Diario "La Capital". Rosario, Domingo, 26 de febrero de 2012
Caso Malvinas: las Naciones Unidas y el principio de autodeterminación
Con posterioridad un asesor del canciller, Carlos Escudé, 
en un memorándum al cual tuvo acceso Clarín propone que Malvinas sea un 
Estado independiente. También se propone en este memorándum la "doctrina
 Menem: Sudamérica para los sudamericanos".
 
 
              Por Bruno Bologna
El 12 de abril de 1992 el canciller argentino Guido
 Di Tella escribió en el diario Clarín una nota en la página 9 que 
llevaba como título "Ahora los deseos de los kelpers", en la que 
expresaba: "Estamos abriendo nuevas posibilidades a través de la 
política específica sobre el tema, receptiva de los puntos de vista 
británicos, ya que una cosa es estar en desacuerdo y otra es ignorar sus
 posiciones por más contrarias que sean... Sin reconocer derecho de veto
 alguno, el tratar de entender de lo que los isleños dicen de sus 
intereses, deseos, sus temores y sus aspiraciones es fundamental".
Con posterioridad un asesor del canciller, Carlos 
Escudé, en un memorándum al cual tuvo acceso Clarín propone que Malvinas
 sea un Estado independiente.
Según el matutino, en una nota firmada por Daniel 
Santoro el 2 de julio de 1992 y titulada "Proponen que Malvinas sea un 
Estado independiente", el memorándum "propone lisa y llanamente el 
abandono de una de las posiciones tradicionales de la Argentina en el 
conflicto del Atlántico Sur: el reconocimiento del derecho de los 
kelpers a la autodeterminación".
También se propone en este memorándum la "doctrina Menem: Sudamérica para los sudamericanos".
Estas apreciaciones de la cartera de Relaciones 
Exteriores argentina no pueden separarse del contexto de la inserción 
del país en el sistema internacional. Recordemos que el presidente 
Carlos Menem fue uno de los mejores alumnos del Consenso de Washington 
I, cuyas máximas para nuestro país eran: relaciones carnales con los 
Estados Unidos y política de seducción para con los habitantes de las 
islas Malvinas a través de regalos personales enviados por el señor 
canciller a cada uno de ellos.
Se debe recordar que el tema Malvinas, Georgias del 
Sur y Sandwich del Sur toman una nueva dimensión en el ámbito de la 
Organización de las Naciones Unidas.
La eliminación del colonialismo ha sido uno de los 
objetivos de la misma. En 1960 se aprueba la resolución 1.514, que 
establece cuáles son los medios para lograr ese objetivo.
El artículo 2 de esa resolución establece que "todos 
los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de ese 
derecho, determinan libremente su condición política y persiguen 
libremente su desarrollo económico, social y cultural".
Pero este principio tiene una excepción, incluida en 
el artículo 6, que expresa: "Todo intento encaminado a quebrantar total o
 parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país 
es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las 
Naciones Unidas".
El jurista uruguayo Gros Espiell dice: "La integridad
 territorial del Estado argentino fue rota por la agresión británica de 
1833 y una parte de su territorio fue escindida, de hecho, del 
territorio nacional. Por lo tanto, el respeto del principio de libre 
determinación, tal como ha sido regulado por las Naciones Unidas, obliga
 a reintegrar ese territorio -en el que no vive un pueblo- a su legítima
 soberanía, para que el pueblo del Estado argentino ejerza su derecho de
 libre determinación en todo el territorio del Estado".
Así lo interpretó Naciones Unidas al aprobar el 16 de
 septiembre de 1965 la resolución 2.065, por la cual se reconoce "la 
existencia de una disputa entre los gobiernos del Reino Unido y la 
República Argentina acerca de la soberanía de dichas islas" (Malvinas) e
 invita a los gobiernos a "proseguir sin demora las negociaciones". 
Contrario sensu, la ONU hubiera recomendado, como en otras ocasiones, 
que la potencia colonial arbitre los medios para que ese territorio 
logre su independencia por procedimiento de la libre determinación.
Según Jiménez de Aréchaga, con esta resolución 
Argentina lograba un verdadero triunfo. Al decir que existía una disputa
 entre Gran Bretaña y Argentina estaba aceptando implícitamente la 
posición argentina de la resolución 1.514 y no el principio de 
autodeterminación, sostenido por el Reino Unido.
No creo conveniente que, después de las experiencias 
que hemos tenido en la década del 90, volvamos a interpretar como 
nuestros los argumentos del Reino Unido.
(*) Bruno Bologna es director de la maestría en
 integración y cooperación internacional de la Universidad Nacional de 
Rosario y director del Cerir. También es investigador del Conicet. 
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