DERECHO DEL PRIMER OCUPANTE |
miércoles, 31 de julio de 2013
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miércoles, 24 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
sábado, 20 de julio de 2013
martes, 16 de julio de 2013
MERCOSUR. MALVINAS 12.07.13
COMUNICADO CONJUNTO DE LOS ESTADOS PARTES
DEL MERCOSUR Y ESTADOS ASOCIADOS
Las Presidentas y los Presidentes de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados
Asociados, reunidos en la ciudad de Montevideo, Uruguay, el día 12 de julio de 2013, en ocasión de la
XLV Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común:
Reafirmaron los términos de la “Declaración de los Presidentes de los
Estados Partes del MERCOSUR, la República de Bolivia y la República de Chile”,
firmada el 25 de junio de 1996 en Potrero de los Funes, República Argentina,
denominada Declaración de Malvinas, y reiteraron su respaldo a los legítimos
derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía relativa a la
“Cuestión de las Islas Malvinas”.
Destacaron que la adopción de medidas unilaterales no es compatible con lo
acordado en las Naciones Unidas, y recordaron el interés regional en que la
prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido
de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre las Islas Malvinas, Georgias
del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, alcance,
cuanto antes, una solución de conformidad con las resoluciones pertinentes de
las Naciones Unidas y las declaraciones de la Organización de los Estados
Americanos, del MERCOSUR, de la UNASUR y de otros foros regionales y
multilaterales.
Reafirmaron que la presencia militar, así como la realización de ejercicios
militares, del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en las Islas
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos
circundantes es contraria a la política de la región de apego a la búsqueda de
una solución pacífica para la disputa de soberanía y reiteraron su rechazo al
desarrollo de actividades unilaterales británicas que incluyen, entre otras, la
explotación de recursos naturales renovables y no renovables del área en
controversia.
En este sentido, reconocieron el derecho que asiste a la República
Argentina para adoptar las acciones legales implementadas en el ámbito de su
legislación contra las actividades de exploración y explotación no autorizadas
de hidrocarburos en dicha área.
Reiteraron los compromisos contenidos en la Declaración de Mendoza, el 29
de junio de 2012, sobre intercambio de información entre los Estados Partes del
MERCOSUR y Estados Asociados sobre barcos o artefactos navales vinculados a la
cuestión de las Islas Malvinas.
lunes, 15 de julio de 2013
UNASUR. EL CONFLICTO DE MALVINAS
El conflicto de Malvinas en la UNASUR
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Diario
"La Capital", Rosario, 14 de junio de 2012 Por Bruno Bologna
La
pertenencia de nuestro país a distintas organizaciones internacionales ha
sido aprovechada convenientemente para incluir en la agenda de las reuniones
el tema del conflicto de Malvinas.
La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Alianza Bolivariana (Alba), la Comunidad de Estados de Latinoamérica y El Caribe (Celac), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Cumbre Iberoamericana realizaron pronunciamientos que exhortan a que las partes se sienten a negociar. En esta oportunidad me quiero referir al tratamiento del tema dentro de la Unasur. Esta iniciativa proviene de Brasil cuando convoca a los presidentes de todos los países independientes de América del Sur a una reunión en Brasilia, los días 22 y 23 de mayo de 2008, con el fin constituir la Unasur. Participaron de la reunión todos los países independientes de América del Sur: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. La primera reunión estaba prevista realizarse en Cartagena de Indias en marzo de 2008, pero la intervención militar de Colombia en territorio ecuatoriano hizo trasladar la sede de la misma a Brasilia. La motivación de la reunión de Brasilia del 22 y 23 de mayo de 2008 tenía para Brasil un doble propósito: constituir la Unasur y también un Consejo de Defensa Sudamericano. La creación de un organismo de defensa sudamericano era una idea que se gestaba desde 2006. La Unasur ha tenido una rica experiencia en la solución de conflictos como el intento de golpe de Estado en Bolivia y Ecuador y el golpe de Estado en Honduras, conflictos cuasi militares entre Colombia, Ecuador y Venezuela por la cuestión de los movimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en la zona y la situación de la región por la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia. Con relación a Malvinas en reiteradas oportunidades la Unasur se ha expresado sobre el conflicto. Podemos resumir las actuaciones de la siguiente manera: 1. Firme respaldo a los derechos argentinos. "Los jefes de Estado y de gobierno de Unasur reiteran su firme respaldo a los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte referido a la Cuestión de las Islas Malvinas". 2. Reanudación de negociaciones. "Recuerdan el permanente interés regional en que los gobiernos de la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes, de conformidad con las resoluciones y declaraciones pertinentes de la ONU y de la OEA. Destacan la permanente actitud constructiva y disposición del gobierno argentino para alcanzar una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano". 3. Rechazan la explotación de los recursos renovables. Rechazan las actividades de exploración de recursos naturales no renovables de la plataforma continental argentina, que ilegalmente desarrolla el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en abierta oposición a lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por el proceso recomendado por la Asamblea General." Se debe aclarar que en esta resolución 31/49 se produce una modificación de importancia con relación a las anteriores resoluciones. El punto 4 de la misma "insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por un proceso recomendado en las resoluciones 2065 y 3160". Por primera vez el Reino Unido vota en contra y arrastró con su voto a 32 abstenciones. Argentina logró 102 votos a favor. 