lunes, 13 de abril de 2015

ARGENTINA - REINO UNIDO. AUMENTA LA TENSIÓN DIPLOMÁTICA CON LONDRES


El frente externo / Acusaciones y amenazas

Aumenta la tensión diplomática con Londres por Malvinas


Dos citaciones a embajadores casi en simultáneo, una denuncia penal y un duro intercambio de palabras reactivaron ayer con dosis de elevada tensión el conflicto diplomático que protagonizan la Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas.
Losdichos de Cristina Kirchner del 2 de abril pasado, cuando objetó a Londres por el aumento del presupuesto de defensa para las Malvinas, sumado a un presunto espionaje británico a Buenos Aires y la denuncia penal de la Argentina contra las empresas inglesas que realizan actividades de exploración de hidrocarburos en la zona del Atlántico Sur, se convirtieron en condimentos perfectos para desatar una nueva tormenta.
Anteayer por la tarde, el Foreign Office citó en Londres a la embajadora argentina Alicia Castro para que dé explicaciones sobre los dichos de Cristina Kirchner. Es porque en el acto por la conmemoración de los 33 años de la Guerra de Malvinas la Presidenta dijo que el aumento de la defensa británica en las islas obedecía tanto a una postura favorable al "lobby armamentista" como a cuestiones de política interna de Londres.
En este contexto, fuentes del Foreign Office dijeron a LA NACIÓN que se objetaron esas declaraciones ante la embajadora Castro. Las mismas fuentes indicaron desde Londres que "el Reino Unido no tiene dudas acerca de su soberanía sobre las islas Malvinas y sus áreas marítimas circundantes, como tampoco del derecho de los isleños acerca de decidir su propio futuro".
La mención de las áreas marítimas respondió a la decisión de la Argentina de presentar una denuncia penal contra las empresas británicas Rockhopper Exploration, Premier Oil y Falkland Oil And Gas Limited, que llevan adelante trabajos de exploración de petróleo en la zona de Malvinas.
Unas horas después de que se conociera la citación de Castro, el vicecanciller Eduardo Zuain decidió convocar al embajador británico John Freeman para exigirle explicaciones por el silencio de Londres frente a las revelaciones del ex agente de la CIA Edward Snowden, a través de la publicación The Intercept, sobre acciones de espionaje electrónico masivo dirigidas contra la Argentina. Desde que se conoció esa denuncia, el viernes pasado, Gran Bretaña mantuvo un sugestivo silencio.
"Fue una reunión muy dura y cargada de tensión", graficó a LA NACIÓN una calificada fuente del Gobierno. El encuentro de Zuain (el canciller Héctor Timerman estaba de viaje a Panamá para la Cumbre de las Américas) con Freeman se realizó ayer y duró 40 minutos. Fue tiempo suficiente como para que el vicecanciller planteara el malestar del Gobierno por las denuncias de espionaje y se quejara por el "maltrato" que recibió la embajadora Castro en Londres. Zuain dijo que el caso de espionaje viola el derecho a la privacidad según las resoluciones 68/167 y 69/166 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y constituyen "actos de intrusión grave, violan los derechos a la privacidad y a la libertad de expresión y pueden ser contrarios a una sociedad democrática". Según ratificaron al menos tres fuentes de la diplomacia local y extranjera a LA NACIÓN, el presunto espionaje británico a la Argentina no habría estado vinculado con las Malvinas, sino con las negociaciones que mantuvo el Gobierno con Irán por el memorándum de la causa AMIA.
El embajador británico no dio explicación alguna sobre el espionaje. "No haremos comentarios", se limitó a decir Freeman, siempre según la versión argentina, ya que la embajada británica no emitió comunicado alguno ni quiso informar sobre el encuentro en el Palacio San Martín.
La reunión entre Zuain y Freeman derivó luego en la denuncia de la Argentina contra las petroleras británicas. La Cancillería informó que junto con el Ministerio de Planificación se presentó una denuncia penal contra las empresas que realizan trabajos de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina sin haber obtenido autorización de la Secretaría de Energía y en violación de la ley 26.915 y las resoluciones de la ONU referidas a las Malvinas. En este punto el embajador británico se mostró muy preocupado por las represalias y presiones que podrían sufrir las compañías británicas.
Pero quizás el punto más álgido del encuentro haya sido cuando se abordó el tema de aumento de la defensa británica en Malvinas. Según pudo saber LA NACIÓN, el vicecanciller expresó al embajador británico el malestar del Gobierno por las declaraciones del secretario de Defensa del Reino Unido, Michael Fallon, cuando anunció el incremento del gasto militar en las islas y la introducción de nuevo equipamiento bélico, alegando una supuesta "amenaza" argentina.
"Es inverosímil y fantasiosa la idea de Gran Bretaña de una supuesta amenaza militar argentina en las islas. Nuestro gobierno siempre buscó y buscará resolver el conflicto por la vía pacífica", asestó Zuain. Sin embargo, el embajador Freeman mencionó el "hostigamiento" y las amenazas que sienten los isleños de parte de la Argentina. "No pueden siquiera consumir fruta fresca porque la Argentina no les permite a los países de la región abastecer a las islas", se habría quejado el embajador británico.
El reciente intercambio diplomático fue áspero. Ni en Londres ni en Buenos Aires se arribó siquiera a un principio de acuerdo sobre Malvinas y todo quedó peor que antes..
Del editor: qué significa. En Gran Bretaña están en plena campaña. En la Argentina, el discurso antibritánico siempre rinde. Sólo así se entiende la actual escalada

