lunes, 31 de marzo de 2014
jueves, 27 de marzo de 2014
MALVINAS. DECRETO DE DESCLASIFICACIÓN DEL INFORME RATTENBACH. PALABRAS DE LA PRESIDENTA
Acto de firma
del decreto de desclasificación del Informe Rattenbach: Palabras de la
Presidenta de la Nación
|
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA
FERNÁNDEZ EN UN ACTO EN EL SALÓN DE LOS PATRIOTAS LATINOAMERICANOS, CASA
ROSADA.
Buenos Aires, martes 7 de febrero de 2012.
Muy buenas tardes
a todos y a todas: creo que – sin lugar a dudas – hoy más que nunca sí la
Presidenta de los 40 millones de argentinos, porque creo que también la
presencia del conjunto de la sociedad argentina, expresada por los distintos
partidos políticos, por las fuerzas del trabajo; expresada también por las
organizaciones de derechos humanos, por los integrantes de las fuerzas
armadas, por los representantes de las empresas argentinas, por los
representantes de cada uno de nuestros Estados Federales, más los jóvenes,
más los hombres y mujeres, más los combatientes de Malvinas revela claramente
que estamos ante un hecho de política de Estado, de política nacional.
Quiero, en
primer lugar, agradecer al Coronel Benjamín Rattenbach – hijo del General
Rattenbach – el honor que nos dispensa de integrar esta comisión y también
transmitirle a él y a su familia el orgullo que tenemos los argentinos de
haber tenidos generales como el General Rattenbach, un verdadero hijo del
ejército sanmartiniano, que debe haber elaborado y analizado con mucho dolor
el Informe, en el que en treinta días más el Estado argentino, como tal, va a
dar a conocer no solamente a los ciudadanos y ciudadanas de la Argentina,
sino también al mundo entero. (APLAUSOS).
Esto tiene
que ver con una de las políticas de Estado, pilares, que hemos sostenido a
partir del año 2003, y que es precisamente la de memoria, verdad y justicia;
en este caso agregaría estos tres valores del conjunto de la sociedad, el de
democracia y soberanía. (APLAUSOS). Porque creo que estos dos conceptos: el
de democracia y soberanía dan el exacto lugar que para nosotros tiene la
causa de Malvinas.
Democracia
que es nada más y nada menos que los gobiernos que surgen de la voluntad
popular, expresados a través del voto libre y sin proscripciones. Y ¿por qué?
Porque esa es la primera soberanía, la soberanía popular, sin esa soberanía
no puede haber ningún otro gesto de soberanía, hacia dentro o hacia afuera,
de ningún gobierno. (APLAUSOS). Y esto es una distinción muy importante para evitar
confusiones acerca de desde qué lugar y en qué lugar este Gobierno, y creo
que la mayoría absoluta de los argentinos coloca a la cuestión Malvinas.
Por eso
seguimos sosteniendo, y como lo hice ante la Asamblea de Naciones Unidas, que
no se puede achacar al pueblo argentino una decisión y basarse en esa
decisión para negarse a cumplir lo que ha ordenado Naciones Unidas, que es
sentarse a dialogar y negociar acerca de la cuestión de las Islas Malvinas.
Creo que el
hecho colonial, colonial por historia, porque también creo que deberíamos
comenzar a considerar los argentinos los días 2 y 3 de enero, del año que
viene, se van a cumplir 180 años exactos de la usurpación y el desalojo de
los argentinos de nuestras Islas Malvinas deberíamos comenzar a considerar
también esta fecha. (APLAUSOS). Fecha que – por cierto – no es la única en
los intentos que hubo de someternos, si vamos un poquito más atrás de 1833,
nos vamos a encontrar el 1806 – cuando aún éramos colonia española – y en
1807 rechazando las invasiones inglesas. Y más tarde – bajo la égida del
Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, en el año 45, rechazando también
el bloqueo anglo-francés. (APLAUSOS).
Por esas
cosas de la vida el gaucho Rivero, aquel hombre que peleó e hizo izar el
pabellón nacional en nuestras Islas Malvinas, murió, por esas cosas que tiene
la vida también en la Vuelta de Obligado. Parece que su destino estaba
irremediablemente atado a defender la soberanía del suelo patrio contra el
colonialismo. Historia y geografía, geografía que - bueno - 760 kilómetros de
Río Gallegos, parte de nuestra plataforma continental, a un dominio de
ultramar de 13.000 kilómetros. Y si no les alcanzan los documentos, si no les
alcanza la geografía, si no les alcanza la historia hasta la zoología parece
darnos la razón: en Río Gallegos, cuando construimos parte de la costanera,
se hizo una construcción de avistaje de pájaros. Allí se pueden ver todos los
pájaros que vienen en vuelo migratorios de Malvinas vienen por territorio y
se trasladan inclusive algunos llegando hasta el Ecuador y simbólicamente
abrazando la zoología a esa geografía argentina de Malvinas, junto a toda la
geografía latinoamericana. Por eso estamos también hoy aquí, porque Malvinas
ha dejado de ser solamente una causa de los argentinos para transformarse en
una causa de los americanos, de la América latina, de la América del Sur y en
una causa global. (APLAUSOS).
Yo creo,
sinceramente, que eso es uno de nuestros mayores logros, y si se me permite
una discreción porque he escuchado y he leído, en estos días, algunas
opiniones de periodistas, y tal vez también algún intelectual o filósofo,
discurrir acerca de que en aquel momento el pueblo argentino apoyó esto, y
por tanto no deberíamos quejarnos tanto. Yo quiero rescatar una lectura de un
reportaje que hice hoy; yo no sé si estará presente el Coronel – integrante
del CEMIDA- José Luís García, que aparece en el Diario Democracia. Ahí está
Coronel, muchas gracias por acompañarnos. El Coronel José Luís García fue
colaborador directo del General Rattenbach, en el Informe, que se va a
comenzar a analizar, y hoy leía en ese Informe cuál había sido el plan
original. De desprendía que había sido un intento de un toco y nos vamos, y
precisamente y para que se entienda o para que lo entiendan los ingleses que
nos escuchan, un touch and go, un toco y me voy. Bueno para que digan
que no queremos entendernos con ellos, queremos discutir y debatir, podemos
hacerlo también así. El plan original era este de un grupo de hombres: izar
el pabellón nacional, tomar y luego retirarse, pero precisamente hechos que
se produjeron en la sociedad y fundamentalmente – lo decía hoy el Coronel en
su reportaje – los medios de comunicación que convirtieron enseguida como
causa masiva esto y con la frase, que muchos de ustedes recordaran de: “ya
ganamos” vio o nació en la dictadura la idea de que podía ser entonces una
cuestión para quedarse in eternum.
Yo quiero
decirles que también en otra oportunidad hubo manifestaciones populares, como
por ejemplo en 1979, en la Avenida de Mayo, con motivo de la visita de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y se desvió una gran
manifestación popular que había acontecido producto de que habíamos ganado el
Sub-20, en Tokio, Japón, y los familiares de los detenidos desaparecidos hacían
cola en la Avenida de Mayo, al 700 creo que era el local donde estaba la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y esa multitud también
acicateada por medios de comunicación que decían que había una campaña
anti-argentina en el exterior y hacían pegar a muchos ciudadanos argentinos
en sus autos y sus ventanas: “los argentinos somos derechos y humanos”. Esto
para que no se confundan y reconsideren esos análisis que son falsos porque
en realidad creo que ningún acto de la dictadura militar puede ser
revalorizado ni relegitimado por el apoyo que puede haber tenido
circunstancialmente y manipulado por algunos habitantes. Y digo algunos
habitantes porque sería injusto decir que todos.
Esta
Presidenta no fue a la plaza de su pueblo, en Río Gallegos, el 2 de mayo,
cuando sí fueron muchos habitantes de mi ciudad; si estuve en esta Plaza de
Mayo el 14 de junio, accidentalmente estaba en Buenos Aires y concurrí, junto
a miles de argentinos a expresar nuestro repudio por lo que pasaba. Hago esta
leve digresión para evitar confusiones, malos entendidos, malas
interpretaciones y peores analogías. Creo que definitivamente esta causa que
es causa regional y global, como decía, y que se ha convertido en causa
global regional porque hemos desplegado históricamente todos un fuerte
reclamo y una fuerte política hacia todos los países de Latinoamérica y
porque además creo que cada país se ve reflejado también una potencialidad de
lo que puede pasar. Es global y regional porque es un anacronismo en el siglo
XXI seguir manteniendo colonias. (APLAUSOS) Hay solo 16 casos en todo el
mundo y 10 de esos casos son de Inglaterra y en estos 10, también estamos
conociendo nuevamente como recrudece el reclamo de España frente al Peñón de
Gibraltar.
Es regional y
es global porque también se están depredando nuestros recursos naturales,
pesca y petróleo, sin ningún tipo de control ambiental que puede provocar,
tal cual lo ha dicho nuestro Canciller ante el Parlamento, un verdadero caos
ecológico en cualquier momento.
Es también
regional y global porque las grandes batallas del siglo XXI van a ser sobre
los recursos naturales de nuestros pueblos. Y América latina, la América del
Sur es una de las regiones más ricas del planeta, no solamente en recursos
humanos, sino en recursos naturales, en agua y en todas las potencialidades
que a diario se están descubriendo.
Finalmente, y
tal vez aquí lo más importante, es también una causa regional y global porque
están militarizando el Atlántico Sur una vez más. (APLAUSOS) No podemos
interpretar de ninguna otra manera, a pesar del mayor esfuerzo y voluntad que
pongamos, el envío de un destructor -esa sola palabra-, un inmenso y
modernísimo destructor acompañando al heredero real, a quien nos hubiera
gustado verlo con ropas civiles y no con uniforme militar. Creeríamos,
entonces sí, que otras son las actitudes.