4. Impedir el ingreso de buques con la bandera ilegal. En la IV Cumbre realizada en Guyana el 26 de noviembre de 2010 los presidentes se manifestaron de acuerdo para impedir el ingreso de buques con bandera de las islas Malvinas y también de informar al gobierno de la Argentina sobre el cargamento de buques que lleven cargas destinadas al abastecimiento de las actividades hidrocarburíferas consideradas ilegales en aguas de las islas Malvinas. "Los Estados miembros de Unasur se comprometen a adoptar, de conformidad con el derecho internacional y sus respectivas legislaciones internas, todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas". "Se comprometen, en el marco de los acuerdos internacionales vigentes, a informar al gobierno argentino sobre aquellos buques o artefactos navales con derroteros que incluyan las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, con cargas destinadas a las actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina y, de este modo, prevenir o evitar que estas actividades se consoliden". 5. Presencia militar británica. Los ministros de Relaciones Exteriores, reunidos en Asunción del Paraguay el 17 de marzo de 2012 consideraron que "la presencia militar británica en el archipiélago es contraria a la política de la región, de apego a la búsqueda de una solución pacífica en la disputa de soberanía". 5. Bases militares en América del Sur. En la cumbre de Unasur realizada en Bariloche el 28 de agosto de 2009 convocada con motivo de la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia, la presidenta de la Argentina, Cristina Fernández, en la apertura de la reunión además de referirse al tema central de las bases expresó: "No es que una intente minimizar las cuestiones que hoy van a plantear aquí, pero quiero decirles que en ese sentido Argentina tiene una experiencia muy fuerte. A unos cuantos kilómetros de aquí, en nuestras islas Malvinas, tenemos instalada en forma unilateral, por la fuerza, bases de una potencia ni siquiera extra América del Sur, sino extracontinental (…) Por lo tanto, tenemos experiencias terribles en el continente de enclaves coloniales con bases extracontinentales". En esa ocasión la Unasur no pudo impedir que Estados Unidos pudiera tener intervención en 7 de las bases militares de Colombia. Se debe destacar además que la Unasur realizó una presentación oficial a través de la secretaria general María Emma Mejía acompañada por el embajador paraguayo José Antonio Dos Santos, a cuyo país corresponde la presidencia pro témpore de Unasur, al secretario general de las ONU el 2 de abril de 2012. Allí hace un llamado al Reino Unido para solucionar la disputa de soberanía sobre las islas Malvinas calificando a las mismas como anacrónica situación colonial. El secretario general Ban Ki-Moon reiteró su disposición a mediar para que ambas partes se sienten a negociar y se comprometió a renovar sus esfuerzos para conseguirlo, señaló Mejía a la prensa. Como indica la periodista Rosaura Audi, la Unasur, el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Alianza Bolivariana (Alba), la Comunidad de Estados de Latinoamérica y El Caribe (Celac), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Cumbre Iberoamericana realizaron pronunciamientos que exhortan a que las partes se sienten a negociar. Cada uno de estos países demostró en los últimos meses que cumpliría con las declaraciones firmadas en esas organizaciones, incluso pese a la presión de Londres. En enero de 2011, poco después de asumir como presidenta de Brasil, Dilma Rousseff rechazó que un buque de protección de las Malvinas, HMS Clyde, parara en Río de Janeiro. La embarcación debió cambiar la ruta e ir a Chile, que aún permitía a la Royal Navy atracar allí. Esa decisión fue repudiada por Gran Bretaña, que intentó revertir la situación. Sin embargo, en enero pasado se encontró con un rechazo a un barco en Montevideo. En octubre de 2011, Unasur había declarado que rechazaba el desplazamiento de la fragata HMS Montrose al Atlántico Sur porque esa "presencia militar" era "contraria a la política de la región de apego a la búsqueda de una solución pacífica de la controversia de soberanía". El 19 de marzo esta declaración se puso en juego. Es que la fragata tenía planificado repostar en el Puerto del Callao en Perú, en el marco de un programa de operaciones conjuntas de ambos países. Primero trascendió que la embarcación atracaría allí. Pero el canciller peruano, Rafael Roncagliolo, dijo que había quedado sin efecto el programa con la nave Montrose. "Esta decisión ha sido adoptada en el espíritu de los compromisos de solidaridad latinoamericana asumidos en el marco de Unasur respecto de los legítimos derechos de la República Argentina", explicó el ministro. El Reino Unido respondió inmediatamente que lamentaba esa decisión y que no comprendía el motivo por el cual Perú no había informado esto en la reunión que, pocos días antes, habían mantenido el presidente Ollanta Humala y el número dos de la cancillería británica, Jeremy Browne. Todas estas decisiones han dificultado la logística para las naves de Gran Bretaña que desarrollan tareas en Malvinas, además complicaron el escenario diplomático de Londres.
FUENTE: www.cerir.com.ar/noticia.php?id=0000108
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ALBA. DECLARACIÓN SOBRE LAS ISLAS MALVINAS
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¿ QUE PASÓ EN GIBRALTAR?
¿Qué
pasó en Gibraltar?
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Publicado en el diario "La Capital", Rosario,
Argentina, 4 de junio de 1983
Por Bruno Bologna
El 3 de diciembre de 1982 asumió en España el jefe del
gobierno socialista Felipe González. En su primera conferencia de prensa con
periodistas extranjeros dijo que se siente más inclinado a permanecer en el
seno de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) si puede ver
solucionando el conflicto que el país mantiene con Gran Bretaña por la
soberanía de Gibraltar (“Clarín” 14 de diciembre de 1982).
