que la Argentina escuche nuestro reclamo y nos sume al diálogo en las Naciones Unidas", dijo Dahiana Burucua, una uruguaya que llegó aquí hace más de 10 años.
Más directa fue Frina Bernsten cuando dijo que "parece increíble que el gobierno argentino nos ignore. Estamos orgullosos de ser ingleses y no nos vamos a ir", dijo a LA NACION.
Esta conductora de la radio local fue una de las pocas que mencionaron la idea de la independencia como un debate "para más adelante".
Por ahora, la mayoría de los isleños no sólo ve lejana la guerra de 1982, sino también el despegue de Gran Bretaña. Hay varias razones económicas, de defensa militar y de pertenencia a una bandera que explican estos motivos.
El referéndum se produce en uno de los momentos de mayor tensión entre la Argentina y Gran Bretaña. La Cancillería acaba de denunciar ante la ONU la militarización de las islas.
Londres rechazó esas acusaciones y criticó a la Argentina por las restricciones que afectan a los isleños, como la limitación de los vuelos chárter y las acciones para que los buques que se dirijan a las Malvinas no puedan hacer escala en puertos de países latinoamericanos.

Festejos para todas las madres

PUERTO ARGENTINO (De un enviado especial).- Si alguien buscaba ver la típica postal inglesa de la familia en almuerzo dominical con vestidos tradicionales de las mujeres, regalos florales, niños bien arreglados y hombres bebiendo cerveza no hacía falta más que darse una vuelta por los bares y restaurantes de esta ciudad. En paralelo al referéndum, los isleños tuvieron otro festejo: el Día de la Madre. Resultaba imposible conseguir reserva en un restaurante al mediodía. Todos los lugares estaban llenos de familias festejando y comiendo. Hasta el sacerdote de la iglesia St. Mary dedicó unas palabras a las madres por su día en el sermón dominical..
Del editor: qué significa.
Los isleños están dando un paso decisivo en su objetivo de lograr un mayor grado de autodeterminación. La Argentina aparece impotente ante la consulta.
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UN GRAN OPERATIVO ELECTORAL A MEDIDA.
LA REALIZACIÓN DEL REFERENDUM IMPLICÓ UNA IMPORTANTE MOVILIZACIÓN PARA GARANTIZAR EL ACCESO A LAS URNAS EN TODOS LOS RINCONES DEL ARCHIPIÉLAGO




REINO UNIDO 2014 LONDRES HABLA DE ISLAS MALVINAS

Diario "La Nación". Buenos Aires, 24 de marzo de 2014.

ARGENTINA 2014 OBLIGAN A UN BUQUE A BAJA LA BANDERA AL LLEGAR


Diario "Clarín". Buenos Aires, 13 de febrero de 2014.
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CANCILLERÍA DESMIENTE INCIDENTE CON CRECERO DE TURISMO

territorials argentimas. INFORME PREFECTURA (1)
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PAÍSES ÁRABES 2009 Países árabes instan a dialogar sobre Malvinas

Diario "La Capital". Rosario, Martes, 31 de marzo de 2009 

Países árabes instan a dialogar sobre Malvinas

El documento que surgirá hoy por voluntad de los jefes de Estado de los Países Arabes y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) contendrá un párrafo en el que se instará a las partes, Argentina y Gran Bretaña, a retomar el diálogo por la soberanía de las islas Malvinas.

El documento que surgirá hoy por voluntad de los jefes de Estado de los Países Arabes y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) contendrá un párrafo en el que se instará a las partes, Argentina y Gran Bretaña, a retomar el diálogo por la soberanía de las islas Malvinas.
  El canciller Jorge Taiana confirmó anoche que "en un principio en el documento va a haber un párrafo sobre la necesidad de que se cumpla con lo establecido por las Naciones Unidas sobre retomar el diálogo entre las partes para solucionar el conflicto".
  Para la comitiva argentina esto resulta relevante porque las naciones árabes tienen relaciones fuertes con Gran Bretaña y muestra la sintonía entre las regiones del sur.
  En la reunión participarán 22 miembros de la Liga Arabe y jefes de Estado de los 12 países de Sudamérica, quienes debatirán acerca de la crisis financiera mundial y su impacto en las dos regiones, así como temas relacionados a la cooperación Sur-Sur y otros de corte político que involucran a Palestina y a Sudán.
  El tema Malvinas, se estima, volverá a ser tratado, cuando tras su paso por Doha, la jefa de Estado siga viaje rumbo a Londres para participar de la reunión del Grupo de los 20, donde se discutirá una nueva arquitectura financiera internacional como consecuencia de la actual crisis económica que afecta al mundo.