Vamos a
plantear fuertemente esta militarización del Atlántico Sur porque, si algo
vamos a preservar además de nuestros recursos naturales, es, precisamente,
una región donde la paz impera, donde hemos tenido conflictos y no hemos
necesitado de la mediación de ningún organismo internacional, los hemos
resuelto entre los propios sur americanos. (APLAUSOS)
Por eso, he
instruido a nuestro Canciller para que presente formalmente ante el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas y también ante la Asamblea de Naciones
Unidas, esta militarización del Atlántico Sur que implica un grave riesgo
para la seguridad internacional en momentos en que vemos que, precisamente,
están sucediendo en otros países y en otras regiones situaciones que se
tornan inmanejables e incontenibles y que, precisamente, a partir de la
utilización de ese sillón que cada una de las potencias tiene en ese Consejo
de Seguridad, en lugar de solucionarse tienden a profundizarse. Por eso vamos
a hacer también la protesta ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Que nadie
espere de nosotros gestos que estén por afuera de la política y por afuera de
la diplomacia, que no se hagan ninguna ilusión acerca de que vamos a hacer
esto. (APLAUSOS) Somos gente que ha sufrido demasiado la violencia en nuestro
país. No nos atraen los juegos de las armas ni las guerras, al contrario.
Por eso
quería en el día de hoy dar a conocer este Decreto que termina, creo, con el
último de los secretos de Estado y corre el velo a un conflicto que los
argentinos tenemos que procesar con seriedad, con responsabilidad, sin falsos
chauvinismos, haciéndose cargo cada uno del rol que tuvo en eso.
Por eso
quería especialmente destacar -lo había charlado en una audiencia que mantuve
con anterioridad con el coronel Rattenbach- el dolor que le debe de haber
significado ese informe para su padre, por lo que amaba a su profesión y por
lo que amaba a su Ejército. Hay incontables anécdotas acerca de su integridad
intelectual, moral y personal.
Y cierra el
círculo –digo-, porque antes hicimos una caracterización política del
conflicto en cuanto había sido decidido en el marco de una dictadura, cuando
hablamos de democracia y de soberanía. Pero yo creo que esto, definitivamente,
cierra el círculo porque también habla del tema militar y de la
irresponsabilidad en términos estrictamente militares, no ya políticos, no ya
institucionales, en el manejo del conflicto para terminar con cualquier tipo
de excusas por parte de quienes usurpan esas Islas que “baten el parche” como
si se tratara de un trofeo de guerra. En ninguna tierra, en ningún lugar
puede ser un trofeo de guerra. Nosotros no creemos en trofeos de guerra.
(APLAUSOS)
Por eso
también queremos anunciar un viejo reclamo de los hombres que combatieron en
suelo malvinense. A muchos los vimos partir de Río Gallegos, o de Puerto San
Julián o de Puerto Deseado, y algunos no volvían. También en muchas casas de
Río Gallegos se alojaban a los jóvenes que luego partían desde el continente
para las Islas.
Durante el
mes de marzo, no recuerdo la fecha que me ha informado el señor ministro de
Defensa, vamos a inaugurar el Hospital de Salud Mental Islas Malvinas para
todos los que combatieron en el frente en Malvinas y que estuvieron en territorio
malvinense. (APLAUSOS) Hay, si no recuerdo mal, 439 ex combatientes que se
suicidaron, algunos tirándose, inclusive, del Monumento a la Bandera, allá en
Rosario.
Este Hospital
va a estar situado en lo que fue el Instituto Geográfico Militar y responde a
un largo reclamo por parte de los combatientes.
Tendríamos
que encontrarle algún otro nombre en vez de “salud mental”, porque la salud
es una sola. No hay “salud mental” o “salud corporal”. Me parece que se
debería encontrar algún otro nombre para definirlo. (APLAUSOS)
No solamente
se van a atender las secuelas que pudiera tener un ex combatiente, sino
también muchas veces los problemas de adicciones, de violencia familiar que
estas cosas han generado en cada uno de esos hombres que, seguramente, vivieron
situaciones límite en el verdadero sentido de la palabra.
Nosotros
vamos a seguir firmes y el 14 de junio estaremos en el Comité de
Descolonización de Naciones Unidas argumentando y exponiendo una vez más.
Vamos a invitar a que nos acompañen todos los partidos políticos de la
República Argentina porque es una convicción definitiva hoy en todo el mundo
que este es un reclamo avalado por el conjunto de la sociedad argentina y,
fundamentalmente, por el conjunto de la comunidad latinoamericana.
Queremos seguir
en este rumbo. Podría repetir lo que dicen algunos diarios ingleses, que
algunas decisiones que se toman o frases que se dicen tienen más que ver con
la situación económica que hoy está atravesando la Vieja Europa o la Vieja
Inglaterra. Pero yo no voy a escudarme en ningún dicho periodístico. Yo
quiero, simplemente, pedirle el Primer Ministro inglés que le dé una
oportunidad a la paz, que alguna vez le den una oportunidad a la paz y no a
la guerra. (APLAUSOS)
Y también,
para finalizar, a los hombres que combatieron, a los militares que con honor
lucharon en el frente o piloteando aviones perdieron la vida, que tampoco nos
confundimos como argentinos frente a estas cosas y si a Cameron le pedimos
que le dé una oportunidad a la paz, a los muertos en la guerra les decimos
honor y gloria en nombre de todos los argentinos.
Muchas
gracias y muy buenas tardes a todos. (APLAUSOS)
|
MALVINAS. GUERRA 1982. CHILE Y GRAN BRETAÑA
EL POLEMICO LIBRO INGLES SOBRE LA GUERRA
Malvinas: el día en que Gran
Bretaña pensó invadir Tierra del Fuego
Contemplaba un ataque desde el territorio chileno. La
colaboración de Pinochet con Gran Bretaña duró toda la guerra. Lo revela una
investigación oficial encargada por el gobierno británico y publicada esta
semana.
El libro del historiador inglés
Lawrence Freedman sobre la guerra de Malvinas, basado en documentos secretos de
Londres y que acaba de publicarse en Gran Bretaña, contiene información
detallada sobre la sostenida colaboración del régimen de Augusto Pinochet con
las fuerzas británicas, que llegó al punto de hacer pensar a los militares
británicos en la posibilidad de invadir el territorio argentino de Tierra del
Fuego desde el lado chileno de la isla.
El plan, que fue desechado por cuestiones operativas, echa luz sobre otro hecho polémico del que sí se tuvo noticia: la misteriosa caída de un helicóptero inglés a 18 kilómetros de la ciudad chilena de Punta Arenas, el 20 de mayo de 1982. En aquel momento, sus tres tripulantes —Alan Benett, Richard Outching y Blain Imrie— fueron "devueltos" a Londres. Pero Freedman revela ahora que en el helicóptero había otros ocho tripulantes, que fueron sacados de Chile en silencio (ver página 37). Según el historiador, eran oficiales de las Fuerzas Especiales Británicas que debían destruir una base argentina en Tierra del Fuego. A continuación, un extracto del capítulo dedicado al apoyo chileno.
La colaboración de Chile con Londres
Una de las cuestiones más controvertidas en lo referido a la campaña por Malvinas fue en qué medida Gran Bretaña gozó del beneficio de una cooperación estrecha con Chile. Esta cuestión fue particularmente dominante en 1999, cuando el general Augusto Pinochet fue arrestado en Londres a causa de un pedido de extradición de España para enfrentar un juicio por crímenes contra la humanidad. La baronesa Thatcher se mostró enérgica en su defensa, entre otras cosas en razón de su apoyo a Gran Bretaña en 1982. El propio Pinochet habló de cómo "cuando las fuerzas argentinas ocuparon las Malvinas en 1982, di instrucciones a mi gobierno para que ofreciera, dentro del contexto de nuestra neutralidad, cualquier asistencia que pudiéramos a nuestro amigo y aliado. Lo consideré una cuestión de honor nacional de Chile".
La lógica de la cooperación era clara. Ambos países mantenían disputas territoriales con Argentina y en ambos casos Argentina se comportaba de una manera inaceptable, ignorando los intentos de arbitraje en el caso del Canal de Beagle del mismo modo que había recurrido a las Fuerzas Armadas en el caso de las Malvinas. El principal obstáculo a la cooperación abierta era la renuencia chilena a contradecir la solidaridad hemisférica y la preocupación británica respecto de la tensión entre su reivindicación de que estaba actuando en nombre de la democracia y los funestos antecedentes de Chile en el área de derechos humanos. Chile también debía reflexionar sobre la fuerza militar superior de Argentina al evaluar los riesgos de apoyar una intensificación de fuerzas militares británicas. Por eso era inevitable que cualquier cooperación fuera secreta.
La posibilidad de cooperar con Chile se planteó desde el inicio de la crisis. (...) Cuando el 2 de abril de 1982 se realizaron las primeras evaluaciones de probables respuestas sudamericanas a la invasión argentina, enseguida se señaló la importancia de Chile. Empezaron a plantearse dudas en cuanto a si Gran Bretaña podía solicitar instalaciones y cómo reaccionar si Chile las ofrecía. Un primer indicio de la actitud chilena positiva fue un ofrecimiento de postergar la entrega del buque HMS Norfolk a la Marina chilena, que debía realizarse el 6 de abril. Esto no fue considerado muy útil debido a la pequeña magnitud de la tripulación de la Marina Real, sus malas comunicaciones y falta de armas. Por otro lado, el buque auxiliar de la Armada Real Tidepool, un buque tanque que también debía ser entregado el 7 de abril, estaba totalmente tripulado y si se podía comprar una carga plena de combustible, resolvería problemas de reabastecimiento para la Fuerza de Tareas. Los chilenos lo aceptaron. Zarpó el 14 de abril hacia la cita con la Fuerza de Tareas y tuvo un papel clave en la toma de Georgia del Sur.