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Las pujas con Gran Bretaña y EE.UU. marcan la agenda de Cristina en Panamá

Llega esta noche para estar en la Cumbre de las Américas; Timerman, contra las injerencias
Por   | LA NACION
PANAMÁ.- Con una tirante relación con los Estados Unidos y en medio de la creciente tensión con el Reino Unido, la presidenta Cristina Kirchner llegará hoy a esta ciudad al filo de la madrugada para participar recién mañana de la VII Cumbre de las Américas, en una suerte de despedida de los grandes encuentros de mandatarios.
Sin reuniones bilaterales aún cerradas, aprovechará su estadía de sólo unas horas para reinstalar el debate por la soberanía de las islas Malvinas después de que ayer se elevara el voltaje político con Gran Bretaña, y podría tener un cara a cara, de manera casual, con el presidente Barack Obama tras el duro diagnóstico sobre la salud de la economía argentina que hizo la administración norteamericana.
El canciller Héctor Timerman volvió a condenar ayer la "injerencia de países extranjeros en los asuntos internos" tras las declaraciones de Roberta Jacobson, principal representante de Obama para la región, quien había dicho que la economía argentina estaba "en muy mala forma". Con tono irónico, mostró su sorpresa porque no había ningún alto funcionario de los Estados Unidos en la reunión de cancilleres de la que participó ayer y relató que la delegación argentina esperará hasta hoy para "tener un panorama más claro" sobre lo que piensa la Casa Blanca.
"No hablé con la Presidenta sobre ese tema", respondió cuando LA NACIÓN le consultó si Cristina Kirchner tenía previsto plantearle a Obama sus quejas. "La Argentina es un país que dialoga con todo el mundo y tiene una política exterior independiente y trabaja para conseguir que el pueblo viva cada vez mejor y en armonía con todos los países del mundo sin aceptar liderazgos que no fueron elegidos por el pueblo argentino", remarcó. El canciller dejó así abierta la puerta a algún tipo de contacto, aunque cada vez que pudo esquivó definir si la Presidenta mantendrá aquí algún tipo de reunión con otros mandatarios.
"No hay ningún alto funcionario de los Estados Unidos por ahora en la cumbre. Vamos a ver quién viene mañana [por hoy] para tener más claro el panorama. Hoy había un representante, pero simplemente leyó unas pocas palabras de agradecimiento a Panamá por la cumbre", relató. Timerman participó de la reunión preparatoria de la cumbre con sus pares de los 35 países que integran este foro, que quedó monopolizado por el debate por las sanciones que Estados Unidos decretó contra Venezuela y la histórica presencia de Cuba.
Con una escasa participación, a Cristina Kirchner le quedará insertar el reclamo por la soberanía de las islas Malvinas en el debate de mandatarios de mañana. Ayer, como se preveía, fracasó la redacción de un documento final por la falta de acuerdo en temas como educación, salud y medio ambiente y por la intención del gobierno de Nicolás Maduro de encabezar el texto con el pedido a Obama para que derogue el decreto que consideró a Venezuela una "amenaza".
En medio de la creciente tensión con Gran Bretaña, Cristina tendrá aquí una vidriera internacional para sostener la denuncia que presentó el Gobierno ayer contra las cinco empresas que realizan exploraciones petroleras en Malvinas.
"La Presidenta va a llevar el tema al debate", anticipó Timerman en un contacto con los medios. Dispuesto a hablar, se rió cuando un micrófono le golpeó la cara (sin intención, claro) en el mismo momento en el que pasaba por al lado su par venezolana, Delcy Rodríguez, a los gritos y perseguida por los medios de su país, lo que lo obligó a interrumpir sus palabras. Fue ella, de hecho, quien planteó en el encuentro de ministros el pedido para que todo el continente condene la militarización del Atlántico Sur, que Cristina traerá al plenario.
"Vamos a llevar la denuncia a todo el andarivel de la Justicia y esperamos que se condene a quienes usurpan y roban la riqueza de la Argentina", planteó Timerman sobre la denuncia contra las petroleras que había presentado horas antes el Gobierno. No en vano Cristina llegará con una delegación integrada por Daniel Filmus, secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, además del senador Ruperto Godoy y el diputado Guillermo Carmona, presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras legislativas. El otro participante será el secretario legal y técnico, Carlos Zannini. Se hospedarán en el Intercontinental Miramar, en la zona financiera frente al Pacífico, uno de los tantos hoteles de esta ciudad cargada de shoppings, casinos y bancos.
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El Gobierno evalúa citar a otros embajadores