A pesar de estas declaraciones, España sigue siendo miembro de la OTAN (sin integrar su estructura militar) y el conflicto de Gibraltar se agravó con las maniobras que realizó en el área Gran Bretaña con 16 unidades de su flota, muchas de las cuales habían participado en la guerra de las Malvinas. ¿Cuál es la solución que propuso Gran Bretaña para terminar con la situación colonial de este enclave que controla el Mediterráneo por un estrecho de 23 Kilómetros? Interpretando unilateralmente la resolución 1514 de descolonización aprobada por Naciones Unidas en 1960, realizó el 10 de setiembre de 1967 un plebiscito por el cual 12.130 personas se manifestaron a favor de continuar los lazos con Gran Bretaña y 44 se expresaron en contra. Esta actitud de Gran Bretaña fue condenada por el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, ya que contradecía la resolución 2231/XXI del 20 de diciembre de 1966 por la cual quedaba excluida la autodeterminación para este caso. Debemos recordar aquí que la otra vía de solución para las situaciones coloniales expresada también en la resolución 1514 es el de la integridad territorial. “…fue justamente por una resolución propuesta por la Argentina, aprobada por 70 votos contra 21 y 5 abstenciones, por lo que los planes de Londres carecieron del debido respaldo de la ONU. Vale la pena recordar uno de los considerandos de la propuesta argentina que decía así: Considerando que toda situación colonial que destruya total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas-. Al referirse a su propuesta, el entonces embajador de la Argentina en la ONU, José María Ruda, precisó que en el caso de Gibraltar, no se trataba de un debate político exclusivamente sobre la soberanía de los Estados constituidos, provocadas por la avidez colonial de un momento histórico felizmente superado.” (Martínez Márquez, Guillermo. “Gran Bretaña. Gibraltar y las Islas Malvinas”. LA CAPITAL. 5 de enero de 1983) El criterio de la autodeterminación no puede aplicarse a casos en que la población es eminentemente británica como en el conflicto de Gibraltar y Malvinas. Sería igual que preguntar a los argentinos si quieren ser argentinos o a los chilenos si quieren seguir siendo chilenos. La situación semejante de estos dos conflictos llevó a que Argentina el 15 de abril de 1969 se firmara en Madrid una declaración conjunta por la cual se expresa el mutuo e inquebrantable apoyo diplomático en los problemas nacionales de Gibraltar y Malvinas, hasta haber obtenido la justicia que le es debida (Costa Méndez-Castiella). La actual política internacional de Gran Bretaña, siguiendo la línea impuesta por la administración Reagan, está llevando al agravamiento de las relaciones Este-Oeste en un mundo que tiende a apaciguar los conflictos ideológicos. Esto está claramente expresado por el Papa Juan Pablo II en la reunión con miembros de la Comisión Trilateral realizada en Roma el 18 del corriente, cuando manifestó que se debe superar la brecha existente entre los países ricos y los pobres. |
FUENTE: http://www.cerir.com.ar/libro.php?id=0000288
domingo, 14 de julio de 2013
TERCERA VÍA. TONY BLAIR
TERCERA VÍA. TONY BLAIR
Una alternativa que intenta trascender el neoliberalismo, como la social
democracia en su concepción tradicional,
se presenta como la tercera vía.
Las
principales líneas de este perspectiva son: 1. Una política favorable a la
industria; 2. Una política exterior determinada por cuestiones geoeconómicas 3,. Reducción del
endeudamiento estatal y equilibrio fiscal y 4. Una administración cercana a los
ciudadanos, transparente y sin actos de corrupción.
Esta
concepción ha sido expresada por el Director del London School Of Ecomics de
Londres, el sociólogo inglés Antony Giddens, quien se refiere a un marco de
pensamiento y política práctica que busca adaptar la social democracia a un
mundo que ha cambiado esencialmente a lo largo de las dos o tres últimas
décadas (GIDDENS A.,1999:38) Según este autor, el primer intento sistemático de
alejarse de los principios socialdemócratas clásicos se encuentra en el Informe
Político del Partido Laborista del Reino Unido de octubre de 1987. Siguiendo a
Valenzuela se puede resumir los principales ejes de esta propuesta en los
siguientes aspectos: a) Encarar la actualización de la social democracia; b)
Reformar o reinventar el Estado de bienestar; c) Promover la igualdad de
oportunidades d) Fortalecer la idea integradora de vida en comunidad; e)
Propiciar el uso de políticas económicas mixtas; f) Buscar el equilibrio entre
regulación y liberalización; g) Impulsar como prioridad a la lucha contra el
desempleo y h) Lograr la convivencia entre economía competitiva e integración
social.(1)
La tercera vía también fue interpretada
por el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, cuando manifestó “nos
estamos moviendo mas allá del debate estéril entre aquéllos que dicen que el Estado (government) es el enemigo y
los que dicen que el estado es la solución; mis conciudadanos americanos, hemos
encontrado una tercera vía”. (2)
En la primera reunión convocada en Nueva
York en 1998, el primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, defendió la Tercera Vía como el
modelo de los noventa.(3)
La intención de esta presentación es
analizar la estructura de un nuevo sistema internacional propuesta por Giddens
y no considerar la totalidad de la innovaciones sugeridas por los ideólogos de
la tercera vía.
La propuesta de Giddens de un gobierno
global se apoya en un sistema formal que modifique algunos órganos de la Unión Europea, de la Organización de las
Naciones Unidas y de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE.
(GIDDENS A.1999: 130)
Desde estas perspectiva menciona que el
gobierno global pudiera tener el mismo sistema que ya posee la Unión Europea:
un cuerpo representativo (el
Parlamento); un cuerpo administrativo (la Comisión);una asociación intergubernamental (el
Consejo) y Tribunales federales (El Tribunal de Justicia)
La ampliación hacia el Este de la Unión Europea, que
debe abordar las complejas y espinosas cuestiones de identidad y las dudas e
inquietudes que provoca en Europa, hace más complejo emplearlo como modelo de
gobierno global. El esquema institucional de la Unión Europea,
difiere según Giddens cuando se aplica al sistema internacional, en el papel y
funciones de los cuerpos que hoy existen.
Una segunda perspectiva parte de la Organización de las
Naciones Unidas que se podría dividir entre un parlamento y un consejo. La idea
de que pudiera erigirse una nueva asamblea o parlamento, en conjunción con la ONU, según aprecia Giddens se
ha debatido mucho en los últimos años. El Parlamento Europeo podría ser un
modelo para la formación de tal Asamblea parlamentaria. Podría establecerse
inicialmente como cuerpo subsidiario de la Asamblea General,
amparado en el art.22 de la
Carta de las Naciones Unidas. Los parlamentos de los Estados
miembros enviarían representantes que elevarían propuestas para una Asamblea
elegida directamente. El sistema electoral sería similar al del Parlamento
Europeo, con el número de diputados de cada país proporcional a su población y
una medida correctiva establecida a favor de los países más pequeños.La
creación de un Tribunal de Justicia efectivo sería un paso crucial para
acompañar a la asamblea mundial.
Una tercera alternativa propuesta por
Giddens es que la OCDE
podría incluso ser una posible cabeza de puente hacia un orden global mayor, si
absorbiera a la U.E.
y extendiera los mismos poderes de que disfruta ya, al resto de sus miembros.