Existía una posibilidad seductora de acción militar directa que dependía de la cooperación con Chile. Tierra del Fuego, una isla en el extremo sur de Argentina, estaba dividida en las provincias del oeste chilena y la del este argentina. La provincia argentina estaba escasamente poblada pero incluía un yacimiento de petróleo que producía 24.000 barriles por día y dos campos de aterrizaje, en Río Grande y Ushuaia. Si podía ser capturada, sería una bofetada al orgullo nacional argentino; ofrecería un elemento de regateo en cualquier negociación permitiendo a la vez aprovechar instalaciones militares útiles que de lo contrario podían ser usadas en contra de las fuerzas británicas. A los comandantes, la isla les pareció a primera vista un objetivo militar más fácil para la Fuerza de Tareas que las Malvinas. Estaría peor defendida y se adaptaba más a un ataque por tierra desde Chile que a un ataque británico por mar. Habría un riesgo menor de víctimas civiles y un mayor elemento de sorpresa. No obstante, un aterrizaje exitoso exigiría primero operaciones intensivas contra la Marina argentina y los aviones de combate con base en tierra. Y por lo tanto, aunque pudiera establecerse una fuerza británica en la isla, ésta sería vulnerable al ataque de aviones argentinos que operaran desde campos de aterrizaje en territorio continental. Esto justificaba, pues, operaciones secretas de fuerzas especiales para inhibir los ataques aéreos argentinos. Por lo tanto, aunque los riesgos a corto plazo parecían manejables, los problemas a más largo plazo eran mayores. También la política era problemática. La colusión entre los dos países, indispensable para que la operación funcionara, causaría una tormenta.
Todas las instalaciones portuarias y de campos de aterrizaje podían acelerar el avance de las fuerzas británicas, aliviar los problemas de apoyo y reabastecimiento de combustible y mitigar la ventaja geográfica argentina. En contra estaba el riesgo de llegar a depender demasiado de su ayuda, con el temor de que fuera retirada si las presiones regionales sobre Chile se volvían irresistibles. Las propuestas de cooperación se concentraron en la obtención de inteligencia. En particular, a los comandantes les interesaba analizar la posibilidad de apostar el avión Nimrod de la Patrulla Marítima en el sur de Chile. La información sobre blancos desde el Nimrod aumentaría considerablemente la eficacia de los submarinos, que llegarían pronto al Atlántico Sur. Internacionalmente se lo podía describir como avión de reconocimiento, pero no tenía capacidad ofensiva contra aviones de combate transportados por barco o en tierra. Su radar Seachwater le permitiría permanecer fuera de la zona de batalla.
Una cuestión delicada era establecer cuál era la mejor manera de enfocar la cooperación. El embajador británico en Santiago entendía que debía hablar directamente con los militares chilenos. Se suponía que sería necesario un quid pro quo. Las ideas se volcaron primero a la venta de aviones Hunter, en los cuales los chilenos tenían interés. A la vez, los chilenos tenían un interés estratégico en un éxito británico rápido contra Argentina, ya que les preocupaba que de lo contrario los atacaran "en tres semanas" y ya estaban disponiendo aprestos militares para responder a esa contingencia. (...)
Si bien el Comité Conjunto de Inteligencia opinaba que Chile estaría de acuerdo en que un avión Nimrod de reconocimiento aéreo no armado operara desde los campos de aterrizaje chilenos, el embajador era más cauto. Por ejemplo, era poco probable que se pusiera a disposición un campo de aterrizaje del sur. Uno que había sido mencionado —en la isla de San Félix— estaba a 3.000 kilómetros de la zona de operaciones, a menos que el Nimrod sobrevolara Argentina. Solo sería útil como base de operaciones si las pistas de aterrizaje más al sur pudieran ofrecer reabastecimiento de combustible.
Los ministros no sabían bien hasta qué punto llevar los vínculos con Chile. (...) También había cautela del lado chileno, lo cual reflejaba una conciencia cada vez mayor de que lo más conveniente para los intereses continentales chilenos más generales era "no alargar demasiado el cuello". Los medios en general se mostraban favorables a Gran Bretaña, aunque la opinión pública estaba dividida entre la satisfacción de que la arrogante y agresiva Argentina por fin recibiera su merecido y la angustia por un derramamiento de sangre latinoamericana. En Santiago todavía había miedo de que si Argentina podía salir adelante con su agresión con un bajo costo, después se volvería en contra de Chile. (...)
Al mismo tiempo, los chilenos estaban angustiados ante la perspectiva de que las hostilidades entre Gran Bretaña y Argentina se desbordaran sobre su larga y expuesta frontera. Si había evidencias de confabulación en la obtención de inteligencia británica, Argentina podría de pronto volverse contra Chile. Había más tropas argentinas concentradas en Río Gallegos y Comodoro Rivadavia de las que podían necesitarse para las Islas Malvinas. Para no llevar la situación más allá de lo prudente, el embajador John Heath optó por solicitudes cuidadosamente redactadas, evitando pedir algo que permitiera demostrar que aviones ingleses o chilenos volaban sobre el espacio aéreo argentino desde Chile. (...)
Los comandantes fueron cautelosos por otra razón. ¿Serían respetados los ofrecimientos de asistencia? Heath confiaba en que sí. Muy pocos conocían los considerables y secretos esfuerzos que se habían hecho para que la Cancillería no se enterara, pero Pinochet aparentemente apoyaba la cooperación. Había un deseo de apoyar la resolución británica, pero en privado. En público la posición sería neutral. Si circulaban rumores de cooperación chilena con Gran Bretaña, se negarían de inmediato. (...)
A cambio de la ayuda, Chile quería transferencias de armas. (...) Después de la invasión, se realizó una propuesta por la cual uno o más aviones Canberra serían vendidos y volarían a Chile con tripulaciones británicas que entrenarían a las chilenas realizando reconocimiento fotográfico desde una base aérea en el sur de Chile. (...) Esto prosperó hasta el punto de seleccionar los aviones y las tripulaciones y dejarlos en reserva, pero Chile rechazó este proyecto ya que estaba seguro de que los aviones serían identificados y era posible que fueran derribados.
Se consideró entonces la posibilidad de proveer aviones Canberra a un precio más atractivo. El 16 de abril, se acordó que se enviarían en préstamo o para compra algunos aviones Canberra y Hércules de apoyo, todos con marcaciones chilenas. Los Hércules se podían describir como comprados por Chile para su propia fuerza de transporte aunque Gran Bretaña podía recuperarlos después de la guerra. No era posible enviar los Nimrod ya que resultaría increíble que Chile estuviera comprándolos. Se permitiría no obstante que los Nimrod volaran sobre el espacio aéreo chileno y para aterrizar en una emergencia. También se tomaría un radar. Por último, se pondrían a disposición detalles de movimientos de superficie de la flota para su transmisión.
El 18 de abril, Lewin informó a Nott sobre el avance. Su prioridad era la inteligencia sobre las fuerzas argentinas. (...) El uso de un campo de aterrizaje chileno adecuado daría a Gran Bretaña una capacidad nueva e indispensable. Debido a la urgencia de este requerimiento, había muy poco tiempo que perder. (...)
Tripulaciones de la RAF (Real Fuerza Aérea) operarían dos Canberra en el Atlántico Sur durante un período de traspaso. Se desplegaría un avión de apoyo Hércules tripulado hasta un campo de aterrizaje chileno. Los chilenos querían anunciar su contrato de compra de aviones Canberra, pero Londres prefirió mantener toda la colaboración secreta, para garantizar que cualquier reconocimiento inicial de Malvinas se mantuviera en secreto. Inicialmente la operación avanzó según lo planeado, y para el 26 de abril habían llegado a Santiago disimulados dos aviones Hércules. Ahora se esperaba que los Canberra llegaran a Chile después del 30 de abril. (...)
Los chilenos también estaban poniéndose ansiosos en cuanto al posible impacto que recibirían si Argentina decidía que el juego por Malvinas había terminado y se volcaban a Chile para "recuperar el honor nacional". (...) Se observó, luego de la captura de Georgia del Sur, que la satisfacción por la frustración de Argentina tenía como contrapeso la aprensión de que Chile se viera arrastrado al conflicto. Pinochet dijo a la prensa que estaba "preocupado" por los hechos en el Atlántico Sur, y el canciller comentó ambiguamente "lamentamos sinceramente que los llamados de paz hayan sido desoídos".
La votación en la OEA era inminente. El canciller chileno había propuesto una postura cautelosa, que habría sido denegada por Pinochet. Chile se abstendría el 27 de abril, aunque esto sería visto como un acto "inamistoso". Esto reflejó una mayor convicción de que Galtieri y su gobierno no sobrevivirían al conflicto y que la crisis interna sería un preludio de un ataque contra Chile.
