sábado, 21 de junio de 2014

GUERRA DE MALVINAS. ANTISEMITISMO. UN ENCUENTRO QUE DESPERTÓ RECUERDOS Y RECLAMOS


Un encuentro que despertó recuerdos y reclamos

Muchos de ellos jamás se habían visto y ni siquiera sabían de la existencia de los otros, a pesar de que todos comparten no sólo la misma religión sino que, además, los une otro lazo inquebrantable: el haber combatido en Malvinas.
El 22 de febrero, Enfoques juntó por primera vez a diez de ellos junto al Monumento a los caídos en Malvinas, en el barrio de Retiro. Silvio Katz, Sigrid Kogan, Marcelo Wolf, Claudio Szpin, Sergio Vainroj, Pablo Macharowski, Fernando Grunblatt, Jorge Carlos Sztaynberg, Marcelo Lapajufker y Marcelo Eddi, que llegó más tarde y no pudo sumarse a la foto grupal.
Lentamente, se fueron agrupando entre quienes habían formado parte del mismo regimiento y ante la llegada de una cara desconocida siempre surgía la misma pregunta: "¿Vos de dónde sos?".
Con el correr de los minutos, las charlas derivaron en recuerdos y en conversaciones sobre la realidad que viven los veteranos de guerra y los problemas que deben afrontar para poder cobrar sus pensiones, conseguir atención médica y otros beneficios. Compartían experiencias y consejos, como si aún estuvieran en la colimba e intentaran ayudar a un compañero para que no sufriera lo mismo que habían pasado ellos anteriormente.
Casi todos ellos vivieron en carne propia el sinsentido del antisemitismo durante la guerra. Sólo unos pocos fueron la excepción. Marcelo Lapajufker, de la Compañía de Comunicaciones 10, tuvo la suerte de ser uno de esas excepciones y lo es también en cuanto al reclamo dirigido a las instituciones de la colectividad, que los demás mantienen y él relativiza.
Pero el resto tienen aún una herida abierta con la sociedad, en general, y con la comunidad judía en especial, por todos estos años de abandono. "La DAIA nunca hizo nada y la AMIA tampoco. Ellos ni se calentaron en saber cuántos soldados de la colectividad fueron a Malvinas. Cuando volví, no nos dieron más bola, nunca. No me ayudaron en nada. No puedo ir a pararme a la puerta de AMIA y pedirles: ¡Ey!, reconózcanme", afirma Marcelo Eddi.
Sergio Vainroj concuerda: "Era como que el tema de los veteranos de guerra estaba obviado o ausente, lamentablemente. Eso lo llevo con disconformidad. Muchas veces me pregunté: ¿Dónde estuvieron? Incluso, después de Malvinas, por qué no hubo algo contenedor o una mención", explica.
A su vez, Claudio Szpin, opina: "La comunidad se abrió del caso. Desde lo humano, tendría que haber estado ahí, ayudándonos, porque nosotros éramos judíos y seres humanos. No les pedíamos nada, sólo un apretón, un abrazo, y nada más. Lo peor que podés hacer es estar solo, porque estás perdido", reflexiona.
Al igual que al resto de los veteranos de esta guerra, ese destrato general de la sociedad es lo que más daño les provoca, por lo que luchan, diariamente, para evitar que su historia quede en el olvido. Por eso, señalan que se sentirían reconfortados con un reconocimiento de la comunidad, a pesar de que ya pasaron treinta años desde la finalización del conflicto.
"Hace mucho que tendrían que haberlo hecho. Es una deuda y un deber que tienen con nosotros. ¿Por qué desde hace décadas se viene rezando un kadish (oración que recitan las personas que están de duelo) en las sinagogas por todos los muertos en las guerras de Israel? ¿Nosotros que somos? Somos judíos y soldados de otra guerra. Es algo que tendrían que tener muy en cuenta. Están a tiempo todavía", afirma Vainroj.
Szpin coincide: "Siempre están a tiempo. Pero no por mí, ni por nosotros en particular, sino por ellos mismos y, también, por toda la comunidad. No es sólo por uno que quisiera ser reconocido sino para que, por fin, se den cuenta de que cometieron errores"..

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