Contacto en Chile. Anteayer, la presidenta argentina y el primer ministro británico se habían reunido 45 minutos en la Cumbre de Líderes Progresistas que se desarrolló en Chile. Allí, la mandataria le dijo a Gordon Brown que "en el siglo XXI ya no es posible la existencia de un enclave colonial, que no es consistente con la marcha del mundo".
  Sin embargo, el jefe del gobierno británico se apegó a la postura de su país durante los últimos años, y dijo que no están dispuestos a acatar esa resolución en tanto no haya una posición de los isleños que habitan Malvinas. Durante el encuentro, realizado en Viña del Mar, Brown y Fernández se refirieron también a la autorización de usar territorio para vuelos desde las islas del Atlántico sur y la visita de familiares de los soldados argentinos caídos en el conflicto armado desatado en 1982 en Malvinas, entre otros problemas. De la entrevista también participaron el canciller argentino Jorge Taiana, el embajador en Estados Unidos Héctor Timerman y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. (Télam)

lunes, 27 de julio de 2015

ARGENTINA. UNA "RADIO MARTÍ" A LA ARGENTINA: EMITE EN INGLÉS PARA LOS KELPERS

Diario "Clarín". Buenos Aires, 26 de julio de 2015.

Una “radio Martí” a la argentina: emite en inglés para los kelpers

Malvinas.Radio Nacional difunde el “Argentine Bulletin News” dos veces por día. Lo arma en Buenos Aires y sale desde Río Grande.
 
Uno de los boletines de Radio Nacional para los kelpers.

En Malvinas la comparan con una suerte de Radio Martí, la emblemática emisora de Miami que durante décadas penetró el territorio cubano con la intención de voltear el gobierno de los Castro.
Pero el llamado Boletín Malvinas es otro tipo de curiosidad argentina, poco conocida y no exactamente igual a la radiodifusora anticastrista: un micro informativo en inglés, de entre 9 y 12 minutos, que la radio pública nacional emite todos los días, pasada la medianoche y repite a la mañana siguiente desde LRA 24, su emisora en Río Grande, Tierra del Fuego. El Boletín acaba de cumplir dos años de existencia. Su objetivo: penetrar con noticias argentinas las Malvinas, adonde llega con alta calidad auditiva y el lema de que promueve la “Soberanía Radiofónica”.
Pasada la medianoche de cada día, la locutora de LRA 24 Leda Sotto presenta el informativo Argentine News Bulletin, que después, en un inglés bastante afinado leen dos periodistas de la Radio Argentina Exterior (RAE), que se encarga de las emisiones de radio que produce hoy el Estado. Esta depende a su vez de Radio Televisión Argentina (RTA). Y aunque la RAE se presenta en siete idiomas -inglés, japonés, francés y chino, entre otros-, el Boletín Malvinas es el producto que más desarrollado tienen.
“Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de Argentina, la Radio Pública le trae las noticias ahora”, se oye una noche a Fernando Farías, la voz argentina en inglés que llega a las Malvinas. A veces se escucha la voz femenina de Miriam Turkula, también empleada de la RAE.
“Ningún argentino tiene dudas de que las Islas Malvinas pertenecen a nuestro país y entonces, como Estado, tenemos la obligación de mantener informados a los habitantes de ese territorio. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual lo establece como un derecho y su ejercicio se garantiza a través de la Radio Pública, capaz de llegar a cualquier punto del país”, razonó recientemente uno de los directivos de RAE, al cumplirse los dos años de la emisión. También dijo que la iniciativa buscaba “romper el cerco mediático” del archipiélago, adonde en realidad no llegan señales de televisión argentina pero sí de todas partes del mundo que se pueden ver por cable. Según la agencia Télam, el funcionario señaló que se buscaba “garantizar el derecho a la información a los habitantes de habla inglesa", de las Malvinas.
El Boletín Malvinas se elabora cada día, en las oficinas centrales, en Buenos Aires, de Radio Nacional. Y después se envía a su emisora en Río Grande, donde Soto, hace la presentación.
LRA24 nació en 1973, bajo la idea de las radiodifusoras de frontera, y tuvo un rol protagónico durante la guerra de 1982, sirviendo de guía a la fuerza aérea nacional durante los despegues y aterrizajes en Tierra del Fuego y en las islas. Por falta de equipo y envío de presupuesto, se quedó por años sin los 25 kilowats que le permitían un gran alcance. Los equipos mejoraron y ahora el servicio les llega a los kelpers de forma clarísima, aunque según pudo saber este diario, los kelpers le dan la espalda.
Desde LRA24 contaron a Clarín que lograron conversar con latinos que viven en Malvinas, que no se identificaron pero que les dieron el pulso de la calidad auditiva. Pero los comentarios por parte de la población anglosajona fueron negativos en la prensa local. Algunos, por ejemplo, se mofaron de que el presupuesto público argentino se destinara a una actividad “inútil” como la de convencerlos sobre la Argentina. A decir verdad la opinión pública en Malvinas tiene un fuerte peso negativo hacia la Argentina. Y se vive en un clima de profundo rechazo hacia los acercamientos al Continente, sobre todo a raíz de que el kirchnerismo endureció las políticas de vuelo, pesqueras e hidrocarburíferas.
Según se puede escuchar en los Boletines, la información suena meramente informativa, pero la línea editorial sigue la de Radio Nacional: noticias positivas sobre el Gobierno nacional y su política económica, como el reciente anuncio que hizo Cristina Kirchner sobre el aumento del salario mínimo. También suelen reportar las inauguraciones presidenciales de obras públicas; y ahora dan noticias sobre el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli. Entre una y otra información, mechan deporte, espectáculos y aspectos culturales como la “receta” de la empanada.