El 28 de abril, justo después de la votación de la OEA, Reuters informó lo que fue calificado como una declaración oficial del vocero del Ministerio de Defensa en Londres, en el sentido de que Chile había dado su permiso para desviar el Tidepont con el fin de que fuera a unirse a la Fuerza de Tareas británica en Malvinas. Posteriormente, pudo saberse que el tema había aparecido en una conferencia de prensa en la cual se había declarado, en respuesta a algunas preguntas, que no se sabía "si cambió de manos dinero" pero se sabía "que la venta seguía adelante pero la entrega había sido pospuesta con el acuerdo de los chilenos". (...) Chile quiso una desmentida inmediata (...). El punto de vista del Foreign Office era que sería poco prudente arriesgar una desmentida formal ya que podría simplemente generar más interés. Para entonces, el Gobierno chileno ya había publicado su propia desmentida. Chile consideraba que la pregunta había sido planteada a través de un periodista francés como una manera de ejercer presión sobre Chile después de su abstención en la OEA, ya que aparentemente Argentina conocía la situación del barco desde hacía cierto tiempo.
Los chilenos entonces advirtieron que en cuanto las operaciones de los Canberra fueran detectadas por Argentina o por la prensa, los hombres de la RAF (18 oficiales y 24 suboficiales) que habían llegado antes que el avión tendrían que abandonar Chile de inmediato. El 27 de abril, el (diario inglés) Daily Star informó que: "La semana pasada, aviones caza Phantom volaron en secreto al sur de Chile, vía isla de la Ascensión, desde una base de la RAF en Suffolk. (...) Gran Bretaña ha pagado bajo cuerda a los chilenos por permitir que nuestros aviones utilicen su base vital de Punta Arenas. El precio: ocho aviones Hunter Hawker. Los aviones sin marcación abandonaron Brize Norton de la RAF el domingo a bordo de un Boeing 747 civil estadounidense".
(...)Los detalles de la historia eran tan falsos que Heath se preguntó si no sería desinformación argentina deliberada. (...) Chile también negó como "totalmente sin fundamento" informes según los cuales aviones Phantom de la RAF serían autorizados a aterrizar y recargar combustible en Punta Arenas. El 29 de abril fue emitida una declaración británica. Heath advertía que Argentina estaba tratando de desacreditar la neutralidad de Chile en el tema Malvinas con preguntas hechas por medio de periodistas amistosos, y propuso los repudios más cuidadosamente redactados.
En la tarde del 29 de abril, los Canberra todavía no habían recibido el visto bueno de Chile. Había aparecido otro informe de prensa, esta vez de Reuters, diciendo que Gran Bretaña tenía permiso para utilizar las instalaciones de aviación en el sur de Chile. Esta mayor postergación hizo que el entusiasmo del Ministerio de Defensa por la operación comenzara a disminuir, y se hicieron planes para retirar un Hércules. Cuando finalmente se recibió el visto bueno para que llegaran los Canberra el 3 de mayo, el curso de acción prudente parecía ser una primera misión de los Hércules mientras los Canberra se entregaban con más lentitud a Chile. A los chilenos les habría gustado quedarse con los Hércules y estaban ansiosos por los dos Canberra.
De modo que a comienzos de mayo se estaban entregando los primeros seis Hunter y se estaban seleccionando otros dos, pero no se había tomado ninguna decisión respecto de otros (y al parecer había pedidos 20 más). Dos Canberra y repuestos estaban en oferta para Chile. (...) Chile había expresado interés en un radar que se instalaría cerca de la frontera argentina. La oferta era a un precio rebajado con apoyo en su operación y mantenimiento. A mediados de mayo, se había enviado el borrador de una carta de intención relativa a la venta de los dos Canberra, junto con una cantidad de repuestos y equipo de apoyo terrestre, y habían concluido las negociaciones en relación con los otros dos Hunter adicionales. (...)
En una entrevista realizada en 1999 pero publicada en 2002, el general Fernando Matthei, comandante en Jefe de la Fuerza Aérea chilena en 1982, describió cómo acordó con un "agente secreto" la entrega de inteligencia a Gran Bretaña a cambio de pertrechos militares, sobre todo aviones de combate Hawker Hunter, un potente radar y aviones Canberra. Matthei recordó que después de la guerra "conservamos los aviones, el radar, los misiles. Ellos recibieron información puntual y todos estábamos contentos". También afirmó que Pinochet no había sido plenamente informado del acuerdo, "de tal manera que si la operación era descubierta, pudiera afirmar que no sabía nada". Describió la creación de un centro de mando subterráneo bien protegido en Punta Arenas, desde donde se enviaba la información sobre los movimientos aéreos de Argentina desde todas las fuentes a Northwood usando un sistema de comunicaciones por satélite. La hija de Matthei, de hecho, ya había informado parte de esto en una carta a The Sunday Times cuando la controversia por Pinochet estaba en su punto culminante, señalando correctamente que el principal contacto de su padre había sido un comandante de brigada de la RAF (y no un agente secreto), y poniendo de relieve la importancia del control chileno de la actividad aérea argentina, con información transmitida mediante una conexión satelital a la Fuerza de Tareas. Por ese medio, se advertía a la flota del Atlántico Sur cualquier ataque inminente.
Entones comenzaron a producirse avances en todas las áreas. Se acordó que se aceptaría un avión de reconocimiento Nimrod en el campo de aterrizaje de San Félix, una isla remota frente a la costa de Chile. Desde San Félix, el avión podría hacer varias misiones muy valiosas, recargando combustible de noche en la base aérea chilena de Concepción en la costa continental, y luego volar en el espacio aéreo chileno en dirección al Atlántico Sur. El avión podría recoger información útil fuera del alcance del radar argentino y transmitirla a la Fuerza de Tareas. El Nimrod sería apoyado por un VC10. La primera misión tuvo lugar temprano en la mañana del domingo 9 de mayo, una segunda el 15 de mayo y una tercera dos días más tarde. Se obtuvo información limitada pero significativa. El 18 de mayo existía preocupación de que fuera demasiado arriesgado continuar con los vuelos, ya que probablemente esto llevaría a arruinar toda la operación y a afectar operaciones futuras. Woodward quiso que el avión volara las noches del 19-21 de mayo solo por si el Grupo de Transporte argentino estaba en el mar durante esos días cruciales, pero el deseo chileno de ver concluida esa misión era firme. (...)
Mientras tanto, la conexión chilena estaba empezando a generar atención en Gran Bretaña. El 24 de mayo, la primera ministra y otros ministros superiores recibieron cartas idénticas de miembros del Parlamento conectados con la Comisión de Derechos Humanos en Chile. (...) Gran Bretaña no quería avalar la política de derechos humanos chilena y a la vez quería asegurarse de no verse implicado en una acción chilena directa contra Argentina.
Durante el curso de la guerra, la presencia de una sólida fuerza chilena en la frontera había ayudado a Gran Bretaña aunque más no fuera por el hecho de que tenía amarradas a dos de las brigadas de Infantería de Marina superiores de Argentina: Chile no había dejado de golpe de ser percibido como una amenaza por Argentina. A medida que la guerra se acercaba a su conclusión, surgió preocupación de que Chile pudiera querer aprovechar las dificultades de Argentina. Pareció organizarse con cierta prisa una operación importante con 10.000 hombres que se iniciaría a comienzos de junio. Heath sugirió dar instrucciones de convocar en privado a algunas altas figuras chilenas para aclarar que Gran Bretaña no tenía intención de ser parte de ningún "incidente fronterizo" entre Chile y Argentina. Si bien el Foreign and Commonwealth Office seguía pensando que era poco probable una acción chilena precipitada, Heath recibió autorización de establecer contacto para averiguar qué estaba pasando, siempre y cuando no expresara ninguna opinión sobre la cuestión. Heath informó acerca de la visión chilena de que los refuerzos en el Sur se habían considerado necesarios debido a la incertidumbre acerca de las intenciones argentinas, especialmente si mantenían lejos a Gran Bretaña, pero que teniendo en cuenta que ahora esto era poco probable y que Gran Bretaña regresaría a Malvinas, se sentían más tranquilos y estaban retirando algunas unidades.
TRADUCCION: Cristina Sardoy
El plan, que fue desechado por cuestiones operativas, echa luz sobre otro hecho polémico del que sí se tuvo noticia: la misteriosa caída de un helicóptero inglés a 18 kilómetros de la ciudad chilena de Punta Arenas, el 20 de mayo de 1982. En aquel momento, sus tres tripulantes —Alan Benett, Richard Outching y Blain Imrie— fueron "devueltos" a Londres. Pero Freedman revela ahora que en el helicóptero había otros ocho tripulantes, que fueron sacados de Chile en silencio (ver página 37). Según el historiador, eran oficiales de las Fuerzas Especiales Británicas que debían destruir una base argentina en Tierra del Fuego. A continuación, un extracto del capítulo dedicado al apoyo chileno.
La colaboración de Chile con Londres
Una de las cuestiones más controvertidas en lo referido a la campaña por Malvinas fue en qué medida Gran Bretaña gozó del beneficio de una cooperación estrecha con Chile. Esta cuestión fue particularmente dominante en 1999, cuando el general Augusto Pinochet fue arrestado en Londres a causa de un pedido de extradición de España para enfrentar un juicio por crímenes contra la humanidad. La baronesa Thatcher se mostró enérgica en su defensa, entre otras cosas en razón de su apoyo a Gran Bretaña en 1982. El propio Pinochet habló de cómo "cuando las fuerzas argentinas ocuparon las Malvinas en 1982, di instrucciones a mi gobierno para que ofreciera, dentro del contexto de nuestra neutralidad, cualquier asistencia que pudiéramos a nuestro amigo y aliado. Lo consideré una cuestión de honor nacional de Chile".