Pediría explicaciones a diplomáticos de EE.UU., Australia, Canadá y Nueva Zelanda
En la misma línea defensiva que encaró ayer el gobierno contra Gran Bretaña por las denuncias de espionaje a la Argentina, la Cancillería evalúa por estas horas poner la mira en países como Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia.
Según confirmaron a LA NACIÓN altas fuentes diplomáticas argentinas, el canciller Héctor Timerman analiza citar a los embajadores de esos países que, al igual que el Reino Unido, también están involucrados en las denuncias de espionaje cibernético que hizo el ex agente de la agencia norteamericana de seguridad (NSA) Edward Snowden.
"Estamos estudiando la posibilidad de actuar de la misma manera que lo hicimos con Gran Bretaña. Es decir, exigir explicaciones. No descartamos nada", dijo un funcionario de la Casa Rosada. Se refería de esta manera a la citación que hubo ayer del vicecanciller Eduardo Zuain al embajador británico John Freeman (ver aparte) en el Palacio San Martín para que explique los alcances de un supuesto espionaje a la Argentina en torno a las islas Malvinas. El embajador británico no emitió respuesta alguna sobre el tema y la reunión con el vicecanciller derivó en temas relacionados con la militarización de Gran Bretaña en el Atlántico Sur y las denuncias de la Argentina a las empresas inglesas que realizan exploraciones hidrocarburíferas en la zona. Pero, más allá del tema Malvinas, el Gobierno quiere conocer por medio de la diplomacia de los países denunciados por Snowden si hay sustento en la información que dio a conocer el ex agente de la NSA.
La semana pasada, el canal de cable TN accedió a la base de datos que dio Snowden, donde la Argentina aparece como una víctima más de los ataques cibernéticos invasivos de la NSA en complicidad con la GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno), la agencia de inteligencia del Reino Unido. Esa información revelaba que Londres habría actuado con los miembros del denominado Five Eyes (que también incluye a Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y Canadá).
A partir de allí hubo un silencio de los gobiernos de esos países y ninguno de éstos se comunicó con la Argentina para desmentir la versión. Fuentes calificadas de la diplomacia extranjera y local especularon con que el presunto espionaje estaría relacionado con las negociaciones que entabló la Argentina con Irán por el Memorándum de la causa AMIA. Es que ello habría ocurrido antes de la reunión que se hizo en Suiza entre las grandes potencias e Irán para frenar los proyectos armamentísticos nucleares de Teherán.
Anoche, en las embajadas de Estados Unidos y Nueva Zelanda LA NACIÓN supo que no había existido comunicación del Gobierno. "No vamos a hacer comentario alguno del tema y puedo decir que nadie del Gobierno se contactó conmigo", dijo Hayden Montgomery, embajador de Nueva Zelanda. No se pudo confirmar lo mismo en las sedes diplomáticas de Australia y Canadá..

