jueves, 15 de enero de 2015

REINO UNIDO. EL RETORNO DE BLAIR, UN SALVAVIDAS LABORISTA. 2008

Tras los reveses de Gordon Brown

El retorno de Blair, la jugada laborista para mantener el poder

Sería el único candidato oficialista que le haría fuerza al Partido Conservador
LONDRES.- "Ustedes lo critican mucho ahora, pero en seis meses van a ver cómo la gente empieza a decir: «Bueno, al fin y al cabo este tipo Blair no era tan malo; la verdad es que sería bueno que volviera»."
Tomó poco más de un año, pero esta frase, dicha en mayo de 2007, ha probado ser tan profética como un boomerang para quien la pronunció, el jefe del Foreign Office, David Miliband, pretendiente aún no declarado para suceder al primer ministro Gordon Brown, cuya caída del poder cada día parece más inevitable.
Según una encuesta hecha por la consultora YouGov para el diario conservador The Daily Telegraph, de ser convocados hoy a las urnas, sólo un 25% de los británicos votaría por el laborismo liderado por Gordon Brown. La cifra sería ligeramente más baja con Miliband o con su predecesor y actual ministro de Justicia, Jack Straw, al frente del partido (24%), y peor todavía si fueran a tomar las riendas el ministro de Salud, Alan Johnson (19%), o el ministro para la Infancia, Ed Balls (17%).
La única figura del laborismo que los británicos parecen preferir por sobre Gordon Brown es su predecesor y eterno rival, Tony Blair (32%). Bajo esta hipótesis, los laboristas también serían derrotados por los conservadores liderados por David Cameron (41%), pero de forma decorosa.
Algunos ya empezaron a sacarles el polvo a los libros de historia para recordar que el pasado británico está plagado de casos de jefes de gobierno que ejercieron más de un mandato (William Gladstone, Winston Churchill, entre otros). Pero las chances de un espectacular retorno de Blair a Downing Street parecen aún remotas.
Su latente popularidad no incomoda a Miliband, de 43 años, a quien la prensa, en satírica evocación del malvado de las películas de Austin Powers, apoda desde hace varios años de "Mini-Me" (Mini-Yo) de Blair por saberse que durante años fue preparado por el ex premier para ser su posible sucesor.
En un artículo publicado en el diario progresista The Guardian , Miliband instó a sus correligionarios a seguir el camino abierto por Blair. "El laborismo ganó tres elecciones al ofrecer un cambio real, no sólo en nuestra política sino en la manera en la que hacíamos política. Tenemos que volver a hacerlo", señaló.
La invocación a un cambio en la forma de hacer política -tan a la moda desde que se convirtió en lema de campaña de Barack Obama en Estados Unidos- no es casual. Se trata de un discreto llamado a romper con casi un siglo de tradición partidaria. Porque mientras los conservadores han convertido en un deporte la deposición de sus propios líderes (recuérdese la caída de Margaret Thatcher y las humillaciones de John Major), los laboristas nunca encarnaron el papel de Bruto frente a la espalda de su César.
Por más que haya pasado la última semana negándolo, lo que Miliband propone es un "brownisidio" con la esperanza de que un nuevo rostro en Downing Street (de ser posible, el suyo) consiga reavivar la magra fortuna del laborismo con vistas a las elecciones generales previstas para 2010.
Brown sabe cuáles son las intenciones de su canciller, al que ya había colocado en el cargo para tratar de neutralizar sus ambiciones. Ahora se cree que, como parte de una recomposición general del gabinete, el primer ministro le ofrecería lo que en situación normal es un "premio mayor", pero que en las actuales -signadas por una inminente recesión- parece un cáliz envenenado: el Ministerio de Economía.
Esto puede que debilite a su principal contrincante, pero pocos creen que vaya a calmar disidencias partidarias, y mucho menos recuperar el apoyo del público.
La seriedad de la crisis para el oficialismo se hizo evidente con la catastrófica derrota en la reciente elección de parlamentarios por el este de Glasgow. El tercer bastión laborista en importancia en Escocia -caracterizado por su extrema pobreza urbana- pasó a manos del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), que ya controla el gobierno autónomo escocés.
De repetirse esta situación en el nivel regional y nacional en 2010, Brown no sólo llevaría al laborismo a su peor derrota -y perdería él mismo su asiento en la Cámara de los Comunes-, también ganaría el dudoso honor de ser el jefe de gobierno británico que, siendo escocés, llevó a su tierra natal a la ruptura con el Reino Unido. El líder del SNP, Alex Salmond, advirtió que de obtener nuevamente la mayoría regional en 2010 convocará a un referéndum para la independencia de Escocia.
El espíritu nacionalista está en franco ascenso, especialmente cuando las reservas petroleras en las costas cercanas a Aberdeen pintan un futuro de autosuficiencia -y hasta de precios más baratos en las estaciones de servicio- frente a un presente de ganancias "repatriadas" por el gobierno con sede en Londres.
Irónicamente, la autonomía otorgada por el Nuevo Laborismo en 1998 permitió a los escoceses mantenerse inmunes a muchas medidas poco populares tomadas por el partido en Inglaterra y Gales, como la introducción de aranceles en las universidades, y hasta emprender avanzadas reformas sociales como el transporte y la atención médica domiciliaria gratuita de jubilados y discapacitados. Con ingleses y galeses que demandan similares beneficios, un creciente número de escoceses contempla la posibilidad de la independencia como única forma de defender sus logros sociales.
Brown tiene poco más de un mes para preparar medidas que convenzan a sus correligionarios durante la conferencia anual partidaria, prevista entre el 20 y 24 de septiembre próximo en Manchester, de que está en condiciones de desactivar la "bomba escocesa" y recuperar la confianza del resto de los británicos. .

