martes, 26 de noviembre de 2013

NACIONES UNIDAS Y EL PRINCIPIO DE AUTODETERMINACIÓN

Diario "La Capital". Rosario, Domingo, 26 de febrero de 2012

Caso Malvinas: las Naciones Unidas y el principio de autodeterminación

Con posterioridad un asesor del canciller, Carlos Escudé, en un memorándum al cual tuvo acceso Clarín propone que Malvinas sea un Estado independiente. También se propone en este memorándum la "doctrina Menem: Sudamérica para los sudamericanos".
  Por Bruno Bologna

El 12 de abril de 1992 el canciller argentino Guido Di Tella escribió en el diario Clarín una nota en la página 9 que llevaba como título "Ahora los deseos de los kelpers", en la que expresaba: "Estamos abriendo nuevas posibilidades a través de la política específica sobre el tema, receptiva de los puntos de vista británicos, ya que una cosa es estar en desacuerdo y otra es ignorar sus posiciones por más contrarias que sean... Sin reconocer derecho de veto alguno, el tratar de entender de lo que los isleños dicen de sus intereses, deseos, sus temores y sus aspiraciones es fundamental".
Con posterioridad un asesor del canciller, Carlos Escudé, en un memorándum al cual tuvo acceso Clarín propone que Malvinas sea un Estado independiente.
Según el matutino, en una nota firmada por Daniel Santoro el 2 de julio de 1992 y titulada "Proponen que Malvinas sea un Estado independiente", el memorándum "propone lisa y llanamente el abandono de una de las posiciones tradicionales de la Argentina en el conflicto del Atlántico Sur: el reconocimiento del derecho de los kelpers a la autodeterminación".
También se propone en este memorándum la "doctrina Menem: Sudamérica para los sudamericanos".
Estas apreciaciones de la cartera de Relaciones Exteriores argentina no pueden separarse del contexto de la inserción del país en el sistema internacional. Recordemos que el presidente Carlos Menem fue uno de los mejores alumnos del Consenso de Washington I, cuyas máximas para nuestro país eran: relaciones carnales con los Estados Unidos y política de seducción para con los habitantes de las islas Malvinas a través de regalos personales enviados por el señor canciller a cada uno de ellos.
Se debe recordar que el tema Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur toman una nueva dimensión en el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas.
La eliminación del colonialismo ha sido uno de los objetivos de la misma. En 1960 se aprueba la resolución 1.514, que establece cuáles son los medios para lograr ese objetivo.
El artículo 2 de esa resolución establece que "todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de ese derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural".
Pero este principio tiene una excepción, incluida en el artículo 6, que expresa: "Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas".
El jurista uruguayo Gros Espiell dice: "La integridad territorial del Estado argentino fue rota por la agresión británica de 1833 y una parte de su territorio fue escindida, de hecho, del territorio nacional. Por lo tanto, el respeto del principio de libre determinación, tal como ha sido regulado por las Naciones Unidas, obliga a reintegrar ese territorio -en el que no vive un pueblo- a su legítima soberanía, para que el pueblo del Estado argentino ejerza su derecho de libre determinación en todo el territorio del Estado".
Así lo interpretó Naciones Unidas al aprobar el 16 de septiembre de 1965 la resolución 2.065, por la cual se reconoce "la existencia de una disputa entre los gobiernos del Reino Unido y la República Argentina acerca de la soberanía de dichas islas" (Malvinas) e invita a los gobiernos a "proseguir sin demora las negociaciones". Contrario sensu, la ONU hubiera recomendado, como en otras ocasiones, que la potencia colonial arbitre los medios para que ese territorio logre su independencia por procedimiento de la libre determinación.
Según Jiménez de Aréchaga, con esta resolución Argentina lograba un verdadero triunfo. Al decir que existía una disputa entre Gran Bretaña y Argentina estaba aceptando implícitamente la posición argentina de la resolución 1.514 y no el principio de autodeterminación, sostenido por el Reino Unido.
No creo conveniente que, después de las experiencias que hemos tenido en la década del 90, volvamos a interpretar como nuestros los argumentos del Reino Unido.

(*) Bruno Bologna es director de la maestría en integración y cooperación internacional de la Universidad Nacional de Rosario y director del Cerir. También es investigador del Conicet.


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