La lógica de la cooperación era clara. Ambos países mantenían disputas territoriales con Argentina y en ambos casos Argentina se comportaba de una manera inaceptable, ignorando los intentos de arbitraje en el caso del Canal de Beagle del mismo modo que había recurrido a las Fuerzas Armadas en el caso de las Malvinas. El principal obstáculo a la cooperación abierta era la renuencia chilena a contradecir la solidaridad hemisférica y la preocupación británica respecto de la tensión entre su reivindicación de que estaba actuando en nombre de la democracia y los funestos antecedentes de Chile en el área de derechos humanos. Chile también debía reflexionar sobre la fuerza militar superior de Argentina al evaluar los riesgos de apoyar una intensificación de fuerzas militares británicas. Por eso era inevitable que cualquier cooperación fuera secreta.
La posibilidad de cooperar con Chile se planteó desde el inicio de la crisis. (...) Cuando el 2 de abril de 1982 se realizaron las primeras evaluaciones de probables respuestas sudamericanas a la invasión argentina, enseguida se señaló la importancia de Chile. Empezaron a plantearse dudas en cuanto a si Gran Bretaña podía solicitar instalaciones y cómo reaccionar si Chile las ofrecía. Un primer indicio de la actitud chilena positiva fue un ofrecimiento de postergar la entrega del buque HMS Norfolk a la Marina chilena, que debía realizarse el 6 de abril. Esto no fue considerado muy útil debido a la pequeña magnitud de la tripulación de la Marina Real, sus malas comunicaciones y falta de armas. Por otro lado, el buque auxiliar de la Armada Real Tidepool, un buque tanque que también debía ser entregado el 7 de abril, estaba totalmente tripulado y si se podía comprar una carga plena de combustible, resolvería problemas de reabastecimiento para la Fuerza de Tareas. Los chilenos lo aceptaron. Zarpó el 14 de abril hacia la cita con la Fuerza de Tareas y tuvo un papel clave en la toma de Georgia del Sur.
Existía una posibilidad seductora de acción militar directa que dependía de la cooperación con Chile. Tierra del Fuego, una isla en el extremo sur de Argentina, estaba dividida en las provincias del oeste chilena y la del este argentina. La provincia argentina estaba escasamente poblada pero incluía un yacimiento de petróleo que producía 24.000 barriles por día y dos campos de aterrizaje, en Río Grande y Ushuaia. Si podía ser capturada, sería una bofetada al orgullo nacional argentino; ofrecería un elemento de regateo en cualquier negociación permitiendo a la vez aprovechar instalaciones militares útiles que de lo contrario podían ser usadas en contra de las fuerzas británicas. A los comandantes, la isla les pareció a primera vista un objetivo militar más fácil para la Fuerza de Tareas que las Malvinas. Estaría peor defendida y se adaptaba más a un ataque por tierra desde Chile que a un ataque británico por mar. Habría un riesgo menor de víctimas civiles y un mayor elemento de sorpresa. No obstante, un aterrizaje exitoso exigiría primero operaciones intensivas contra la Marina argentina y los aviones de combate con base en tierra. Y por lo tanto, aunque pudiera establecerse una fuerza británica en la isla, ésta sería vulnerable al ataque de aviones argentinos que operaran desde campos de aterrizaje en territorio continental. Esto justificaba, pues, operaciones secretas de fuerzas especiales para inhibir los ataques aéreos argentinos. Por lo tanto, aunque los riesgos a corto plazo parecían manejables, los problemas a más largo plazo eran mayores. También la política era problemática. La colusión entre los dos países, indispensable para que la operación funcionara, causaría una tormenta.
Todas las instalaciones portuarias y de campos de aterrizaje podían acelerar el avance de las fuerzas británicas, aliviar los problemas de apoyo y reabastecimiento de combustible y mitigar la ventaja geográfica argentina. En contra estaba el riesgo de llegar a depender demasiado de su ayuda, con el temor de que fuera retirada si las presiones regionales sobre Chile se volvían irresistibles. Las propuestas de cooperación se concentraron en la obtención de inteligencia. En particular, a los comandantes les interesaba analizar la posibilidad de apostar el avión Nimrod de la Patrulla Marítima en el sur de Chile. La información sobre blancos desde el Nimrod aumentaría considerablemente la eficacia de los submarinos, que llegarían pronto al Atlántico Sur. Internacionalmente se lo podía describir como avión de reconocimiento, pero no tenía capacidad ofensiva contra aviones de combate transportados por barco o en tierra. Su radar Seachwater le permitiría permanecer fuera de la zona de batalla.
Una cuestión delicada era establecer cuál era la mejor manera de enfocar la cooperación. El embajador británico en Santiago entendía que debía hablar directamente con los militares chilenos. Se suponía que sería necesario un quid pro quo. Las ideas se volcaron primero a la venta de aviones Hunter, en los cuales los chilenos tenían interés. A la vez, los chilenos tenían un interés estratégico en un éxito británico rápido contra Argentina, ya que les preocupaba que de lo contrario los atacaran "en tres semanas" y ya estaban disponiendo aprestos militares para responder a esa contingencia. (...)
Si bien el Comité Conjunto de Inteligencia opinaba que Chile estaría de acuerdo en que un avión Nimrod de reconocimiento aéreo no armado operara desde los campos de aterrizaje chilenos, el embajador era más cauto. Por ejemplo, era poco probable que se pusiera a disposición un campo de aterrizaje del sur. Uno que había sido mencionado —en la isla de San Félix— estaba a 3.000 kilómetros de la zona de operaciones, a menos que el Nimrod sobrevolara Argentina. Solo sería útil como base de operaciones si las pistas de aterrizaje más al sur pudieran ofrecer reabastecimiento de combustible.
Los ministros no sabían bien hasta qué punto llevar los vínculos con Chile. (...) También había cautela del lado chileno, lo cual reflejaba una conciencia cada vez mayor de que lo más conveniente para los intereses continentales chilenos más generales era "no alargar demasiado el cuello". Los medios en general se mostraban favorables a Gran Bretaña, aunque la opinión pública estaba dividida entre la satisfacción de que la arrogante y agresiva Argentina por fin recibiera su merecido y la angustia por un derramamiento de sangre latinoamericana. En Santiago todavía había miedo de que si Argentina podía salir adelante con su agresión con un bajo costo, después se volvería en contra de Chile. (...)
Al mismo tiempo, los chilenos estaban angustiados ante la perspectiva de que las hostilidades entre Gran Bretaña y Argentina se desbordaran sobre su larga y expuesta frontera. Si había evidencias de confabulación en la obtención de inteligencia británica, Argentina podría de pronto volverse contra Chile. Había más tropas argentinas concentradas en Río Gallegos y Comodoro Rivadavia de las que podían necesitarse para las Islas Malvinas. Para no llevar la situación más allá de lo prudente, el embajador John Heath optó por solicitudes cuidadosamente redactadas, evitando pedir algo que permitiera demostrar que aviones ingleses o chilenos volaban sobre el espacio aéreo argentino desde Chile. (...)
Los comandantes fueron cautelosos por otra razón. ¿Serían respetados los ofrecimientos de asistencia? Heath confiaba en que sí. Muy pocos conocían los considerables y secretos esfuerzos que se habían hecho para que la Cancillería no se enterara, pero Pinochet aparentemente apoyaba la cooperación. Había un deseo de apoyar la resolución británica, pero en privado. En público la posición sería neutral. Si circulaban rumores de cooperación chilena con Gran Bretaña, se negarían de inmediato. (...)
A cambio de la ayuda, Chile quería transferencias de armas. (...) Después de la invasión, se realizó una propuesta por la cual uno o más aviones Canberra serían vendidos y volarían a Chile con tripulaciones británicas que entrenarían a las chilenas realizando reconocimiento fotográfico desde una base aérea en el sur de Chile. (...) Esto prosperó hasta el punto de seleccionar los aviones y las tripulaciones y dejarlos en reserva, pero Chile rechazó este proyecto ya que estaba seguro de que los aviones serían identificados y era posible que fueran derribados.
Se consideró entonces la posibilidad de proveer aviones Canberra a un precio más atractivo. El 16 de abril, se acordó que se enviarían en préstamo o para compra algunos aviones Canberra y Hércules de apoyo, todos con marcaciones chilenas. Los Hércules se podían describir como comprados por Chile para su propia fuerza de transporte aunque Gran Bretaña podía recuperarlos después de la guerra. No era posible enviar los Nimrod ya que resultaría increíble que Chile estuviera comprándolos. Se permitiría no obstante que los Nimrod volaran sobre el espacio aéreo chileno y para aterrizar en una emergencia. También se tomaría un radar. Por último, se pondrían a disposición detalles de movimientos de superficie de la flota para su transmisión.
El 18 de abril, Lewin informó a Nott sobre el avance. Su prioridad era la inteligencia sobre las fuerzas argentinas. (...) El uso de un campo de aterrizaje chileno adecuado daría a Gran Bretaña una capacidad nueva e indispensable. Debido a la urgencia de este requerimiento, había muy poco tiempo que perder. (...)
Tripulaciones de la RAF (Real Fuerza Aérea) operarían dos Canberra en el Atlántico Sur durante un período de traspaso. Se desplegaría un avión de apoyo Hércules tripulado hasta un campo de aterrizaje chileno. Los chilenos querían anunciar su contrato de compra de aviones Canberra, pero Londres prefirió mantener toda la colaboración secreta, para garantizar que cualquier reconocimiento inicial de Malvinas se mantuviera en secreto. Inicialmente la operación avanzó según lo planeado, y para el 26 de abril habían llegado a Santiago disimulados dos aviones Hércules. Ahora se esperaba que los Canberra llegaran a Chile después del 30 de abril. (...)