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Un memo, el ex premier y otro golpe para Brown

Revelan un texto de Blair con críticas
LONDRES.- El primer ministro británico, Gordon Brown, sufrió ayer un nuevo golpe con la publicación de un memorándum del año pasado en el que su predecesor, Tony Blair, critica con duros términos su desempeño en el cargo.
En medio de la crisis interna que sufre el laborismo, alimentada ayer por el documento, la oposición conservadora hizo un llamado a adelantar las elecciones previstas para 2010.
En el memorándum, que según el diario Mail Sunday fue escrito por Blair el año pasado, el ex primer ministro laborista acusa al gobierno de Brown de una "lamentable confusión de tácticas y estrategias" y de no aprender las lecciones.
Escrito luego de la decisión de Brown de no llamar a elecciones anticipadas, que podrían haber consolidado su liderazgo, el documento dice que las "malas decisiones" transformaron al líder conservador David Cameron en una opción viable y sustancial para el cargo.
"El verdadero problema no fue la brillantez de la conferencia tory , sino nuestro propio orgullo desmedido y la total falta de ideas. Esto significó que los tories , que tenían algo que decir sobre política, parecieran sustanciosos", escribió Blair.
"Ha habido una lamentable confusión de tácticas y estrategias -afirmó-. Actualmente, existen todas las señales de que no se aprenderán las lecciones."
El despacho de Blair no confirmó ni negó que él hubiese escrito el memorándum.
Desde que el documento fue escrito, las cosas sólo han empeorado para Brown, cuyas cifras de aprobación en los sondeos de opinión lo convierten en el segundo primer ministro más impopular en la historia moderna de Gran Bretaña.
Ayer, los ministros de Economía, Alistair Darling; y de Innovación y Universidades, John Denham, así como la "número dos" laborista, Harriet Harman, expresaron su respaldo al alicaído Brown, luego de que el canciller David Miliband publicara el pasado miércoles un artículo en el que parecía posicionarse para reemplazar a Brown.
En ese contexto de crisis del Partido Laborista, los conservadores aprovecharon para pedir el adelanto de las elecciones generales, previstas para 2010.
"Necesitamos unas elecciones generales más pronto que tarde", afirmó en nombre de los tories Chris Grayling, vocero del llamado "gabinete en la sombra". Sencillamente, no podemos continuar así durante otros 18 meses", agregó Grayling.

Harry, en la mira

LONDRES (ANSA).- El príncipe Harry estaría en la mira de una célula de Al-Qaeda, razón por la cual el dispositivo de seguridad que lo acompaña fue elevado a los máximos niveles, similares a los que rodean a la reina Isabel, según informó ayer la prensa londinense. Los servicios de inteligencia fueron los responsables de alertar a Scotland Yard, a cargo de la protección real. .

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