Para los países del Sur, ésta podría ser una estrategia positiva, porque ya no
sería un club exclusivo, sino un grupo al que puedan incorporarse como miembros
todos los países que cumplan los requisitos. No se especifica cuales son los
requisitos que deben cumplir los países del Sur para ingresar a la OCDE. Debe suponerse
que son distintos a los requerimientos actuales que han convertido a este
organismo como el nucleamiento del club de los países ricos.
1.Diego Valenzuela, Tercera vía: la socialdemocracia
se moderniza. Semanario El
Economista. Buenos Aires, 18 de diciembre de 1998 P.19
2. Revista Colombia
internacional. Santa Fe de Bogotá, enero - abril 2000. Nº48 P.7
3. La primera reunión se realizó en la Universidad de New
York el 21 al 23 de setiembre de 1998 con la presencia entre otros del
presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, el primer ministro del Reino
Unido, Tony Blair,el ex primer ministro de Italia, Romano Prodi y el presidente
de Bulgaria, Peter Stoianov. En esta
ocasión Blair presentó un Manifiesto en el cual por primera vez se decía que: “La Tercera Vía” quiere
decir una social democracia modernizada. Una semana antes Antony Giddens
publicaba su libro The Third Way.
La segunda reunión se realizó en Bonn el 28 de mayo
de 1999 con la presencia entre otros del presidente de los Estados Unidos, Bill
Clinton, el Primer Ministro del Reino Unido, Tony Blair y el canciller de
Alemania, Gerhard Schroeder.
La tercera reunión se realizó en Berlín el 4 de
junio de 2000. En esta ocasión asistieron entre otros el presidente de los
Estados Unidos, Bill Clinton, el primer ministro de Francia, Lionel Jospin, el
canciller de Alemania Gerard Schroeder. El Primer Ministro del Reino Unido,
Tony Blair, faltó a la reunión por estar
con licencia familiar. Debe remarcarse la presencia de tres presidentes de
América Latina, Fernando De la Rúa
de Argentina, Fernando Henrique Cardoso de Brasil y Gustavo Lagos, de Chile.
BIBLIOGRAFIA TERCERA VIA
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derecha. Diario La Nación. Buenos
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Comentario de la obra de Armando Alonso Piñeiro. Diario La
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Fuente: http://www.cerir.com.ar/serie_docente.php?id=0000073
lunes, 8 de julio de 2013
MALVINAS. LA MEDIACIÓN PAPAL
Malvinas: la
mediación papal
Francisco tuviera alguna intermediación en el conflicto como lo había solicitado la presidenta de
Argentina, Cristina Fernández, en el Vaticano el 19 de marzo.
Por Bruno Bologna / Director del Cerir.
Diario "La Capital". Rosario,8 de julio de 2013
En la última reunión del Comité de Descolonización de las
Naciones Unidas sobre la cuestión Malvinas realizada el 20 de junio de este
año, tanto el embajador británico en ese organismo, Lyall Grant, como Michael
Summer, integrante de la Asamblea Legislativa de las Islas, se mostraron en
contra de que S.S. Francisco tuviera alguna intermediación en el conflicto como
lo había solicitado la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en el
Vaticano el 19 de marzo.
Summer dijo que lo último que necesitaba el conflicto era
religión. Se le preguntó también sobre ese tema a Grant, quien afirmó:
"Desde luego, comparto la visión de que la religión probablemente no ayude
a resolver el conflicto" (La Nación 21/6/13).
Los representantes de Su Majestad Británica no han tenido
en cuenta los expedientes secretos que se han dado a conocer últimamente en
Londres, y la referencia que en los mismos se hace de la presencia de S.S. Juan
Pablo II en su visita al Reino Unido en 1982.
La acusación de estar defendiendo viejos modelos
colonialistas irritaba agudamente a Margaret Thatcher. Así lo dejó en claro
durante una charla con el secretario del Vaticano, Cardenal Agostino Casaroli,
durante el primer día de la visita del papa Juan Pablo II a Londres, entre el
28 de mayo y el 2 de junio de 2002.
Las minutas de ese encuentro revelan que el Vaticano
temía que una rendición humillante de la junta militar dejara, no sólo a la Argentina
sino a todo América Latina, en manos de Moscú. Casaroli, dijo que el
"Santo Padre estaba profundamente consternado" por la posibilidad de
que la crisis resultara en "la separación psicológica, política y militar
de toda América latina del mundo occidental". Y él consideraba a Occidente
no sólo como una entidad política, sino más bien una ideológica. Por ello temía
que la Unión Soviética "tomara ventaja de la situación para crear una
brecha entre América latina y Occidente". El Papa comprendía la posición
en la que se encontraba Gran Bretaña y aceptaba que "el honor del país, la
seguridad de los isleños y el respeto de las leyes internacionales eran todos
principios valiosos", pero se preguntaba si no había otros principios
envueltos. Él había escuchado que las Islas eran estratégicamente importantes
porque aseguraban el pasaje entre los océanos Atlántico y Pacífico. No obstante
esto, era mejor tener una buena relación con Argentina y mantener a América
latina dentro del mundo libre que depender de la posición estratégica de las
Islas Malvinas.
Thatcher tomó la sugerencia casi como un insulto.
Ciudadanos británicos habían sido víctimas de una agresión y ella no tenía otra
opción que ir en su ayuda. De lo contrario, no sólo les habría fallado a los
isleños, sino también a otros pueblos, como Guyana y Belice, que también
querían seguir siendo británicos. "El Reino Unido no es una potencia
colonial. Ningún país ha concedido la independencia a tantas colonias. Y
querríamos llevar a las Islas Falklands (Malvinas) a esa situación de
independencia también", sostuvo la primera ministra (La Nación, 31/12/12).
Tampoco el canciller argentino estaba muy informado sobre
la actuación de la Iglesia en el ámbito internacional. No era necesario
recurrir a las bulas de Alejando VI de 1493. En reiteradas oportunidades se
recurrió a la mediación del papado, como por ejemplo en el caso de las islas
Carolinas en conflicto entre España y Alemania en 1885.