Los chilenos también estaban poniéndose ansiosos en cuanto al posible impacto que recibirían si Argentina decidía que el juego por Malvinas había terminado y se volcaban a Chile para "recuperar el honor nacional". (...) Se observó, luego de la captura de Georgia del Sur, que la satisfacción por la frustración de Argentina tenía como contrapeso la aprensión de que Chile se viera arrastrado al conflicto. Pinochet dijo a la prensa que estaba "preocupado" por los hechos en el Atlántico Sur, y el canciller comentó ambiguamente "lamentamos sinceramente que los llamados de paz hayan sido desoídos".
La votación en la OEA era inminente. El canciller chileno había propuesto una postura cautelosa, que habría sido denegada por Pinochet. Chile se abstendría el 27 de abril, aunque esto sería visto como un acto "inamistoso". Esto reflejó una mayor convicción de que Galtieri y su gobierno no sobrevivirían al conflicto y que la crisis interna sería un preludio de un ataque contra Chile.
El 28 de abril, justo después de la votación de la OEA, Reuters informó lo que fue calificado como una declaración oficial del vocero del Ministerio de Defensa en Londres, en el sentido de que Chile había dado su permiso para desviar el Tidepont con el fin de que fuera a unirse a la Fuerza de Tareas británica en Malvinas. Posteriormente, pudo saberse que el tema había aparecido en una conferencia de prensa en la cual se había declarado, en respuesta a algunas preguntas, que no se sabía "si cambió de manos dinero" pero se sabía "que la venta seguía adelante pero la entrega había sido pospuesta con el acuerdo de los chilenos". (...) Chile quiso una desmentida inmediata (...). El punto de vista del Foreign Office era que sería poco prudente arriesgar una desmentida formal ya que podría simplemente generar más interés. Para entonces, el Gobierno chileno ya había publicado su propia desmentida. Chile consideraba que la pregunta había sido planteada a través de un periodista francés como una manera de ejercer presión sobre Chile después de su abstención en la OEA, ya que aparentemente Argentina conocía la situación del barco desde hacía cierto tiempo.
Los chilenos entonces advirtieron que en cuanto las operaciones de los Canberra fueran detectadas por Argentina o por la prensa, los hombres de la RAF (18 oficiales y 24 suboficiales) que habían llegado antes que el avión tendrían que abandonar Chile de inmediato. El 27 de abril, el (diario inglés) Daily Star informó que: "La semana pasada, aviones caza Phantom volaron en secreto al sur de Chile, vía isla de la Ascensión, desde una base de la RAF en Suffolk. (...) Gran Bretaña ha pagado bajo cuerda a los chilenos por permitir que nuestros aviones utilicen su base vital de Punta Arenas. El precio: ocho aviones Hunter Hawker. Los aviones sin marcación abandonaron Brize Norton de la RAF el domingo a bordo de un Boeing 747 civil estadounidense".
(...)Los detalles de la historia eran tan falsos que Heath se preguntó si no sería desinformación argentina deliberada. (...) Chile también negó como "totalmente sin fundamento" informes según los cuales aviones Phantom de la RAF serían autorizados a aterrizar y recargar combustible en Punta Arenas. El 29 de abril fue emitida una declaración británica. Heath advertía que Argentina estaba tratando de desacreditar la neutralidad de Chile en el tema Malvinas con preguntas hechas por medio de periodistas amistosos, y propuso los repudios más cuidadosamente redactados.
En la tarde del 29 de abril, los Canberra todavía no habían recibido el visto bueno de Chile. Había aparecido otro informe de prensa, esta vez de Reuters, diciendo que Gran Bretaña tenía permiso para utilizar las instalaciones de aviación en el sur de Chile. Esta mayor postergación hizo que el entusiasmo del Ministerio de Defensa por la operación comenzara a disminuir, y se hicieron planes para retirar un Hércules. Cuando finalmente se recibió el visto bueno para que llegaran los Canberra el 3 de mayo, el curso de acción prudente parecía ser una primera misión de los Hércules mientras los Canberra se entregaban con más lentitud a Chile. A los chilenos les habría gustado quedarse con los Hércules y estaban ansiosos por los dos Canberra.
De modo que a comienzos de mayo se estaban entregando los primeros seis Hunter y se estaban seleccionando otros dos, pero no se había tomado ninguna decisión respecto de otros (y al parecer había pedidos 20 más). Dos Canberra y repuestos estaban en oferta para Chile. (...) Chile había expresado interés en un radar que se instalaría cerca de la frontera argentina. La oferta era a un precio rebajado con apoyo en su operación y mantenimiento. A mediados de mayo, se había enviado el borrador de una carta de intención relativa a la venta de los dos Canberra, junto con una cantidad de repuestos y equipo de apoyo terrestre, y habían concluido las negociaciones en relación con los otros dos Hunter adicionales. (...)
En una entrevista realizada en 1999 pero publicada en 2002, el general Fernando Matthei, comandante en Jefe de la Fuerza Aérea chilena en 1982, describió cómo acordó con un "agente secreto" la entrega de inteligencia a Gran Bretaña a cambio de pertrechos militares, sobre todo aviones de combate Hawker Hunter, un potente radar y aviones Canberra. Matthei recordó que después de la guerra "conservamos los aviones, el radar, los misiles. Ellos recibieron información puntual y todos estábamos contentos". También afirmó que Pinochet no había sido plenamente informado del acuerdo, "de tal manera que si la operación era descubierta, pudiera afirmar que no sabía nada". Describió la creación de un centro de mando subterráneo bien protegido en Punta Arenas, desde donde se enviaba la información sobre los movimientos aéreos de Argentina desde todas las fuentes a Northwood usando un sistema de comunicaciones por satélite. La hija de Matthei, de hecho, ya había informado parte de esto en una carta a The Sunday Times cuando la controversia por Pinochet estaba en su punto culminante, señalando correctamente que el principal contacto de su padre había sido un comandante de brigada de la RAF (y no un agente secreto), y poniendo de relieve la importancia del control chileno de la actividad aérea argentina, con información transmitida mediante una conexión satelital a la Fuerza de Tareas. Por ese medio, se advertía a la flota del Atlántico Sur cualquier ataque inminente.
Entones comenzaron a producirse avances en todas las áreas. Se acordó que se aceptaría un avión de reconocimiento Nimrod en el campo de aterrizaje de San Félix, una isla remota frente a la costa de Chile. Desde San Félix, el avión podría hacer varias misiones muy valiosas, recargando combustible de noche en la base aérea chilena de Concepción en la costa continental, y luego volar en el espacio aéreo chileno en dirección al Atlántico Sur. El avión podría recoger información útil fuera del alcance del radar argentino y transmitirla a la Fuerza de Tareas. El Nimrod sería apoyado por un VC10. La primera misión tuvo lugar temprano en la mañana del domingo 9 de mayo, una segunda el 15 de mayo y una tercera dos días más tarde. Se obtuvo información limitada pero significativa. El 18 de mayo existía preocupación de que fuera demasiado arriesgado continuar con los vuelos, ya que probablemente esto llevaría a arruinar toda la operación y a afectar operaciones futuras. Woodward quiso que el avión volara las noches del 19-21 de mayo solo por si el Grupo de Transporte argentino estaba en el mar durante esos días cruciales, pero el deseo chileno de ver concluida esa misión era firme. (...)
Mientras tanto, la conexión chilena estaba empezando a generar atención en Gran Bretaña. El 24 de mayo, la primera ministra y otros ministros superiores recibieron cartas idénticas de miembros del Parlamento conectados con la Comisión de Derechos Humanos en Chile. (...) Gran Bretaña no quería avalar la política de derechos humanos chilena y a la vez quería asegurarse de no verse implicado en una acción chilena directa contra Argentina.
Durante el curso de la guerra, la presencia de una sólida fuerza chilena en la frontera había ayudado a Gran Bretaña aunque más no fuera por el hecho de que tenía amarradas a dos de las brigadas de Infantería de Marina superiores de Argentina: Chile no había dejado de golpe de ser percibido como una amenaza por Argentina. A medida que la guerra se acercaba a su conclusión, surgió preocupación de que Chile pudiera querer aprovechar las dificultades de Argentina. Pareció organizarse con cierta prisa una operación importante con 10.000 hombres que se iniciaría a comienzos de junio. Heath sugirió dar instrucciones de convocar en privado a algunas altas figuras chilenas para aclarar que Gran Bretaña no tenía intención de ser parte de ningún "incidente fronterizo" entre Chile y Argentina. Si bien el Foreign and Commonwealth Office seguía pensando que era poco probable una acción chilena precipitada, Heath recibió autorización de establecer contacto para averiguar qué estaba pasando, siempre y cuando no expresara ninguna opinión sobre la cuestión. Heath informó acerca de la visión chilena de que los refuerzos en el Sur se habían considerado necesarios debido a la incertidumbre acerca de las intenciones argentinas, especialmente si mantenían lejos a Gran Bretaña, pero que teniendo en cuenta que ahora esto era poco probable y que Gran Bretaña regresaría a Malvinas, se sentían más tranquilos y estaban retirando algunas unidades.
TRADUCCION: Cristina Sardoy
http://old.clarin.com/suplementos/zona/2005/07/03/z-03401.htm
miércoles, 26 de marzo de 2014
LA CAUSA MALVINAS, EN EL MENÚ ENTRE EL PAPA Y CRISTINA.