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Alicia Castro, sobre su citación en Londres: "Al funcionario le pregunté si esto era humor británico o una paradoja política"

La embajadora argentina en Gran Bretaña defendió al Gobierno; en Buenos Aires pidieron explicaciones al representante inglés y denunciaron penalmente a empresas por la exploración de hidrocarburos en las islas
En medio de la tensión diplomática entre la Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas, la embajadora en Londres, Alicia Castro, se quejó por haber sido citada anteayer en el Ministerio de Exteriores británico (Foreign & Commonwealth Office).
"Al funcionario británico le pregunté si esto era humor británico o si era una paradoja política", ironizó esta mañana Castro, tras su reunión con el secretario de la Cancillería inglesa, Simon Fraser . "No se puede creer que nos recriminen a nosotros, como si fuésemos aún una colonia", se quejó la diplomática en intervenciones radiales.
Londres citó a la embajadora argentina Castro para que diera explicaciones sobre los dichos de Cristina Kirchner en la conmemoración de los 33 años del inicio de la guerra de Malvinas.
En Ushuaia, la jefa de Estado había denunciado que el aumento de la defensa británica en las islas obedecía tanto a una postura favorable al "lobby armamentista" como a cuestiones de política interna de Londres, en especial por las elecciones que habrá en mayo próximo, cuando se definirá el futuro del primer ministro David Cameron .
"Me dijeron que lamentaban que Cristina anunciara el aumento de la militarización y me dijo que estaban «sorprendidos» por sus dichos. El funcionario me mencionó que esto ocurrió «especialmente en época de elecciones»", dijo Castro en diálogo con las radios Vorterix y Del Plata.
Ayer, horas después de que se conociera la citación de Castro, el vicecanciller argentino Eduardo Zuain decidió convocar al embajador británico, John Freeman, para exigirle explicaciones por el silencio de Londres frente a las revelaciones del ex agente de la CIA Edward Snowden , a través de la publicación The Intercept, sobre acciones de espionaje electrónico masivo dirigidas contra la Argentina. Desde que se conoció esa denuncia, el viernes pasado, Gran Bretaña mantuvo un sugestivo silencio.
Además, la Argentina presentó una denuncia penal contra las empresas británicas Rockhopper Exploration, Premier Oil y Falkland Oil And Gas Limited, que llevan adelante trabajos de exploración de petróleo en la zona de Malvinas .
"El gobierno conservador quiere agitar el fantasma de la guerra de 1982 y quiera levantar la figura de Margaret Thatcher para la elección de ahora. Se puede pensar que hay una especulación de tipo electoral, de otro modo sería absurdo", agregó Castro.
"La Argentina no constituye una amenaza bélica", subrayó la embajadora. "Esa fue una decisión de una dictadura militar con el objetivo de seguir en el poder. El Reino Unido se niega a dialogar con la Argentina, es como si se hubiese negado a dialogar con el canciller alemán luego del nazismo", graficó..


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