Asimismo debe recordar el señor canciller que S.S. Juan
Pablo II también estuvo en Argentina durante la guerra de Malvinas en 1982 y
con anterioridad gracias a la mediación de Juan Pablo II y el cardenal Samoré
se pudo solucionar, sin recurrir a las armas, a pesar de las movilizaciones
bélicas, el conflicto del Beagle.
viernes, 5 de julio de 2013
miércoles, 3 de julio de 2013
martes, 2 de julio de 2013
DISCURSO COMPLETO DEL CANCILLER EN NACIONES UNIDAS. 20.06.13
Cuestión Malvinas: Discurso
completo del Canciller Timerman en el Comité de Descolonización de las Naciones
Unidas (ONU)
Jueves 20 de
Junio de 2013
Señor
Presidente:
Vengo ante este
Comité en ocasión del tratamiento de la Cuestión de las Islas Malvinas a
expresar el sincero reconocimiento de la República Argentina a la atención que
este prestigioso órgano de las Naciones Unidas ha prestado -y continúa
prestando bajo su eficiente Presidencia - a la Cuestión que afecta a una parte
importante del territorio de mi país. Vengo a exhortar una vez más al Reino
Unido a cumplir con la obligación que le impone el derecho internacional y a
referirme a un nuevo intento británico de manipular una realidad que desde hace
varias décadas las Naciones Unidas han definido como una ¨situación especial y
particular de colonialismo.¨
Sr. Presidente:
Hace 180 años,
se inició un conflicto colonial que aún permanece irresuelto. Una fuerza naval
británica expulsó, el 3 de enero de 1833, a las legítimas autoridades y a la
población argentina de las Islas Malvinas.
Constituyó un
acto de agresión injustificado del Imperio británico a una naciente República
latinoamericana, con la cual mantenía pacíficas relaciones diplomáticas desde
1825. Fue un artero golpe de mano militar en el marco de la política
expansionista desarrollada por el Reino Unido en América Latina y el Caribe,
África y Asia, que quebrantó la unidad territorial de la República Argentina.
Un resabio colonial que persiste, increíblemente, en pleno siglo XXI, en el
extremo sur del continente americano y a 14.000 km del Reino Unido.
Un hecho que
debió necesariamente basarse en la fuerza de las armas como único modo de
compensar la total ausencia de títulos soberanos de la cual el Reino Unido
siempre fue consciente. Por citar sólo un ejemplo, recuérdese que en 1829 nada
menos que el Duque de Wellington, Primer Ministro británico, en una carta
dirigida a Sir George Murray (funcionario del Foreign Office) expresó:
"he revisado todos los papeles relativos a las Malvinas. No está claro
para mí que alguna vez hayamos poseído la soberanía de dichas islas. El Acuerdo
no va más lejos que restablecer Port Egmont (sic) para nosotros, el cual
abandonamos casi sesenta años atrás"[1].
La Argentina
conquistó su independencia con las Malvinas como parte de su territorio.
Alcanza con mencionar que el Gran Libertador, el General José de San Martín, ya
en 1816 (17 años antes de la invasión del Imperio británico) escribió a las
autoridades nacionales pidiéndole que le enviaran refuerzos desde las Islas
Malvinas para el Ejército que preparaba con el objetivo de contribuir a liberar
a los pueblos hermanos de las actuales Repúblicas de Chile y Perú.
Sr. Presidente:
Ya se ha
cumplido medio siglo de la “Declaración sobre la Concesión de la Independencia
a los Países y Pueblos Coloniales” – Resolución 1514 (XV) de la Asamblea
General de las Naciones Unidas –que guió el proceso de descolonización, una de
las páginas más brillantes de la humanidad en el siglo pasado. Sin embargo, aún
permanecen sin resolver 17 casos de colonialismo, entre ellos la Cuestión
Malvinas, pese a que la resolución 1514 (XV) proclamara “la necesidad de poner
fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y
manifestaciones”. Resolución, cabe recordar, en la que se abstuvo el Reino
Unido.
En el marco del
proceso de descolonización, hace ya 48 años, la Asamblea General de la
Naciones Unidas aplicó, mediante la Resolución 2065 (XX), la citada declaración
al caso concreto de Malvinas, definiendo el conflicto como una disputa de
soberanía entre la Argentina y el Reino Unido y reiterando el compromiso de
terminar con el colonialismo en todas sus formas. Asimismo, invitó a ambos
Gobiernos a negociar una solución pacífica, teniendo en cuenta las
disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, la Resolución
1514 (XV) y los intereses de los habitantes de las Islas. Obligación reiterada
en 39 Resoluciones subsiguientes de la Asamblea General y de este Comité.
Son así 40 las resoluciones aún pendientes de cumplimiento.
La negativa
británica a negociar no sólo desoye las citadas exhortaciones de la comunidad
internacional, sino que también incumple la obligación de resolver
pacíficamente las disputas internacionales que pesa sobre todos los miembros de
esta organización. La condición del Reino Unido de Miembro Permanente del
Consejo de Seguridad no lo exime de sus obligaciones internacionales, más aún,
tal asiento – y los privilegios que conlleva – le demanda una responsabilidad
especial en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales,
responsabilidad de la que deserta al rehusar el diálogo con mi país.
Negarse al
diálogo – invocando falazmente el principio de libre determinación - encubre
una desproporcionada e injustificada presencia militar británica en el
Atlántico Sur, así como la ilegítima apropiación de recursos naturales
renovables y no renovables, en abierta oposición a lo dispuesto por la Resolución
31/49 de la Asamblea General de la Naciones Unidas que insta a las Partes a
evitar modificaciones unilaterales en el área en disputa. Cuestiones éstas que
generan una creciente preocupación de la comunidad internacional.
A pesar del
tiempo transcurrido y de las innumerables invitaciones al diálogo de la
República Argentina, el Reino Unido se niega a reanudar las negociaciones de
soberanía. Negociaciones que - en cumplimiento de la Resolución 2065 (XX) -
desde 1966 y durante 17 años, llevaron a que las dos Partes consideraran
diferentes alternativas para resolver la disputa. Londres no dudó en ese
entonces en negociar la cuestión de fondo con la Argentina, inclusive con las
sangrientas dictaduras que sufrimos los argentinos. Resulta, por lo
tanto, incomprensible su negativa a volver a la mesa de negociaciones con
sucesivos Gobiernos democráticos. La Argentina está dispuesta al diálogo, que
quede claro, pero en los mismos términos en que dicho diálogo bilateral tuvo
lugar en el pasado y al que el Reino Unido accedió, desde 1966, en cumplimiento
de las resoluciones de las Naciones Unidas sobre la Cuestión Malvinas.
