jueves, 2 de abril de 2015

MALVINAS. EN UNA DÉCADA, EL BOOM ECONÓMICO LES DIÓ A LOS KELPERS EL MAYOR PBI DEL MUNDO.

Diario "El Cronista" Buenos Aires, 

En una década, el boom económico les dio a los kelpers el mayor PBI del mundo

Tienen 10 veces el PBI per cápita de la Argentina y, según datos oficiales del Falkland Island Government, la economía creció al 11% anual desde 2008. La prosperidad de sus habitantes aleja cada vez más a las Islas de las pretensiones argentinas de recuperar la soberanía en el archipiélago. Los frutos de la pesca y la actividad petrolera, en foco.
 En una década, el boom económico les dio a los kelpers el mayor PBI del mundo
En una década, el boom económico les dio a los kelpers el mayor PBI del mundo
A 33 años de la guerra, los casi 3.200 pobladores de las Islas no salen de su sorpresa. Malvinas atraviesa por estos días un momento de auge económico y la paradoja, si se quiere, es que sin la guerra de 1982, es probable que nunca hubiera tenido lugar o que, en todo caso, ese momento hubiera tardado aún más en llegar.
Si bien un dramático aumento del PBI per cápita no significa necesariamente desarrollo y mucho menos una mejor calidad de vida, los kelpers no tienen motivos aparentes para sospechar que ese augurio positivo de prosperidad que habita en las cuentas públicas y en los cuadros estadísticos no los alcance en el corto plazo.
Es más, una rápida comparación con la Argentina continental muestra que, desde el punto de vista estratégico, el crecimiento exponencial de la actividad económica que tiene lugar ahora mismo, aleja cada vez más las pretensiones argentinas para que los habitantes de las Malvinas aten su suerte a los designios de la Casa Rosada.
Como se verá, todo redunda en una mayor autonomía de los isleños, para los que tener un gran superávit económico y una prosperidad galopante, engrosa sus proyecciones soberanas. De hecho, la única materia donde la voz determinante (y los recursos) aún hoy son provistos por el Reino Unido es la defensa de las Islas y el mantenimiento de su base militar de Mont-Pleasent, cuyo presupuesto y mejoras han sido motivo de polémica en plena víspera electoral entre laboristas y conservadores.
Sin ir más lejos, Londres anunció la semana pasada un aumento del presupuesto militar en el archipiélago utilizando como excusa el inverosímil rumor de un supuesto apoyo de la Rusia de Vladimir Putin al gobierno argentino para "invadir las islas.
La reacción argentina no se hizo esperar.
Esta semana, el canciller Héctor Timerman envió notas a diversos organismos internacionales denunciando el "injustificado aumento del ya desmedido gasto militar británico" en las Islas Malvinas. Las misivas del funcionario argentino fueron dirigidas al Secretario General de Naciones Unidas, al Presidente del Comité Especial de Descolonización de esa organización, y al Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, al Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

Independencia económica

En un contexto donde los frutos económicos de la pesca y las crecientes actividades derivadas de la exploración de yacimientos petrolíferos en las aguas isleñas han acrecentado la potencialidad de esa independencia económica en la zona que se disputan la Argentina y el Reino Unido, el dato que ha evidenciado estas mejoras acaba de salir a la luz: según la información publicada en el reporte denominado State of Economy por la Policy Unit del Falkland Island Government (FIG), en los últimos cinco años, el PBI de Malvinas creció a un promedio del 11% anual hasta 2012 y las proyecciones de 2013 arrojarían una cifra aún mayor.
En el informe se señala que esto se debe principalmente a los fuertes flujos de inversión que concentró la exploración de hidrocarburos en el mar de las Malvinas, lo que ha atraído también a un gran número de compañías internacionales "creando puestos de trabajo y riqueza en la zona". A ello hay que agregarle que la explotación ictícola parece haber entrado en una fase de apogeo, con un número creciente de capturas, sobre todo de calamar, que los isleños capitalizan con la concesión de 230 licencias.
Según datos estadísticos oficiales que la administración de las Islas publicó por primera vez este año, el PBI per cápita de los kelpers asciende a u$s 122.000 cuando el de la Argentina es de unos u$s 13.000. En esta línea, la publicación del FIG compara esa marca con la de países cuyos recursos son fuertes en petróleo y gas: por caso Noruega y Qatar concentran un PBI per cápita de u$s 100.000 y u$s 94.000 respectivamente, en línea con otros estados como Mónaco (u$s 105.000) y Luxemburgo (u$s 111.000) según datos del Banco Mundial. Sin embargo, si se quitan los recursos obtenidos por la pesca y la exploración de hidrocarburos, el PBI es de u$s 48.000, similar a países como Japón o Austria.

La revolución tiene forma de pez

El impacto económico de la pesca aún representa mucho para Malvinas, si bien la prospectiva arroja que en los próximos años perderá terreno frente a la industria de los hidrocarburos. En el universo de recursos, la actividad pesquera cuenta con un 34% (u$s 108 millones) del PBI de las Islas comparado con el 25% resultante de la actividad manufacturera, la minería pero, sobre todo, los procesos vinculados con la actividad de la exploración y explotación petrolera. Un 18% es producto del turismo y la hotelería. La decisión del Reino Unido de permitirle al gobierno de las Malvinas declarar una zona económica de 320 kilómetros alrededor de las Islas fue lo que les dio a los isleños jurisdicción sobre las aguas y una transformación: el PBI pasó de u$s 8 millones en 1985 a casi u$s 60 millones en pocos años. En 2012, último dato disponible, ese PBI es de u$s 317 millones, un crecimiento fenomenal con respecto a los u$s 70 millones de comienzos de 2003, si bien 2013 podría traer números aún mayores. Al analizar la serie histórica, el crecimiento del PBI en los últimos 29 años fue de 3.862%.

El futuro

Pero si la pesca es el presente, el petróleo es el futuro. Y ambas son la quintaesencia de una transformación económica que bajo el imperio de las fuertes valoraciones de las materias primas en el mundo ha modificado los destinos del grueso de los habitantes. Los ingresos de estas licencias les permitieron a los kelpers tener un fuerte superávit en los últimos años, por lo que, tal como adelantó en su momento El Cronista, hace un año decidieron constituir un fondo soberano de riqueza de u$s 13.000 millones.
No son las empresas con actividad en Malvinas las que capturan la riqueza ictícola: el gobierno kelper es el que concede -unilateralmente- licencias por 25 años para la explotación pesquera: compañías taiwanesas, coreanas, españolas y algunos joint ventures con Indonesia y otros países han poblado el mar austral de buques factoría, que no sólo realizan capturas de ultramar de hasta 50 toneladas de pescado por día; también procesan, seleccionan y congelan a bordo, producto que, una vez repletas las bodegas, es transportado aguas afuera para ser reubicado en otros buques que se encargarán de llevarlo a puertos de destino en Europa.
El dato más importante es que como estas licencias son transferibles, habilitan a aquél que las posee (generalmente empresarios kelpers) a realizar asociaciones y joint ventures con cualquier empresa del planeta que quiera explotar las aguas de Malvinas. El prototipo de esta figura arrojaría una asociación entre un empresario kelper que tiene la licencia (pero no tiene logística propia ni infraestructura) y una empresa pesquera extranjera que tiene los buques, la tripulación y los trabajadores para realizar las capturas.

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