La causa Malvinas, en el menú
entre el Papa y Cristina
Almuerzan mañana. En la Santa Sede creen que Francisco
podría abordar el tema de las islas. En abril recibe a la reina de Inglaterra. Por Angela Nocioni | 16/03/2014
Diario Perfil
Desde el
Vaticano
Pasta con ragú a la boloñesa y quesos frescos italianos. Es el sencillo menú que tienen previsto ofrecer mañana a la presidenta Cristina Kirchner los cocineros de Santa Marta, en el pequeño hotel situado dentro del convento donde vive el papa Francisco. Sin embargo, según deslizaron a PERFIL fuentes vaticanas, el plato fuerte del almuerzo entre Cristina y Bergoglio sería en realidad el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas. Sugestivamente, el Papa espera a la reina Elizabeth II de Inglaterra, el próximo 3 de abril.
Pasta con ragú a la boloñesa y quesos frescos italianos. Es el sencillo menú que tienen previsto ofrecer mañana a la presidenta Cristina Kirchner los cocineros de Santa Marta, en el pequeño hotel situado dentro del convento donde vive el papa Francisco. Sin embargo, según deslizaron a PERFIL fuentes vaticanas, el plato fuerte del almuerzo entre Cristina y Bergoglio sería en realidad el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas. Sugestivamente, el Papa espera a la reina Elizabeth II de Inglaterra, el próximo 3 de abril.
La presidenta
de la Argentina partió ayer rumbo al Vaticano. Le tienen reservada una suite
del hotel Edén, a la vuelta de Via Veneto, uno de los más lindos y lujosos
de Roma. Comerá junto a Francisco mañana en Santa Marta.
Será el segundo almuerzo entre los dos y la tercera vez que se encuentran, si se consideran también los pocos minutos que compartieron en julio en Río de Janeiro, durante las Jornadas de la Juventud.
Será el segundo almuerzo entre los dos y la tercera vez que se encuentran, si se consideran también los pocos minutos que compartieron en julio en Río de Janeiro, durante las Jornadas de la Juventud.
“La presidenta
Kirchner se puso en sintonía con el entusiasmo del pueblo católico para el papa
argentino y me parece que supo ver la posibilidad de compartir los provechos
de este entusiasmo popular, por ejemplo ya puede jactarse de haber sido el
primer jefe de Estado recibido por Bergoglio”, dijo a PERFIL el diputado
italiano Gennaro Migliore, líder parlamentario del partido Izquierda, Ecología
y Libertad. Francisco quiere hablar con la presidenta argentina antes de la
visita de Elizabeth II. Mucho se especula en los pasillos vaticanos si la
visita de la reina británica al Papa podrá ser el momento justo para afrontar
un tema tan sensible como el futuro de las Malvinas.
“Sin duda el
Papa puede decir sin obligaciones de protocolo lo que quiere a quien quiere,
sea anglicano, ateo o católico” aseguró a PERFIL el analista Anubi
D’Avossa Lussurgiu, experto en relaciones internacionales. “Otra cuestión
–opina D’Avossa Lussurgiu– es si quiere hacerlo. Un papa católico y encima
argentino que le dice a una reina británica anglicana, quien por primera vez en
la historia de Europa pone un pie en el Vaticano, aquello que se supone no
quiere escuchar, parece un guión teatral más que una eventualidad
diplomática”.
No es un
secreto que Bergoglio defiende animadamente la causa malvinense y que en
el pasado definió el dominio inglés como una “usurpación”. ¿Pero puede
el Papa ponerse en actitud de mediador para que Argentina recupere las islas?
Juan Pablo II lo hizo por el canal de Beagle en 1978, cuando la disputa entre
Argentina y Chile estuvo a punto de detonar una guerra. La diplomacia vaticana
logró un principio de solución, que no fue ratificado hasta el fin de la
dictadura en Argentina. Pero la situación histórica es
incomparable.
D’Avossa
Lussurgiu agrega una observación: “Poner el plato Malvinas sobre la mesa sería
algo muy fuerte y los actos contundentes se realizan tratando de medir por
adelantado la eficacia posible. ¿Qué éxito puede lograrse al echarle en la cara
la reivindicación territorial a la reina cuando en Londres hay un premier como
David Cameron que se agarra del resultado del referéndum y dejó entender, con
británica cortesía, que está de acuerdo con el editorial del Sun que saludó la
elección de Bergoglio diciendo que espera que no se repitan sus sermones
previos a favor de la posición de Argentina?”.
Concluye el
analista: “Creo que Bergoglio, con la capacidad que tiene de manejar su imagen,
podría tratar también de ignorar los problemas diplomáticos y afrontar de
pecho la cuestión. Pero le queda un problema muy delicado. ¿Cómo puede
ofrecerse a la causa argentina sin al mismo tiempo regalarse en bandeja a la
presidenta Kirchner como arma de propaganda? Evitar la
trampa es más difícil que hablar de Malvinas sin ofender a la reina”
martes, 25 de marzo de 2014
sábado, 22 de marzo de 2014
miércoles, 19 de marzo de 2014
ASOCIACIÓN CIVIL VETERANOS DE GUERRA T.O.A.S. TEATRO DE OPERACIONES ATLÁNTICO SUR
lunes, 17 de marzo de 2014
CARTA DE CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER A DAVID CAMERON. 3.1.2013. EN INGLES
Carta de Cristina Fernandes de
Kirchner a David Cameron. 3.1.2013
Buenos Aires, January 3rd, 2013
Mr Prime Minister David Cameron,
One hundred and eighty years ago on the same date, January 3rd, in a blatant exercise of 19th-century colonialism, Argentina was forcibly stripped of the Malvinas Islands, which are situated 14,000km (8700 miles) away from London.
The Argentines on the Islands were expelled by the Royal Navy and the United Kingdom subsequently began a population implantation process similar to that applied to other territories under colonial rule.
Since then, Britain, the colonial power, has refused to return the territories to the Argentine Republic, thus preventing it from restoring its territorial integrity.
The Question of the Malvinas Islands is also a cause embraced by Latin America and by a vast majority of peoples and governments around the world that reject colonialism.
In 1960, the United Nations proclaimed the necessity of "bringing to an end colonialism in all its forms and manifestations". In 1965, the General Assembly adopted, with no votes against (not even by the United Kingdom), a resolution considering the Malvinas Islands a colonial case and inviting the two countries to negotiate a solution to the sovereignty dispute between them.
This was followed by many other resolutions to that effect.
In the name of the Argentine people, I reiterate our invitation for us to abide by the resolutions of the United Nations.
Cristina Fernández de Kirchner
President of the Argentine Republic
Cc: Ban Ki-moon, Secretary-General of the United Nations
Buenos Aires, January 3rd, 2013
Mr Prime Minister David Cameron,
One hundred and eighty years ago on the same date, January 3rd, in a blatant exercise of 19th-century colonialism, Argentina was forcibly stripped of the Malvinas Islands, which are situated 14,000km (8700 miles) away from London.
The Argentines on the Islands were expelled by the Royal Navy and the United Kingdom subsequently began a population implantation process similar to that applied to other territories under colonial rule.
Since then, Britain, the colonial power, has refused to return the territories to the Argentine Republic, thus preventing it from restoring its territorial integrity.
The Question of the Malvinas Islands is also a cause embraced by Latin America and by a vast majority of peoples and governments around the world that reject colonialism.
In 1960, the United Nations proclaimed the necessity of "bringing to an end colonialism in all its forms and manifestations". In 1965, the General Assembly adopted, with no votes against (not even by the United Kingdom), a resolution considering the Malvinas Islands a colonial case and inviting the two countries to negotiate a solution to the sovereignty dispute between them.
This was followed by many other resolutions to that effect.
In the name of the Argentine people, I reiterate our invitation for us to abide by the resolutions of the United Nations.
Cristina Fernández de Kirchner
President of the Argentine Republic
Cc: Ban Ki-moon, Secretary-General of the United Nations
http://www.theguardian.com/uk/2013/jan/02/cristina-fernandez-kirchner-letter-cameron
sábado, 15 de marzo de 2014
MALESTAR DE LOS MALVINENSES.
Diario "La Nación". Miércoles 07 de agosto de 2013
Malestar en las islas por un texto del Boletín Oficial
Es por una resolución que establece una zona de protección marítima
En menos de 24 horas, la presidenta
Cristina Kirchner desató una ola de quejas en las Malvinas y despertó un
malestar mayor al que están acostumbrados a mostrar los isleños hacia
la Casa Rosada.
Más allá de los planteos que la presidenta argentina
elevó en el Consejo de Seguridad de la ONU para que Gran Bretaña discuta
por la soberanía de las Malvinas, las críticas que sonaron en Puerto
Argentino están relacionadas con una resolución del Boletín Oficial que
se publicó ayer en Buenos Aires y que involucra a los isleños.El Gobierno reglamentó una ley aprobada por el Congreso y estableció un área marítima protegida en aguas del Atlántico Sur cercana a las islas dentro del área del denominado Banco Burdwood, que está situado dentro de la zona económica argentina.
En una carta enviada al canciller Héctor Timerman, el gobierno de Malvinas consideró "un paso positivo" la decisión argentina de mantener una zona de protección marítima. Sin embargo, señaló que las islas rechazan la inclusión del Banco Burdwood, que está "dentro y fuera de las zonas de conservación conocidas como Falklands Inner Conservation Zone y Falklands Outer Conservation Zone".
En la carta que se hizo pública el consejero de las islas Malvinas Barry Elsby señaló que la "práctica cooperación para el resguardo de los stocks pesqueros era responsabilidad tanto del gobierno de las islas Falkland [Malvinas] como del gobierno argentino". Y dijo que los isleños "deseaban discutir cualquier acción que pudiera ser razonablemente tomada para apoyar al gobierno de la Argentina en estos esfuerzos".