Sr Presidente:
La Argentina no
está sola en su reclamo. Multiplicidad de foros alzaron su voz en apoyo a
la Argentina con la aprobación unánime de sus miembros.
Así ha sido el
caso de la OEA, como primera organización hemisférica en apoyar a mi país, y
que se pronunciara nuevamente, el pasado 6 de junio. También es el caso
de la CELAC desde su creación. Este organismo, que privilegia como ningún otro
los intereses comunes de América Latina y el Caribe, ha asumido como una causa
propia el respaldo a los legítimos derechos de la Argentina sobre las Islas
Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos
circundantes. Ya antes hicieron lo propio la UNASUR y el MERCOSUR, quienes,
congruentes con la interpretación de que las islas están ocupadas ilegalmente,
han adoptado medidas concretas para contrarrestar la exploración y explotación
contraria a derecho de los recursos naturales del Atlántico Sur que pertenecen
a la Argentina.
Como otra
muestra destacable de solidaridad regional, en marzo pasado los Cancilleres de
Cuba y Uruguay y el Vicecanciller del Perú, en representación de las
Presidencias Pro Témpore de la CELAC, MERCOSUR y UNASUR, respectivamente, le
expresaron a usted en su carácter de Presidente del Comité Especial de
Descolonización, así como a los distinguidos Representantes de los Estados que
integran este cuerpo y al Secretario General de las Naciones Unidas, el sólido
respaldo a nuestros derechos soberanos.
Mi país recibió
también el invalorable apoyo de las naciones africanas, quienes se sumaron a
las de América del Sur en el histórico reconocimiento a los derechos soberanos
argentinos mediante la Declaración de Malabo adoptada en febrero de 2013.
También lo hicieron recientemente en Montevideo, en enero de 2013, aquellos
países africanos con quienes compartimos las costas del Atlántico Sur en
nuestro proyecto común de consolidar una Zona de Paz y Cooperación en ese
espacio que nos une y nos identifica. En el mismo sentido, la III Cumbre de
América del Sur y Países Árabes (ASPA) de 2012 emitió la Declaración de
Lima en la cual apela al Reino Unido a reiniciar las negociaciones de
soberanía con la Argentina, rechazando, además, la exploración y
explotación hidrocarburífera unilateral que realiza Gran Bretaña en las
aguas que rodean a las Malvinas.
Hoy queda en
evidencia que el anacrónico conflicto colonial y la obstinación en rehusar el
llamado al diálogo irrita a cada vez más países que se manifiestan en
diferentes foros internacionales, y que la usurpación de los territorios no
solamente ofende a la Argentina sino a toda la región, pues reconoce la
causa como propia.
América, África
y Asia, cuyos Estados se han despojado del colonialismo, son los principales
aliados de la Argentina en la disputa con el Reino Unido. Hago explícito el
orgullo de los argentinos de contar con el respaldo unánime de los heroicos
pueblos de América, Asia, y África, verdaderos artífices de las luchas
victoriosas contra el colonialismo y a favor de la libre determinación.
Sr. Presidente:
Ante esta
situación, la parte británica se encuentra sin excusas para continuar evadiendo
el diálogo, y por ello, recurrió a un nuevo intento de manipulación de la
Cuestión Malvinas, al pretender transformar al ocupante colonial en víctima y
al país cercenado de parte de su territorio en el victimario. Ello mediante la
organización de una consulta en las islas con resultado cantado.
El 10 y 11 de
marzo pasados aproximadamente unos 1500 ciudadanos británicos residentes en
Malvinas votaron a favor de la continuidad de la situación colonial. Sus
organizadores lo han llamado “referéndum de libre determinación”. Se trata en
realidad de una encuesta organizada por el gobierno británico para que un
puñado de ciudadanos británicos afirme que quiere que el territorio que fue
ocupado militarmente sea reconocido por el mundo como británico. Las Naciones
Unidas no convocaron ni aprobaron la iniciativa. Ningún país del mundo envió
representantes oficiales como “observadores” pese a los ingentes esfuerzos de
la diplomacia británica.
Lo que resulta
paradójico es que para legitimar esta estrategia antijurídica el Reino Unido
invoca la libre determinación de los pueblos. Sin embargo, este principio tan
respetado por la Argentina, que ha permitido la liberación de más de 80
antiguas colonias, muchas de ellas británicas, en África, Asia, el Caribe y
Oceanía, con más de 750 millones de personas, no debe ni puede ser manipulado
para consagrar la perpetuación de una situación concebida e ideada por
una potencia colonial.
Al mismo
tiempo, el derecho a la libre determinación de los pueblos no es un derecho
reconocido a cualquier comunidad humana establecida sobre un territorio, sino
únicamente a los “pueblos”, y no se aplica en detrimento de la unidad política
e integridad territorial de un Estado.
Ni la
Resolución 2065 (XX), que define la Cuestión Malvinas en el marco de las
Naciones Unidas, ni ninguna de las 39 Resoluciones siguientes de su Asamblea
General o su Comité de Descolonización se han referido jamás al principio de
libre determinación. La Asamblea General de las Naciones Unidas expresamente
rechazó, en dos oportunidades en 1985, propuestas británicas para incorporar el
principio de libre determinación en el proyecto de resolución sobre la Cuestión
de las Islas Malvinas. Permítame repetirlo, las Naciones Unidas hace casi medio
siglo que definen a la Cuestión Malvinas como una violación a la integridad territorial
de mi país. Y siempre han reafirmado que la libre determinación no resulta
aplicable al no existir en la Cuestión Malvinas un “pueblo” colonial sujeto a
la subyugación, dominación y explotación extranjera. Es esta especificidad la
que ha llevado a este mismo Comité a calificar a la Cuestión como una situación
colonial “especial y particular” frente al resto de los casos clásicos de
descolonización porque involucra una disputa de soberanía entre dos Estados
Miembros, insistiendo en su proceder en la aplicación del enfoque “caso por
caso” y la necesaria conformidad con las resoluciones “pertinentes” de las
Naciones Unidas como modo de atender la especificidad de la Cuestión Malvinas.