De esta manera, el gobierno de los malvinenses instó a la Argentina a la reanudación de la llamada Comisión de Pesca del Atltántico Sur, que en los años 90 mantuvo un alto nivel de cooperación e intercambio científico, pero de la que el Gobierno se retiró en 2005.
Desde ese entonces ambas partes se acusan mutuamente por el nivel de riesgo ecológico y depredación que hace peligrar hoy los stocks marítimos, sobre todo del calamar.
Los isleños dieron muestras en los últimos años de querer retomar las negociaciones por la explotación de las zonas marítimas aledañas a las Malvinas en forma conjunta con Buenos Aires. Pero la administración de Cristina Kirchner se niega a aceptar esto.
Ayer, no fueron pocos los isleños que comentaban el malestar que generó la letra del Boletín Oficial de la Argentina, ya que "avanza sobre una zona no establecida ni acordada" por el gobierno de las islas.
Paralelamente, el embajador británico en la ONU, Mark Lyall Grant, reiteró la necesidad de que los isleños sean sumados al debate por la soberanía en el marco de la ONU. Se reflotó así la "legitimidad plena" del referéndum que se hizo en las islas en abril pasado con la intención de ratificar la idea de autodeterminación de los pueblos..
CREACIÓN DE LA SECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARÍTIMOS CIRCUNDANTES EN EL ATLÁNTICO SUR
Decreto 2250/2013
Decreto 357/2002. Modificación.
Bs. As., 19/12/2013
VISTO el Expediente Nº 51.740/2013
del Registro del MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO, la Ley de
Ministerios (texto ordenado por Decreto Nº 438/92) y sus modificatorias y
el Decreto Nº 357 de fecha 21 de febrero de 2002 sus modificatorios y
complementarios, y
CONSIDERANDO:
Que a través de la ley citada en el
Visto se establecieron los ministerios que conforman la organización de la
ADMINISTRACION PUBLICA NACIONAL y sus competencias.
Que mediante el Decreto Nº 357/02,
sus modificatorios y complementarios, se aprobó el organigrama de aplicación de
la ADMINISTRACION PUBLICA NACIONAL centralizada hasta nivel de Subsecretaría y
los objetivos de las unidades organizativas determinadas en dicho organigrama.
Que con el objeto de potenciar las
acciones nacionales relativas a la defensa de los legítimos derechos de
soberanía sobre las Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur, Islas Sandwich del
Sur y del espacio marítimo circundante, se considera oportuno la creación de la
SECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR,
SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR con
competencia específica en la materia.
Que la SECRETARIA LEGAL Y TECNICA de la
PRESIDENCIA DE LA NACION y la SECRETARIA DE GABINETE Y COORDINACION
ADMINISTRATIVA de la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS han tomado la
intervención que le compete.
Que la Dirección General de Asuntos
Jurídicos del MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO ha tomado la
intervención que le compete.
Que la presente medida se dicta en
virtud de las atribuciones emergentes del Artículo 99, inciso 1 de la
CONSTITUCION NACIONAL.
Por ello,
LA PRESIDENTA
DE LA NACION ARGENTINA
DECRETA:
Artículo 1° — Sustitúyese del Anexo I
al Artículo 1° del Decreto Nº 357 de fecha 21 de febrero de 2002 y sus
modificatorios —Organigrama de Aplicación de la ADMINISTRACION PUBLICA
NACIONAL— el Apartado XIII correspondiente al MINISTERIO DE RELACIONES
EXTERIORES Y CULTO, de conformidad con el detalle que se aprueba como Planilla
Anexa al presente artículo.
Art. 2° — Incorpórase al Anexo II al
Artículo 2° —Objetivos— del Decreto Nº 357 de fecha 21 de febrero de 2002
y sus modificatorios, en el Apartado XIII, correspondiente al MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO, los objetivos de la SECRETARIA DE ASUNTOS
RELATIVOS A LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS
ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR y de la SUBSECRETARIA DE
ASUNTOS RELATIVOS A LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y
LOS ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR, los que quedarán
redactados de conformidad con el detalle obrante en la planilla que, como anexo
al presente artículo, forma parte integrante de la presente medida.
Art. 3° — En un plazo de NOVENTA (90) días,
el MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO elevará los objetivos de las
aperturas institucionales superiores —a nivel de Secretaría y Subsecretaría— y
las aperturas estructurales de primer nivel operativo y adecuará las aperturas
estructurales del segundo nivel operativo.
Art. 4° — Hasta tanto se concluya con
la reestructuración de las áreas afectadas por la presente medida, se
mantendrán vigentes las aperturas estructurales existentes con nivel inferior a
Subsecretaría, las que transitoriamente mantendrán las responsabilidades
primarias, acciones y dotaciones vigentes a la fecha con sus respectivos
niveles, grados de revista y funciones ejecutivas previstas en el Decreto
Nº 2098 de fecha 3 de diciembre de 2008.
Art. 5° — Hasta tanto se efectúen las
adecuaciones presupuestarias correspondientes, la atención de las erogaciones
de las áreas afectadas por la presente medida serán atendidas con cargo a los
créditos presupuestarios de la jurisdicción.
Art. 6° — Comuníquese, publíquese, dése
a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. — FERNANDEZ DE
KIRCHNER. — Jorge M. Capitanich. — Héctor M. Timerman.
Planilla Anexa al Artículo 1°
XIII.- MINISTERIO DE RELACIONES
EXTERIORES Y CULTO
SECRETARIA DE RELACIONES EXTERIORES
SUBSECRETARIA DE RELACIONES
INSTITUCIONALES
SUBSECRETARIA DE POLITICA
LATINOAMERICANA
SUBSECRETARIA DE POLITICA EXTERIOR
SECRETARIA DE COORDINACION Y
COOPERACION INTERNACIONAL
SUBSECRETARIA LEGAL, TECNICA Y
ADMINISTRATIVA
SECRETARIA DE CULTO
SUBSECRETARIA DE CULTO
SECRETARIA DE RELACIONES ECONOMICAS
INTERNACIONALES
SUBSECRETARIA DE INTEGRACION ECONOMICA
LATINOAMERICANA Y MERCOSUR
SUBSECRETARIA DE DESARROLLO DE
INVERSIONES Y PROMOCION COMERCIAL
SUBSECRETARIA DE NEGOCIACIONES
ECONOMICAS INTERNACIONALES
SECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A LAS
ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR
SUBSECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A
LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR
Planilla Anexa al Artículo 2°
SECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A LAS
ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR.
OBJETIVOS:
1.- Entender en los temas vinculados a
las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur.
2.- Entender en la ejecución de las
acciones de carácter bilateral y asistir al Ministro en las negociaciones
bilaterales en el área de su competencia, coordinando su acción con las demás
unidades competentes de la jurisdicción ministerial o fuera de ella.
3.- Diseñar estrategias y coordinar
acciones desde el punto de vista de la política exterior en las relaciones con
todos los países para la mejor defensa de los derechos e intereses argentinos
sobre las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS
MARITIMOS CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur y coordinar con las otras
Secretarías del MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO, los diversos
aspectos de la política exterior.
4.- Coordinar con la SECRETARIA DE
RELACIONES EXTERIORES la defensa de los derechos e intereses argentinos sobre
las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur en el ámbito multilateral.
5.- Entender en la difusión de los
derechos argentinos sobre las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL
SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur.
6.- Entender en el desarrollo de las
políticas y acciones que realiza el Consejo Consultivo sobre temas vinculados
al Atlántico Sur (CASUR).
SUBSECRETARIA DE ASUNTOS RELATIVOS A
LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES EN EL ATLANTICO SUR.
OBJETIVOS:
1.- Realizar las acciones necesarias
para implementar las estrategias y políticas nacionales para la mejor defensa
de los derechos e intereses argentinos en los temas vinculados a las ISLAS
MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur.
2.- Coordinar la implementación de las
acciones de carácter bilateral y asistir en las negociaciones bilaterales en el
área de su competencia.
3.- Programar los objetivos y las
estrategias en los distintos países para la mejor defensa de los derechos de
soberanía argentinos sobre las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL
SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur.
4.- Proponer estrategias y cursos de
acción para la defensa de los derechos e intereses argentinos sobre las ISLAS
MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS
CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur en el ámbito multilateral.
5.- Proponer acciones para la difusión
de los derechos argentinos sobre las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SANDWICH
DEL SUR Y LOS ESPACIOS MARITIMOS CIRCUNDANTES en el Atlántico Sur.
sábado, 8 de marzo de 2014
2 DE ABRIL. DÍA DEL VETERANO Y DE LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE MALVINAS
BOLETIN OFICIAL
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
|
|
N° 29.551
|
|
LEYES
|
|
FERIADOS
NACIONALES
|
|
Ley 25.370
|
|
Declárese al día 2 de abril "Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas".
Sancionada:
Noviembre 22 de 2000.
Promulgada de Hecho: Diciembre 15 de 2000.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina
reunidos en Congreso, etc.
sancionaron con fuerza de Ley:
ARTICULO 1° - Declárese "Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en
Malvinas", el 2 de abril, el que tendrá carácter de Feriado Nacional.
ARTICULO 2° - Derógase la Ley 22.769 y el Decreto 901/84.
ARTICULO 3° - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN
BUENOS AIRES, A LOS VEINTIDOS DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO DOS MIL.
-REGISTRADA BAJO EL N° 25.370-
RAFAEL PASCUAL. - MARIO A. LOSADA.-
Guillermo Aramburu. - Juan C. Oyarzún. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)