Sr. Presidente:
Cuando el Reino
Unido ocupó las islas en 1833, expulsó de ellas a la población y autoridades
argentinas que se encontraban ejerciendo soberanía. Procedió luego a implantar
a sus propios colonos y a controlar férreamente la política migratoria. Es en
Londres donde se decide hasta el día de hoy la composición poblacional del
territorio. Se trata de una reducida población cuya demografía no crece
naturalmente, sino que es dependiente de las necesidades económicas y
administrativas del “gobierno” de la Corona en las islas.
Sólo los
residentes en las islas pueden adquirir tierras. Quienes no lo son deben
solicitar un permiso al ilegítimo “gobernador” británico en las islas para
poder hacerlo.
Sr. Presidente:
En realidad, el
apego británico a la libre determinación de los pueblos tuvo hace pocas semanas
una muestra de su verdadero alcance, cuando en la Asamblea General de las
Naciones Unidas el Reino Unido se negó a apoyar al pueblo polinesio en su
intento, finalmente aprobado por consenso, de reinscribir el caso de la
Polinesia Francesa en la lista de territorios no autónomos que considera el
Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.
Tampoco tuvo
importancia para el Reino Unido la libre determinación para el caso del
archipiélago de Chagos, de donde desarraigó forzosamente a sus miles de
habitantes nativos, privándolos, desde 1967 al día de hoy, de su derecho a
retornar a sus tierras. Ello, luego de haber quebrantado la integridad
territorial de Mauricio contrariando lo estipulado en la resolución 2066 (XX).
El Tribunal Superior de Londres avaló recientemente la creación por parte del
Gobierno británico de una reserva marina en el área con la intención de privar
a los chagosianos de su único medio de vida posible y hacer así imposible su
regreso. Una impúdica maniobra consistente en usar el cuidado del medio
ambiente contra el derecho a la libre determinación del pueblo chagosiano.
Resulta revelador que quien implementó tal maquiavélica estrategia - el
entonces Director de Territorios de Ultramar del Foreign Office,
Collin Roberts - ha sido designado por Londres como próximo ilegítimo
"gobernador" de las Islas Malvinas, cargo que asumirá en 2014.
En el caso de
Gibraltar, el Reino Unido también impulsó un referéndum sin el aval de las
Naciones Unidas en 1967, sin obtener ninguna modificación en el estatus de
dicho territorio. Además, la Asamblea General rechazó la celebración de dicho
referéndum por la potencia administradora, instándola a la continuación de las
negociaciones con España relativas a la descolonización del territorio,
teniendo en cuenta los intereses de la población. Años más tarde, en 2002, el
entonces canciller británico Jack Straw no tuvo reparos en condenar un
referéndum organizado por los colonos de Gibraltar sin la bendición de Londres,
porque ello entorpecía las negociaciones que se realizaban en Madrid entre los
Reinos de España y Gran Bretaña. El canciller británico calificó aquel
referéndum como una iniciativa excéntrica.
Como se puede
apreciar, Londres arma y desarma consultas de acuerdo a sus circunstancias
estratégicas.
Todos también
recordamos que el Gobierno británico no consultó a los habitantes de Hong Kong
cuando restituyó dicho territorio a su legítimo titular, la República Popular
China. Tampoco tomó en cuenta la voluntad de las autoridades democráticamente
electas por el pueblo de las Islas Turcas y Caicos, en 2009, cuando suspendió
la administración local del gobierno para transferirla al “gobernador” de la
Corona residente en el territorio, haciendo uso de los poderes que le confiere
la administración “moderna” colonial.
En abierta
contraposición, la República Argentina ha apoyado a todos y cada uno de los
pueblos que recurrieron a las Naciones Unidas para expresar sus derechos frente
a las potencias coloniales. Como país que consiguió su independencia
liberándose de un poder colonial, la Argentina es una firme defensora del
derecho de libre determinación de los pueblos en todos aquellos casos en que
tal derecho resulte aplicable. Todos los pueblos que se emanciparon reconocen a
los argentinos por su permanente solidaridad con sus luchas contra las
potencias coloniales. Desde la histórica Revolución libertaria de Haití hasta
la gesta de los pueblos africanos nadie puede dudar dónde han estado la
Argentina y el Reino Unido en los conflictos contra el colonialismo y a favor de
la libre determinación.
Vale la pena
analizar cómo votaron la República Argentina y el Reino Unido en cuestiones de
colonialismo y libre determinación. Con relación a los 15 Territorios
actualmente bajo análisis de este Comité, excluyendo a Gibraltar y Malvinas, el
Reino Unido no apoyó el 88% de las resoluciones adoptadas. En forma
contrapuesta, la Argentina apoyó el 81% de esas resoluciones.
Si analizamos
estas resoluciones, con relación a los 8 casos en donde el Reino Unido es la
potencia colonial, nuevamente excluyendo a Gibraltar y Malvinas, el Reino Unido
no apoyó el 90% de las dichas resoluciones mientras Argentina apoyó el
80% de ellas.
Y ahora el
Reino Unido pretende engañar al mundo erigiéndose en el campeón de la libre
determinación. Pobre libre determinación con defensores como el Reino Unido.
Más aún, El
Reino Unido tampoco apoyó la creación en 1961 del Comité de Descolonización.
Otro dato
interesante es ver la posición del Reino Unido en relación con los ex
territorios coloniales británicos que, hoy países independientes, forman parte
de este honorable Comité. Mientras el Reino Unido no apoyó ninguna resolución
adoptada por la Asamblea General en base a las recomendaciones del Comité de
Descolonización sobre estos asuntos, la Argentina jamás votó en contra.
No creo que
hagan falta más datos para demoler la pretensión británica de hablar en nombre
de la libre determinación de los pueblos.
Sr. Presidente:
Sin argumentos,
la diplomacia británica diseñó una estrategia que consiste en que fuesen los propios
isleños quienes justifiquen la ocupación. Conscientes de esta maniobra
política, los países de la región rechazaron la celebración de esa ilegítima
consulta a través de contundentes declaraciones. MERCOSUR, UNASUR y ALBA
señalaron que esta maniobra no altera la esencia de la Cuestión Malvinas y que
su resultado no pone fin a la disputa de soberanía.
Señor
Presidente:
El Gobierno del
Reino Unido no habla de la disputa de soberanía con la Argentina; no va a
hablar ante este Comité de Descolonización; como tampoco colabora con el
Secretario General en la gestión de buenos oficios encomendada por la Asamblea
General. Sin embargo, su silencio y su ausencia ponen en evidencia ante la
comunidad internacional su negativa a acatar las resoluciones de las Naciones
Unidas, escudándose en una alegada voluntad de la población que implantó
artificialmente en territorio argentino. La ausencia de la potencia colonial
reafirma el desprecio imperial y su falta de respeto por el mandato de este
Comité, cuya existencia cuestiona y con el cual ha decidido no colaborar
oficialmente desde hace casi 30 años a pesar de ser potencia llamada
“administradora” de 10 de los 17 territorios que éste considera.
Señor
Presidente:
En esta
ocasión, pido a este Comité que, en el marco de su firme apoyo a la misión de
buenos oficios del Secretario General, le solicite que contacte al Reino Unido
para instarlo a que preste la debida cooperación y se involucre en dicha misión
de buenos oficios dirigida a ayudar a las partes a cumplir lo solicitado por la
Asamblea General en sus resoluciones sobre la Cuestión Malvinas.
También
aprovecho la ocasión para solicitar al Sr. Presidente que me informe si se
encuentra presente en la sala el Representante del Reino Unido para
manifestarle, con todos ustedes como testigos, mi disposición a reanudar el
diálogo hoy mismo.
Sr.
Presidente:
Lamento
profundamente que mi colega, el canciller del Reino Unido, siempre tan
dispuesto a acudir a las Naciones Unidas para exigir el respaldo a políticas
intervencionistas no tenga la misma disposición a concurrir a este Comité que
busca el fin del colonialismo.
La Argentina
valora muy especialmente la noble labor que realiza este Comité Especial, con
el cual coopera activamente. La histórica participación en 2012 de la
Presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue la
primera efectuada por un Jefe de Estado a este foro y es una muestra
contundente de la importancia que asignamos a la labor que desarrolla contra el
flagelo del colonialismo.
Sr. Presidente:
Es
necesario no perder de vista dos cuestiones:
1. El Reino
Unido es una potencia colonial. La Argentina es una democracia moderna,
respetuosa de los derechos humanos y que hoy está aquí representada por la
delegación que me acompaña, integrada por hombres y mujeres, Gobernadores y
Legisladores de las más diversas expresiones políticas de mi país. Una
democracia que alberga, en la Argentina continental, a una vibrante comunidad británica,
la más grande y antigua de toda América Latina, cuyos derechos,
tradiciones y modo de vida siempre han sido respetados y garantizados y forman
parte activa de la sociedad argentina. Muchos de ellos no dudaron en acudir a
defender a la patria de sus ancestros en la hora más difícil del Reino Unido,
cuando luchó contra el fascismo y el nazismo. Quienes sobrevivieron a tan
heroica lucha volvieron a vivir a la Argentina pues es ahí donde decidieron
construir, junto al resto de los argentinos, su futuro.
2. Cuando nos
referimos a la Cuestión Malvinas hablamos de integridad territorial y no de
libre determinación. Una controversia de soberanía entre la Argentina y el
Reino Unido que abarca más de tres millones de kilómetros cuadrados entre
territorio y espacios marítimos en disputa, doce veces la superficie del Reino
Unido, y la mayor parte del cual no está habitado. Como pueden apreciar los
miembros de este Comité no se trata de un pequeño territorio. Gran Bretaña
ocupa las Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos
circundantes por su valor estratégico y por la apropiación ilegítima de sus
recursos naturales. Esos motivos y no otros son las verdaderas razones de la
presencia militar británica en el Atlántico Sur.
Sr. Presidente:
La
disputa de soberanía respecto de la las Islas Malvinas, Georgias del Sur y
Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes no es solamente una
controversia bilateral entre la Argentina y el Reino Unido, sino también es una
causa regional y global.
Estamos seguros
de que el llamado a la solución pacífica de la controversia de soberanía algún
día será escuchado, que algún día el territorio colonizado dejará de ser un
enclave militarizado de una potencia extra regional en el extremo sur de
América y no se despacharán desde las bases británicas submarinos
nucleares al Atlántico Sur.
Sr. Presidente:
Mi país ya está
sentado a la mesa del diálogo. Las Naciones Unidas llevan casi medio siglo
reclamando la resolución pacífica de la controversia. Los pueblos de América
Latina y el Caribe, África y Asia ya se han expresado en múltiples instancias.
Dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, la República Popular China y
la Federación Rusa volverán a expresarse hoy en este Comité. La Asamblea
General de las Naciones Unidas ya le ha pedido al Secretario General que
renueve su misión de buenos oficios entre los gobiernos de Argentina y el Reino
Unido. Lamentablemente, el fin de la controversia está secuestrado en Londres.
Sr. Presidente:
La Argentina reitera
su solemne compromiso de resolver la Cuestión que hoy tratamos por medio del
diálogo entre dos gobiernos democráticos y respetando el mandato de las
resoluciones de Naciones Unidas.
Deseo finalizar
expresando las instrucciones que he recibido de la Presidenta de la República
Argentina, Cristina Fernández de Kirchner de volver a ofrecer reanudar dicho
diálogo hoy mismo con el Canciller William Hague sin precondiciones y sin
exigencias.
Sr
Presidente:
Que el Gobierno
del Reino Unido asuma ante este Comité, ante las Naciones Unidas y ante los
pueblos del mundo la responsabilidad de sus acciones y de sus silencios.
Muchas gracias.
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